La sabiduría que viene de Dios
1/26/2016
Santiago 1:1-11
El cristianismo enseña a los hombres a estar gozosos en las tribulaciones; tales ejercicios vienen del amor de Dios; y las pruebas del camino del deber darán lustre a nuestras virtudes ahora y a nuestra corona al final. En los tiempos de prueba preocupémonos que la paciencia actúe en nosotros, y no la pasión; lo que se diga o haga, sea la paciencia la que lo diga y haga. Todo lo necesario para nuestra carrera y guerra cristiana será otorgada cuando la obra de la paciencia esté completa. No debemos orar pidiendo que la aflicción sea eliminada, tanto como pidiendo sabiduría para usarla correctamente. He aquí algo como respuesta a cada giro desalentador de la mente, cuando vamos a Dios experimentando nuestra propia debilidad y necedad. Una mente que se ocupe en considerar, de manera única y dominante, su interés espiritual eterno, y que se mantiene firme en sus propósitos para Dios, crecerá sabia por las aflicciones, continuará ferviente en sus devociones y se levantará por sobre las pruebas y las oposiciones. Cuando nuestra fe y espíritu se levantan y caen con las causas secundarias, nuestras palabras y acciones serán inestables. Esto no siempre expone a los hombres al desprecio del mundo, pero esos caminos no pueden agradar a Dios. Ninguna situación de la vida es tal que impida regocijarse en Dios. Los de baja condición pueden regocijarse si son exaltados a ser ricos en fe y herederos del reino de Dios; y los ricos pueden regocijarse con las providencias humillantes que los llevan a una disposición mental humilde y modesta. La riqueza mundana es cosa que se agota. Entonces, que el que es rico se regocije en la gracia de Dios que lo hace y mantiene humilde; y en las pruebas y ejercicios que le enseñan a buscar la dicha en Dios y de Él, no en los placeres perecederos. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |