1 Pedro 4:1-19
Padeciendo como cristianos 12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 15 Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16 pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? 19 De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien. 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 24 Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. Por la paciencia y la fortaleza en el sufrimiento, por la dependencia de las promesas de Dios y por la observancia de la palabra que el Espíritu Santo ha revelado, el Espíritu Santo es glorificado; pero por el desprecio y los reproches que se lanzan contra los creyentes, se habla mal de él y se le blasfema. Se podría pensar que tales advertencias son innecesarias para los cristianos. Pero sus enemigos los acusan falsamente de crímenes infames. E incluso los mejores hombres necesitan ser advertidos contra los peores pecados. No hay consuelo en los sufrimientos, cuando los provocamos nosotros mismos por nuestro propio pecado y locura. Se acercaba un tiempo de calamidad universal, como lo predijo nuestro Salvador, Mateo 24:9; Mateo 24:10. Y si tales cosas ocurren en esta vida, ¡qué terrible será el día del juicio! Es cierto que los justos apenas se salvan; incluso los que se esfuerzan por andar rectamente en los caminos de Dios. Esto no significa que el propósito y la actuación de Dios sean inciertos, sino sólo las grandes dificultades y los duros encuentros en el camino; que pasan por tantas tentaciones y tribulaciones, tantas luchas por fuera y temores por dentro. Sin embargo, todas las dificultades exteriores serían como nada, si no fuera por las lujurias y corrupciones interiores. Estos son los peores estorbos y problemas. Y si el camino del justo es tan duro, ¡cuán duro será el fin del pecador impío, que camina en el pecado con deleite, y piensa que el justo es un tonto por todos sus dolores! El único modo de conservar bien el alma, es encomendarla a Dios mediante la oración, y la perseverancia paciente en el bien hacer. Él anulará todo para el beneficio final del creyente. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |