OVEJA EN LA MANO DE DIOS
5/22/2024
Los judíos rechazan a Jesús
21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos? 22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, 23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. 24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos. Todos los que tienen algo que decir a Cristo, pueden encontrarlo en el templo. Cristo quiere hacernos creer; nosotros nos hacemos dudar. Los judíos comprendieron su significado, pero no pudieron formar con sus palabras una acusación completa contra él. Describió la disposición bondadosa y el estado feliz de sus ovejas; escucharon y creyeron su palabra, le siguieron como sus fieles discípulos, y ninguno de ellos debía perecer; porque el Hijo y el Padre eran uno. Así pudo defender a sus ovejas contra todos sus enemigos, lo que demuestra que reivindicaba el poder y la perfección divina por igual con el Padre. Los judíos rechazan a Jesús 21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos? 22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, 23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. 24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos. Todos los que tienen algo que decir a Cristo, pueden encontrarlo en el templo. Cristo quiere hacernos creer; nosotros nos hacemos dudar. Los judíos comprendieron su significado, pero no pudieron formar con sus palabras una acusación completa contra él. Describió la disposición bondadosa y el estado feliz de sus ovejas; escucharon y creyeron su palabra, le siguieron como sus fieles discípulos, y ninguno de ellos debía perecer; porque el Hijo y el Padre eran uno. Así pudo defender a sus ovejas contra todos sus enemigos, lo que demuestra que reivindicaba el poder y la perfección divina por igual con el Padre. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |