Cristo= Promesa de Dios cumplida
9/10/2014
«Gozo», «paz», «fe», «esperanza», «poder del Espíritu Santo»..
Romanos 15:8-13 Cristo cumplió las profecías y las promesas relacionadas con los judíos y los convertidos gentiles no tienen excusa para despreciarlas. Los gentiles, al ser puestos en la Iglesia, son compañeros de paciencia y tribulación. Deben alabar a Dios. El llamado a todas las naciones para que alaben al Señor, indica que ellos tendrán conocimiento de Él. Nunca buscaremos a Cristo mientras no confiemos en Él. Todo el plan de redención está adaptado para que nos reconciliemos unos con otros, y con nuestro bondadoso Dios, de modo que podamos alcanzar la esperanza permanente de la vida eterna por medio del poder santificador y consolador del Espíritu Santo. Nuestro propio poder nunca lograría esto; por tanto, donde esté esta esperanza, y abunde, es el Espíritu bendito quien debe tener toda la gloria. “Todo gozo y paz”; toda clase de verdadero gozo y paz para quitar las dudas y los temores por la obra poderosa del Espíritu Santo. Esta única comunidad de «circuncidados» y de gentiles la ha fundado Jesucristo, y eso como Iglesia única, aunque para judíos y gentiles haya que tener en cuenta los distintos puntos de vista en que han sido «acogidos»: los judíos, teniendo en cuenta las promesas hechas a los patriarcas, aunque no pueden esgrimirse como una especie de derecho frente a Dios; los gentiles, por el contrario, que no se revocan a tales promesas, tienen que manifestar con su alabanza que Dios es y quiere ser el Dios de la misericordia. Las citas bíblicas, que Pablo recoge de los tres grandes grupos del Antiguo Testamento -ley, profetas, salmos-, subrayan la voluntad salvífica universal de Dios que cada vez se extiende más, por encima de las estrechas fronteras del pueblo de Dios del Antiguo Testamento hacia el único pueblo de Dios formado por judíos y gentiles. El Apóstol cierra sus exhortaciones con una última plegaria. «Gozo», «paz», «fe», «esperanza», «poder del Espíritu Santo»... son conceptos salvíficos de gran importancia. Con esta aglomeración pretenden expresar lo que Pablo puede rogar para la Iglesia sólo por Jesucristo. Pues, en Jesucristo se ha mostrado Dios como el Dios de la esperanza. En el Nuevo Testamento es éste el único pasaje en que se llama así a Dios. Tal designación permite conocer, de forma breve y significativa, que Dios ha salido al paso de los creyentes en Jesús. Pues, por Jesús se les ha reforzado la esperanza que no sólo les mantiene en una espera tensa y paciente de la consumación de la creación nueva, sino que además les permite experimentar el presente, ya ahora, como «gozo» y como «paz». Ama y sirve sin limites
9/9/2014
Nada es más bajo que nosotros sino el pecado
Romanos 12:9-16 El amor mutuo que los cristianos se profesan debe ser sincero, libre de engaño, y de adulaciones mezquinas y mentirosas. En dependencia de la gracia divina, ellos deben detestar y tenerle pavor a todo mal, y deben amar y deleitarse en todo lo que sea bueno y útil. No sólo debemos hacer lo bueno; tenemos que aferrarnos al bien. Todo nuestro deber mutuo está resumido en esta palabra: amor. Esto significa el amor de los padres por sus hijos, que es más tierno y natural que cualquier otro; es espontáneo y sin ataduras. Amar con celo a Dios y al hombre por el evangelio dará diligencia al cristiano sabio en todos sus negocios mundanos para alcanzar una destreza superior. Dios debe ser servido con el espíritu, bajo las influencias del Espíritu Santo. Él es honrado con nuestra esperanza y confianza en Él, especialmente cuando nos regocijamos en esa esperanza. Se le sirve no sólo haciendo su obra, sino sentándonos tranquilos y en silencio cuando nos llama a sufrir. La paciencia por amor a Dios es la piedad verdadera. Los que se regocijan en la esperanza probablemente sean pacientes cuando están atribulados. No debemos ser fríos ni cansarnos en el deber de la oración. No sólo debe haber benignidad para los amigos y los hermanos; los cristianos no deben albergar ira contra los enemigos. Solo es amor falso el que se queda en las palabras bonitas cuando nuestros hermanos necesitan provisiones reales y nosotros podemos proveerles. Hay que estar preparados para recibir a los que hacen el bien: según haya ocasión, debemos dar la bienvenida a los forasteros. Bendecid, y no maldigáis. Presupone la buena voluntad completa no bendecirlos cuando oramos para maldecirlos en otros momentos, sino bendecirlos siempre sin maldecirlos en absoluto. El amor cristiano verdadero nos hará participar en las penas y alegrías de unos y otros. Trabaja lo más que pueda para concordar en las mismas verdades espirituales; y cuando no lo logres, concuerda en afecto. Mira con santo desprecio la pompa y dignidad mundanas. No te preocupes por ellas, no te enamores de ellas. Confórmate con el lugar en que Dios te ha puesto en su providencia, cualquiera sea. Nada es más bajo que nosotros sino el pecado. Nunca encontraremos en nuestros corazones la condescendencia para con el prójimo mientras alberguemos vanidad personal; por tanto, esta debe ser mortificada. Jehová Reina
9/8/2014
Regocíjese la tierra
Salmos 97:1-12 Aunque muchos han sido hechos felices en Cristo aún hay lugar. Todos tienen razón para regocijarse en el gobierno de Cristo. Hay una profundidad en sus consejos que no debemos tratar de sondear; pero aun la justicia y el juicio son la habitación de su trono. El gobierno de Cristo aunque pueda ser materia de regocijo para todos, será, no obstante, tema de terror para algunos, aunque es falta de ellos que así sea. La oposición más resuelta y atrevida será sofocada ante la presencia del Señor. Y el Señor Jesús vendrá antes de mucho, y pondrá fin a toda clase de adoración de ídolos. Los fieles siervos de Dios pueden regocijarse y estar alegres porque Él es glorificado y todo lo que tienda a su honra es placer para su pueblo. Se cuida de la seguridad de ellos. Pero se significa algo más que sus vidas. El Señor preservará del pecado, de la apostasía y de la desesperación las almas de sus santos sometidas a las pruebas más grandes. Los sacará de las manos del maligno y los preservará para su reino celestial. Los que se regocijan en Cristo Jesús y en su exaltación, tienen manantiales de gozo preparados para ellos. Los que siembran con lágrimas cosecharán con gozo. La alegría es segura para el recto de corazón; el gozo del hipócrita no es sino por un momento. Los pecadores tiemblan, pero los santos se regocijan en la santidad de Dios. Como Él odia el pecado, pero ama libremente a la persona del pecador arrepentido que cree en Cristo, hará la separación final entre la persona que Él ama y el pecado que Él aborrece y santificará totalmente a su pueblo en cuerpo, alma y espíritu. Venid a mí y descansad
9/3/2014
Hay descanso en Cristo, ven y aprende de El Mateo 11:25-30 Corresponde a los hijos ser agradecidos. Cuando vamos a Dios como Padre, debemos recordar que Él es el Señor de cielo y tierra, lo cual nos obliga a ir a Él con reverencia en cuanto es Señor soberano de todo; aunque con confianza como a Quien es capaz de defendernos del mal y proporcionarnos todo bien. Nuestro bendito Señor agregó una declaración notable: que el Padre había puesto en Sus manos todo poder, autoridad y juicio. Estamos endeudados con Cristo por toda la revelación que tenemos de la voluntad y el amor de Dios Padre, aun desde que Adán pecó. Nuestro Salvador ha invitado a todos los que trabajan fuerte y están muy cargados que vayan a Él. En algunos sentidos, todos los hombres están así. Los hombres mundanos se recargan con preocupaciones estériles por la riqueza y los honores; el alegre y sensual se esfuerza en pos de los placeres; el esclavo de Satanás y sus propias lujurias es el siervo más esclavizado de la tierra. Los que trabajan duro por establecer su propia justicia, también trabajan en vano. El pecador convicto está muy cargado de culpa y terror; y el creyente tentado y afligido tiene trabajos duros y cargas. Cristo los invita a todos a que vayan a Él en pos de reposo para sus almas. Él solo da esta invitación: los hombres van a Él cuando, sintiendo su culpa y miseria, y creyendo su amor y poder para socorrer, lo buscan con oración ferviente. Así, pues, es deber e interés de los pecadores trabajados y cargados, ir a Jesucristo. Este es el llamado del evangelio: quienquiera que quiera, venga. Todos los que así van recibirán reposo como regalo de Cristo, y obtendrán paz y consuelo en su corazón. Pero al ir a Él deben tomar su yugo y someterse a su autoridad. Deben aprender de Él todas las cosas acerca de su consuelo y obediencia. Él acepta al siervo dispuesto, por imperfectos que sean sus servicios. Aquí podemos hallar reposo para nuestras almas, y sólo aquí. Ni tenemos que temer su yugo. Sus mandamientos son santos, justos y buenos. Requiere negarse a sí mismo y trae dificultades, pero esto es abundatemente recompensado, ya en este mundo, por la paz y el gozo interior. Es un yugo forrado con amor. Tan poderosos son los socorros que nos da, tan adecuadas las exhortaciones, y tan fuertes las consolaciones que se encuentran en el camino del deber, que podemos decir verdaderamente, que es un yugo grato. El camino del deber es el camino del reposo. Las verdades que enseña Cristo son tales que podemos aventurar por ellas nuestra alma. Tal es la misericordia del Redentor, y ¿por qué debe el pecador laborioso y cargado buscar reposo en alguna otra parte? Vamos diariamente a Él en busca de la liberación de la ira y de la culpa, del pecado y de Satanás, de todas nuestras preocupaciones, temores y dolores. Pero la obediencia forzada, lejos de ser fácil y liviana, es carga pesada. En vano nos acercamos a Jesús con nuestros labios mientras el corazón esté lejos de Él. Entonces, venid a Jesús para hallar reposo para vuestras almas. Dios es nuestro amparo
9/2/2014
Confia, no tengas miedo
Salmos 46:1-6 Este salmo exhorta a esperar y confiar en Dios, su poder y providencia, y en la gracia de su presencia en su Iglesia en los peores momentos. Podemos aplicar esto a los enemigos espirituales, y tenemos el estímulo que seremos vencedores por medio de Cristo. Él es auxilio, el auxilio siempre presente, el auxilio pronto, alguien que se caracteriza por ser así: auxilio oportuno, amparo que siempre está cerca; no podemos desear algo mejor, ni hallaremos algo semejante en criatura alguna. Que las aguas turbulentas confundan a quienes edifican su confianza sobre un fundamento flotante; pero, no se alarmen los que son guiados a la Roca y en ella encuentran base firme. Aquí hay gozo para la Iglesia aun en los tiempos penosos. El río alude a las gracias y consolaciones del Espíritu Santo que fluyen por todas las partes de la Iglesia, y alegra el corazón de cada creyente por medio de las sagradas ordenanzas de Dios. Se promete que la Iglesia no será conmovida. Si Dios está en nuestros corazones, por su palabra que habita ricamente en nosotros, seremos establecidos, seremos ayudados; confiemos, y no tengamos miedo. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |