Por tu palabra Dios
3/26/2014
Por tu palabra Dios
Salmos 119:90-94 Este salmo puede considerarse como la declaración de la experiencia del creyente. Hasta donde nuestros puntos de vista, deseos y afectos concuerden con lo que aquí se expresa, vienen de la influencia del Espíritu Santo, y no más. La misericordia de Dios que perdona en Cristo es la única fuente de la felicidad para el pecador. Son más felices los que son preservados más libres de la contaminación del pecado, los que simplemente creen los testimonios de Dios y confían en sus promesas. Malo es si el corazón está dividido entre Él y el mundo, pero los santos evitan cuidadosamente todo pecado; están conscientes de mucho mal que los atasca en los caminos de Dios, pero no de esa iniquidad que los arranca de esos caminos. El tentador quiere que los hombres piensen que tienen la libertad de seguir o no la palabra de Dios, según les plazca. Pero el deseo y la oración del hombre bueno concuerda con la voluntad y el mandamiento de Dios. Si un hombre espera que, por obedecer una cosa, puede adquirir indulgencia para desobedecer en otras, se hará evidente su hipocresía; si no es avergonzado en este mundo, la vergüenza eterna será su porción. El salmista ansiaba aprender las leyes de Dios, dar la gloria a Dios. Y los creyentes ven que si Dios los abandona, el tentador será demasiado duro para ellos. La autoridad de la Palabra de Dios en nuestras vidas, LA PALABRA DE DIOS. Este texto considera la absoluta autoridad de la Palabra de Dios como algo inalterable y firmemente asegurado en el cielo. El pasaje señala: 1) Lo eterno del dominio divino mediante su Palabra. Aunque los tiempos y las estaciones cambian y las costumbres sociales, las opiniones humanas y las orientaciones filosóficas varían, ello no afecta la permanencia o la autoridad de la Palabra de Dios. 2) Dios es fiel en el ejercicio de su poder, en el cumplimiento de su promesa y las bendiciones de su Palabra, tanto como en su exigencia de justicia y juicio (v. 90). Así como habló y la tierra fue creada y se sostiene, de la misma manera también ha hablado en cuanto a las leyes que rigen la vida. El relativismo del pensamiento humano no afecta su autoridad o sus normas. 3) Aunque la creación subsiste por su Palabra (todas las cosas creadas le sirven, v. 91), el hombre contradice a menudo la autoridad del Creador. Pero, cualquiera que sea nuestra pasada rebelión, cuando acudimos a Cristo debe ocurrir una restauración de la Palabra de Dios como principio orientador de nuestras vidas. No sólo se declara esto en forma conclusiva en los evangelios por el mismo Jesús (Joh_8:47), sino que para Pablo, responder de otra manera, compromete el tipo de vida al cual hemos sido llamados (1Co_2:13-16). Como pueblo «espiritual» debemos rechazar las inclinaciones «naturales» de la humanidad caída. Al escuchar y rendirnos a la autoridad de la Palabra Divina, comprobamos que ya no somos dominados por el espíritu mundano del error (1Jo_4:6). Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Archives
November 2023
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