2 Tesalonisenses 3:1-5
Los que están muy alejados aún pueden reunirse ante el trono de la gracia; y los que no pueden hacer ni recibir ninguna otra bondad, de este modo pueden hacer y recibir una bondad real y muy grande. Los enemigos de la predicación del evangelio, y los perseguidores de los predicadores fieles son hombres impíos e irracionales. Muchos no creen el evangelio; y no es de maravillarse si no tienen quietud y muestran malicia en las acciones emprendidas para resistirlo. El mal del pecado es el mal más grande, pero hay otros males de los que debemos ser preservados, y se nos exhorta que dependamos de la gracia de Dios. Una vez que la promesa es hecha, su cumplimiento es seguro y cierto. El apóstol tenía confianza en ellos, pero se funda en su confianza en Dios; porque de otro modo no hay confianza en el hombre. Ora por ellos pidiendo bendiciones espirituales. Nuestro pecado y nuestra miseria es que depositamos nuestros afectos en los objetos equivocados. No hay verdadero amor de Dios sin fe en Jesucristo. Si por la gracia especial de Dios tenemos esa fe, que multitudes no tienen, debemos orar fervorosamente que seamos capacitados sin reservas para obedecer sus mandamientos y que el Señor Espíritu pueda dirigir nuestros corazones al amor de Dios y a la paciencia de Cristo. Te alabaré con rectitud de corazón
10/5/2015
Salmos 119:1-8
Este salmo puede considerarse como la declaración de la experiencia del creyente. Hasta donde nuestros puntos de vista, deseos y afectos concuerden con lo que aquí se expresa, vienen de la influencia del Espíritu Santo, y no más. La misericordia de Dios que perdona en Cristo es la única fuente de la felicidad para el pecador. Son más felices los que son preservados más libres de la contaminación del pecado, los que simplemente creen los testimonios de Dios y confían en sus promesas. Malo es si el corazón está dividido entre Él y el mundo, pero los santos evitan cuidadosamente todo pecado; están conscientes de mucho mal que los atasca en los caminos de Dios, pero no de esa iniquidad que los arranca de esos caminos. El tentador quiere que los hombres piensen que tienen la libertad de seguir o no la palabra de Dios, según les plazca. Pero el deseo y la oración del hombre bueno concuerda con la voluntad y el mandamiento de Dios. Si un hombre espera que, por obedecer una cosa, puede adquirir indulgencia para desobedecer en otras, se hará evidente su hipocresía; si no es avergonzado en este mundo, la vergüenza eterna será su porción. El salmista ansiaba aprender las leyes de Dios, dar la gloria a Dios. Y los creyentes ven que si Dios los abandona, el tentador será demasiado duro para ellos. De Jehová viene el juicio
10/2/2015
Proverbios 29:25-27
Muchos se avergüenzan de reconocer ahora a Cristo; Él no los reconocerá en el día del juicio. Pero el que confía en el Señor será salvado de la trampa. Este proverbio manifiesta que el cómplice del ladrón no quiere decir la verdad cuando está bajo juramento. Por lo tanto, bajo su perjurio, se dañará a sí mismo. El temor del hombre pondrá trabas a cualquier cosa que intente hacer. Llevado a un extremo, incluso tendrá temor hasta de salir de su casa. En contraste, el temor de Dios (respeto, reverencia y confianza) resulta liberador. ¿Por qué temer a la gente que no puede hacerle ningún daño eterno? En vez de eso tema a Dios, quien puede hacer que el mal provocado por otros se convierta en bien para los que confían en El. Sal de la tierra
10/1/2015
Lucas 14:34-35
34 Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? 35 Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga. La sal puede perder su sabor. Cuando se humedece y luego se seca, no queda sino un residuo insípido. Muchos cristianos se mezclan con el mundo y evaden el costo de ponerse a favor de Cristo, pero El ha dicho que si los cristianos pierden su distintivo sabor a sal, dejan de tener valor. Así como la sal da sabor y preserva los alimentos, debemos preservar lo bueno en el mundo, ayudar a que no se eche a perder y que más bien traiga un nuevo sabor a la vida. Esto requiere planificación, disposición para el sacrificio y entrega tenaz al Reino de Dios. No es fácil llegar a ser "sal", pero si la fe cristiana falla en esta función, falla al representar a Cristo en el mundo. El discípulo de Cristo será puesto a prueba en alguna forma. Sin vacilar, procuremos ser discípulos, y seamos cuidadosos para no relajarnos en nuestra profesión, ni asustarnos ante la cruz; que podamos ser la buena sal de la tierra, para sazonar a quienes nos rodean con el sabor de Cristo. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |