La ofrenda de la viuda
2/5/2015
Marcos 12: 41-44
No olvidemos que Jesús todavía observa el arca de las ofrendas. Él sabe cuánto y por qué motivos dan a su causa los hombres. Él mira el corazón, y cuáles son nuestras opiniones al dar limosna; y si lo hacemos como para el Señor o sólo para ser vistos por los hombres. A los ojos del Señor, esta pobre viuda dio más que todos los demás juntos, a pesar de que su ofrenda fue por mucho la más pequeña. El valor de una ofrenda no lo determina la cantidad, sino el espíritu con que se da. Una ofrenda que se da a regañadientes o por buscar reconocimiento pierde todo su valor. Cuando usted dé, recuerde: las ofrendas de cualquier cantidad agradan a Dios cuando se dan con gratitud y espíritu de generosidad. En esto pensad
2/4/2015
Filipenses 4: 6-9
El gozo en Dios es de gran importancia en la vida cristiana; es necesario llamar continuamente a ello a los cristianos. El gozo supera ampliamente todas las causas de pesar. Los enemigos deben darse cuenta de lo moderados que eran en cuanto a las cosas externas, y con cuánta moderación sufrían las pérdidas y las dificultades. El día del juicio llegará pronto, con la plena redención de los creyentes y la destrucción de los impíos. Es nuestro deber mostrar cuidadosa diligencia en armonía con una sabia previsión y con la debida preocupación; pero hay un afanarse de temor y desconfianza que es pecado y necedad, y sólo confunde y distrae la mente. Como remedio contra la preocupación que confunde se recomienda la constancia en la oración. No sólo los tiempos establecidos de oración, sino constancia en todo por medio de la oración. Debemos unir la acción de gracias con las oraciones y las súplicas; no sólo buscar provisiones de lo bueno, sino reconocer las misericordias que recibimos. Dios no necesita que le digamos nuestras necesidades o deseos porque los conoce mejor que nosotros, pero quiere que le demostremos que valoramos su misericordia y sentimos que dependemos de Él. La paz con Dios, esa sensación consoladora de estar reconciliados con Dios, y de tener parte de su favor, y la esperanza de la bendición celestial, son un bien mucho más grande de lo que puede expresarse con plenitud. Esta paz mantendrá nuestros corazones y mentes en Jesucristo; nos impedirá pecar cuando estemos sometidos a tribulaciones y de hundirnos debajo de ellas; nos mantendrá calmos y con una satisfacción interior. Dar el Diezmo?
2/3/2015
Levítico 27:29-33
Cosas dedicadas a ser destruidas se refieren a propiedades personales o a personas que estaban bajo la prohibición de Dios, tales como un botín capturado de adoradores de ídolos o de los ídolos mismos. Estas cosas debían ser destruidas y no podían ser rescatadas. Muchos de los principios acerca de los sacrificios y de los diezmos tenían el propósito de motivar actitudes internas así como acciones externas. Si una persona daba de mala gana, mostraba que tenía un corazón mezquino. Dios quiere que seamos dadores alegres (2Co_9:7) que demos con gratitud a El. El libro de Levítico está repleto de mandamientos que Dios dio a su pueblo al pie del monte Sinaí. De estos mandamientos podemos aprender mucho acerca de la naturaleza y el carácter de Dios. A primera vista, Levítico parece irrelevante para nuestro mundo altamente tecnificado. Pero si profundizamos un poco, nos damos cuenta que este libro nos sigue hablando hoy porque Dios no ha cambiado y sus principios son para todos los tiempos. Como la gente y la sociedad cambian, necesitamos buscar continuamente formas de aplicar los principios de la ley de Dios a nuestras circunstancias presentes. Dios era el mismo en Levítico como lo es hoy y lo será por siempre (Heb_13:8). Las cosas o las personas consagradas se distinguen de las cosas o personas que solamente fueron santificadas. Las cosas consagradas son sumamente santas para el Señor y no se las puede volver a tomar ni aplicar para otros propósitos. Cualesquiera sean los productos con que se beneficien, hay que honrar a Dios con el diezmo, En todo Dios sea glorificado
2/2/2015
1Pedro 4:7-11
Muy cercana estaba la destrucción de la iglesia y la nación judía, anunciada por nuestro Salvador. El rápido acercamiento de la muerte y el juicio nos concierne a todos, a lo cual nuestras mentes son llevadas naturalmente por estas palabras. Nuestro próximo fin es un argumento poderoso para hacernos sobrios en todos los asuntos mundanos, y fervientes en la religión. Hay tantas cosas malas en todos, que Satanás prevalecerá para incitar divisiones y discordias, si el amor no cubre, excusa y perdona los errores y las faltas de los demás, por las cuales cada uno necesita la tolerancia del prójimo. Pero no tenemos que suponer que el amor cubrirá o enmendará los pecados de los que los practican, como para inducir a Dios a perdonarlos. La naturaleza de la obra cristiana, que es obra elevada y difícil, la bondad del Amo, y la excelencia de la recompensa, todo requiere que nuestros esfuerzos sean serios y fervientes. En todos los deberes y los servicios de la vida, debemos apuntar a la gloria de Dios como nuestro fin principal. Miserable e inestable es el que se aferra a sí mismo y se olvida de Dios; sólo está confundido por su mérito, ganancia y bajos fines, que a menudo se frustran y que, cuando los alcanza, él y ellos deben perecer juntos en poco tiempo. Pero el que se ha dado totalmente a Dios puede decir confiadamente que el Señor es su porción y que nada sino la gloria por Jesucristo es sólido y duradero: eso dura para siempre. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |