Un grito de esperanza
3/15/2014
Un grito de esperanza
Salmos 143:1-12 No tenemos justicia propia que alegar, por tanto, debemos alegar la justicia de Dios y la palabra de la promesa que nos ha dado libremente y nos ha hecho tener esperanza en ella. Antes de orar para que sea quitado su problema, David ora por el perdón de su pecado, y depende de la sola misericordia en cuanto a eso. Llora por el peso de los problemas externos en su mente, pero mira atrás y recuerda apariciones anteriores de Dios en favor de su pueblo afligido, y en particular, por él. Mira a su alrededor y se fija en la obra de Dios. Mientras más consideremos el poder de Dios, menos temeremos el rostro o la fuerza del hombre. Alza sus ojos con fervientes deseos de Dios y de su favor. Este es el mejor rumbo que podemos tomar cuando nuestro espíritu está abrumado. En sus mejores acciones el creyente no olvida que es un pecador. La meditación y la oración nos recobrarán de nuestros malestares; entonces, el alma que se lamenta lucha por regresar al Señor como el bebé estira sus manos a la madre indulgente, y tiene sed de sus consolaciones, como la tierra reseca de la lluvia refrescante. David estaba perdiendo la esperanza, lo atrapaba un temor paralizante y una profunda depresión. En ocasiones, nos sentimos atrapados en una depresión que cada vez es más intensa y no podemos salir de ella. En esos momentos, podemos ir ante el Señor y, al igual que David, expresar nuestros verdaderos sentimientos. Entonces El nos ayudará a recordar sus obras (143.5), a alcanzarlo (143.6), a confiar en El (143.8) y a decidir hacer su voluntad (143.10). David oró que le enseñaran a hacer la voluntad de Dios, no la suya. Una oración por dirección se centra en uno mismo si no reconoce el poder que tiene Dios para volver a encauzar nuestras vidas. Pedir que Dios reestructure nuestras prioridades despierta la mente y aviva la voluntad. Dios no ha terminado contigo
3/14/2014
Dios no ha terminado contigo
Filipenses 1:3-6 Cuando Pablo habló de la comunión en el evangelio de los filipenses, estaba señalando su invalorable contribución a difundir el mensaje de Dios. Contribuyeron en forma práctica cuando Pablo estuvo en Filipos y a través de un sostén económico cuando estuvo en prisión. Cuando ayudamos a nuestros ministros, misioneros y evangelistas, a través de la oración, la hospitalidad y las donaciones, pasamos a ser parte de la comunión en el evangelio. El Dios que comenzó la buena obra en nosotros la continuará a través de nuestra vida y la terminará cuando le veamos cara a cara. La obra de Dios por nosotros comenzó cuando Cristo murió en la cruz en nuestro lugar. Su obra en nosotros comenzó cuando creímos en El. Ahora el Espíritu Santo vive en nosotros, capacitándonos para que cada día seamos más semejantes a Cristo. Pablo describe el proceso de crecimiento y madurez del cristiano que comienza al aceptar a Cristo y seguirá hasta que Cristo vuelva. ¿Ha sentido alguna vez que no hay progreso en su vida espiritual? ¡Cuando Dios inicia un proyecto, lo termina! Como en el caso de los filipenses, Dios obrará en usted y le ayudará a crecer en gracia hasta que complete el trabajo en su vida. Cuando esté desanimado, recuerde que Dios no lo abandonará. El promete terminar la obra que ha comenzado en usted. Cuando se sienta incompleto o afligido por sus faltas, recuerde las promesas y provisiones de Dios. No permita que su condición actual le robe el gozo de conocer a Cristo o le impida crecer más cerca de El. Pablo confía en que mantendrán esa fructífera actividad hasta el retorno de Cristo. Apoya esta creencia no en la fidelidad de los filipenses, sino en el propósito y fidelidad de Dios hasta el retorno de Cristo. El más alto honor de los ministros más eminentes es ser siervos de Cristo. Los que no son verdaderos santos en la tierra nunca serán santos en el cielo. Fuera de Cristo los mejores santos son pecadores e incapaces de estar delante de Dios. No hay paz sin gracia. La paz interna surge de percibir el favor divino. No hay gracia sin paz, sino de nuestro Padre Dios, la fuente y el origen de todas las bendiciones. El apóstol fue maltratado en Filipos y vio poco fruto de su labor, pero recuerda con gozo a los filipenses. Debemos agradecer a nuestro Dios las gracias y consuelos, los dones y el servicio de otros, cuando recibimos el beneficio y Dios recibe la gloria. La obra de gracia nunca será perfeccionada sino hasta el día de Jesucristo, el día de su manifestación. Pero estemos siempre confiados en que Dios completará su buena obra en toda alma donde la haya comenzado por la regeneración, aunque no debemos confiarnos de las apariencias externas, ni en nada sino en la nueva creación para santidad. La gente es querida por sus ministros cuando reciben el beneficio de su ministerio. Los que sufren juntos en la causa de Dios deben amarse mutuamente. Sufrimiento con esperanza
3/13/2014
Sufrimiento con esperanza
Romanos 8:24-26 Aun en las dificultades y el sufrimiento, aun en la más amarga desilusión, aun cuando maltratados, los cristianos deben saber que Dios obra en medio de esas situaciones; para que se cumplan sus buenos propósitos en sus hijos. Puede que Dios cambie o no la situación directamente, pero aun si se mantiene difícil, Dios garantiza buenos resultados al final, inclusive una mayor madurez a quienes conforme a su propósito son llamados. (Nota: Las certezas que nos comunica este versículo deben entenderse a la luz de la unión responsable con el Espíritu Santo de que se habla en vv. 26, 27.) propósito, prothesis Strong #4286: De pro, «antes», y thesis, «un lugar», y de ahí, «un llevar adelante». La palabra sugiere un plan deliberado, una proposición, un plan anticipado, una intención, un designio. De las doce veces que aparece en el NT, prothesis se usa cuatro veces para referirse al pan levítico de la proposición (literalmente, «el pan de colocar delante»). La mayoría de los otros usos señalan los propósitos eternos de Dios en relación con la salvación. Nuestra salvación personal no solamente fue bien planeada, sino que pone de manifiesto la invariable fidelidad del Dios que espera la consumación de su gran plan para la Iglesia. La conjunción porque introduce la razón de las seguridades dadas en el v. 28. Pablo mira hacia el pasado lejano y observa que el propósito de Dios para su pueblo siempre ha sido bueno: A los que antes conoció , también los predestinó para que fueran como Cristo. Entonces se fija en el pasado reciente y observa que Dios llamó y justificó a su pueblo. Finalmente, Pablo mira hacia el futuro distante y encuentra que el plan de Dios es glorificar, esto es, dar un nuevo cuerpo a todos los que han sido justificados. Todos los propósitos de Dios para su pueblo, desde el pasado lejano hasta el futuro distante, han sido buenos; de ahí que Pablo concluya que sus propósitos para el presente, aún en medio de las dificultades, también son buenos. Antes conoció : No sólo que Dios sabía que existiríamos, o algo más sobre nosotros, sino que se trataba de personas que Dios conocía de antemano. Se puede parafrasear así: «Aquellos en los que Dios pensó dentro de una relación personal redentora». Predestinó : planeó que al final serían como Cristo, conformes a la imagen de su Hijo . Estos dos versículos bosquejan una secuencia de acontecimientos, e indican que todo el que haya sido incluido en ella la completará. Un grito del alma
3/11/2014
Un grito del alma
Salmos 130:1-8 Desde las profundidades de la desesperación, el salmista clamó a Dios. La desesperación nos hace sentir aislados y lejos de El, pero este es el preciso momento cuando necesitamos más de su ayuda. La desesperación por el pecado no nos debe llevar a la autocompasión, haciendo que pensemos más en nosotros que en Dios. En vez de eso, nos debe llevar a la confesión y después a la misericordia, perdón y redención de Dios. Cuando nos abrume un problema, la autocompasión solo incrementará la desesperanza. Sin embargo, el clamor a Dios vuelve nuestra atención al único que en verdad puede ayudarnos. Mirar a los pecados (guardar rencor) es como construir una muralla entre usted y la otra persona, y es casi imposible hablar con franqueza mientras esté la pared. Cuando Dios nos perdona, lo hace por completo, derrumba cualquier muro existente entre nosotros y El. Dios no guarda una lista de nuestros pecados. Por lo tanto, lo tememos (reverenciamos) y aun así podemos hablar con El acerca de cualquier cosa. Cuando ore, sepa que Dios no guarda nada en contra suya. Las líneas de comunicación están del todo abiertas. El único alivio para el alma comprometida en el pecado es apelar sólo a Dios. Muchas cosas se presentan como diversiones, muchas cosas se ofrecen como remedio, pero el alma halla que sólo el Señor puede sanar. Mientras los hombres no sean sensibles a la culpa del pecado y dejen todo de inmediato para acudir a Dios, es inútil que tengan esperanzas de algún alivio. El Espíritu Santo da a esas pobres almas un sentido nuevo de su profunda necesidad, para estimularlas a rogar sinceramente, por la oración de fe, clamando a Dios. Y cuando amen sus almas, cuando estén interesados por la gloria del Señor, no faltarán a su deber. ¿Por qué estas cosas son inciertas para ellos hasta ahora? ¿No es por pereza y desánimo que se contentan con oraciones comunes y rutinarias a Dios? Entonces levantémonos y pongámonos en acción; hay que hacerlo, y el resultado es seguro. Tenemos que humillarnos ante Dios, como culpables ante sus ojos. Reconozcamos nuesta pecaminosidad; no podemos justificarnos a nosotros mismos ni confesarnos inocentes. Nuestro consuelo inexpresable es que haya perdón de parte de Él porque eso es lo que necesitamos. Jesucristo es el gran Rescate; Él es siempre nuestro Abogado y, por medio de Él, esperamos obtener perdón. En ti hay perdón, no para que se abuse de ti, sino para que seas reverenciado. El temor de Dios suele ser considerado como toda la adoración de Dios. El único motivo y aliento para los pecadores es este: que hay perdón del Señor. Tu tienes un lugar en el cielo
3/10/2014
Tu tienes un lugar en el cielo Arrepentimiento; Cambio de vida
3/7/2014
Arrepentimiento; Cambio de vida Buenas nuevas
3/6/2014
Buenas nuevas
Isaias 61:1-11 Los profetas tenían al Espíritu Santo de Dios en todo momento; les enseñaba qué decir y los hacía que lo dijeran; pero Cristo tiene siempre al Espíritu sin medida, para equiparlo como hombre para la obra a la cual fue llamado. El pobre suele estar corrientemente mejor dispuesto para recibir el evangelio, Santiago ii, 5; sólo nos aprovecha cuando se recibe con mansedumbre. A los pobres en espíritu, Cristo les predicó la buena nueva cuando dijo: Bienaventurados los mansos. La satisfacción de Cristo es aceptada. Por el dominio del pecado en nosotros estamos atados y sometidos al poder de Satanás, pero el Hijo está listo para librarnos por su Espíritu y, entonces, seremos verdaderamente libres. El pecado y Satanás iban a ser destruidos y Cristo triunfó sobre ellos en la cruz, pero los hijos de los hombres que se resisten a esta oferta serán tratados como enemigos. Cristo iba a ser el Consolador y lo es; enviado a consolar a todos los que se lamentan y que lo buscan a Él, y no al mundo, como consuelo. Él hará todo esto por su pueblo para que abunden en frutos de justicia como ramas del plantío de Dios. La misericordia de Dios, la expiación de Cristo y el evangelio de gracia no son de provecho al autosuficiente y soberbio. Ellos deben ser humillados y guiados por el Espíritu Santo a conocer su propio carácter y necesidad, para ver y sentir su necesidad del Amigo y Salvador de los pecadores. Su doctrina contiene indudablemente la buena nueva para los que se humillan ante Dios. Recitar la palabra
3/5/2014
Recitar la palabra Clama y te respondere
3/4/2014
Clama y te respondere
Jeremias 33:1-3 Los que esperan recibir consuelo de Dios deben invocarlo. Se dan promesas no de destruir, sino de vivificar y alentar la oración. Estas promesas nos guían al evangelio de Cristo; y en él Dios ha revelado su verdad para dirigirnos, su paz para tranquilizarnos. Todos los que son limpiados de la inmundicia del pecado por la gracia santificadora, por la misericordia perdonadora son liberados de la culpa. Cuando los pecadores reciben la justicia, y son lavados y santificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu Santo, son capacitados para andar delante de Dios en paz y pureza. Muchos son llevados a notar la diferencia real entre el pueblo de Dios y el mundo que los rodea, y a temer la ira divina. Se promete que el pueblo que estuvo entristecido por mucho tiempo, de nuevo se llenará de gozo. Donde el Señor da justicia y paz, dará todo lo necesario para las necesidades temporales; y todo lo que tenemos serán consolaciones como santificados por la palabra y la oración. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |