Contigo desbarataré ejércitos
3/17/2017
Salmos 18:29-40
Cuando damos gracias por una misericordia, debemos observar las muchas otras con que hemos sido rodeados toda nuestra vida. Muchas cosas habían contribuido al desarrollo de David, y él reconoce la mano de Dios en todas para enseñarnos a hacer lo mismo. En el versículo 32, y los siguientes, están los dones de Dios para el guerrero espiritual, por los cuales es preparado para la contienda, conforme al ejemplo de su Líder victorioso. Aprendemos que debemos procurar la liberación del problema a través de Cristo. Será rechazada la oración que se eleva sin que haya reconciliación por medio de Cristo. En David, el símbolo, contemplamos a nuestro redentor Jesús, combatiendo con enemigos, rodeado de aflicciones y abrumado por hombres impíos, soportando por nosotros no sólo los dolores de la muerte, sino la ira de Dios; sin embargo, invoca al Padre con fuertes gritos y lágrimas; rescatado de la tumba, procede a reconciliar o a poner bajo sus pies a todos los demás enemigos, hasta que la muerte, el postrer enemigo, sea destruida. Debemos amar al Señor, nuestra Roca y nuestra Salvación; debemos acudir a Él en cada problema, y alabarlo por cada liberación; debemos orientarnos a andar con Él en toda justicia y santidad verdadera, evitando pecar. Si pertenecemos a Él, Él vence y reina por nosotros, y nosotros venceremos y reinaremos por Él, y participaremos de la misericordia de nuestro ungido Rey, la cual es prometida a toda su descendencia para siempre. Amén. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |