Dana faltara
1/13/2014
Dana faltara
Marcos 6:4-12 Aunque Jesús enseñaba con eficiencia y sabiduría, la gente de su pueblo lo veía simplemente como un carpintero. "El no es mejor que nosotros; solo es un humilde obrero", decían. Se ofendían al ver que impresionaba a los demás y lo seguían. Rechazaban su autoridad porque era uno de ellos. Creían conocerlo, pero sus nociones preconcebidas no les permitían aceptar su mensaje. No permita que los prejuicios le cieguen ante la verdad. Trate de ver, en Jesús, lo que es. Jesús dijo que un profeta (o sea, un siervo de Dios) nunca recibe honra en su propia tierra. Pero eso no hace su trabajo menos importante. Una persona no necesita que le reconozcan ni honren para ser útil a Dios. Si sus amigos, vecinos o familiares no aprecian su trabajo cristiano, no deje que su actitud afecte su servicio a Dios. Jesús pudo haber hecho grandes milagros en Nazaret, pero no quiso hacerlos por el orgullo y la incredulidad del pueblo. Los milagros que hizo tuvo muy poco efecto en la gente porque no quería aceptar su mensaje ni creer que vino de Dios. De ahí que buscó en otra parte personas que respondieran a sus milagros y a su mensaje. Los discípulos se enviaron en parejas. De haberlo hecho en forma individual, habrían llegado a más lugares, pero ese no era el plan de Cristo. Una ventaja en ir de dos en dos era que podían darse ánimo y apoyo, sobre todo al enfrentar el rechazo. Nuestras fuerzas vienen de Dios, pero El suple muchas de nuestras necesidades a través del trabajo colectivo. Como servidor suyo, no trate de caminar solo. Los judíos piadosos sacudían el polvo de sus pies después de pasar por ciudades o territorios gentiles, en señal de rechazo a las influencias y prácticas gentiles. Cuando los discípulos sacudían el polvo de sus pies al salir de una ciudad judía, daban una vívida señal de que el pueblo rechazaba a Jesús y su mensaje. Jesús aclaró que el pueblo era responsable de la forma en que respondía al evangelio. Los discípulos no serían culpados si la gente rechazaba el mensaje, siempre que lo presentaran con fidelidad y esmero. Nosotros no tenemos la culpa de que alguien rechace el mensaje de salvación de Cristo, pero tenemos el deber de proclamarlo con fidelidad. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |