NO DESMAYES EN LA ADVERSIDAD
2/27/2023
Ministerio de Pablo a los gentiles.
Efesios3:1-13 Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles; 2 si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; 3 que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, 4 leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, 5 misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: 6 que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, 7 del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder. 8 A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, 9 y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; 10 para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12 en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; 13 por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria. Por haber predicado la doctrina de la verdad, el apóstol estaba preso, pero era preso de Jesucristo; era objeto de protección y cuidado especial mientras sufría por Él. Todas las ofertas de gracia del evangelio y la nueva de gran gozo que contiene, vienen de la rica gracia de Dios; es el gran medio por el cual el Espíritu obra la gracia en las almas de los hombres. El misterio es ese propósito de salvación secreto, escondido, por medio de Cristo. Esto no fue tan claramente mostrado en épocas anteriores a Cristo, como a los profetas del Nuevo Testamento. Esta era la gran verdad dada a conocer al apóstol, que Dios llamaría a los gentiles a la salvación por fe en Cristo. Una obra eficaz del poder divino acompaña los dones de la gracia divina. Como Dios nombró a Pablo para el oficio, así lo equipó para él. Aquellos a quienes Dios promueve a cargos honrosos, los hace sentirse bajos ante sus propios ojos; donde Dios da gracia para ser humilde, ahí da toda la gracia necesaria. ¡Cuán alto habla de Jesucristo, de las inescrutables riquezas de Cristo! Aunque muchos no son enriquecidos con estas riquezas, de todos modos ¡qué favor tan grande, que se nos predique a nosotros, y que nos sean ofrecidas! Si no somos enriquecidos con ellas es nuestra propia falta. La primera creación, cuando Dios hizo todas las cosas de la nada, y la nueva creación, por la cual los pecadores son hechos nuevas criaturas por la gracia que convierte, son de Dios por Jesucristo. Sus riquezas son tan inescrutables y seguras como siempre, aunque mientras los ángeles adoran la sabiduría de Dios en la redención de su Iglesia, la ignorancia de los hombres carnales sabios ante sus propios ojos, condena a todo como necedad. CRISTO ES LA RECONCILIACION
2/23/2023
2 Corintios 5:11-21
El ministerio de la reconciliación 11 Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias. 12 No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón. 13 Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros. 14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. El hombre renovado actúa sobre la base de principios nuevos, por reglas nuevas, con finalidades nuevas y con compañía nueva. El creyente es creado de nuevo; su corazón no es sólo enderezado; le es dado un corazón nuevo. Es hechura de Dios, creado en Cristo Jesús para buenas obras. Aunque es el mismo como hombre, ha cambiado su carácter y conducta. Estas palabras deben significar más que una reforma superficial. El hombre que antes no veía belleza en el Salvador para desearlo, ahora le ama por sobre todas las cosas. El corazón del que no está regenerado está lleno de enemistad contra Dios, y Dios está justamente ofendido con él. Pero puede haber reconciliación. Nuestro Dios ofendido nos ha reconciliado consigo por Jesucristo. Por la inspiración de Dios fueron escritas las Escrituras, que son la palabra de reconciliación; mostrando que había sido hecha la paz por la cruz, y cómo podemos interesarnos en ella. Aunque no puede perder por la guerra ni ganar por la paz, aun así Dios ruega a los pecadores que echen a un lado su enemistad, y acepten la salvación que Él ofrece. Cristo no conoció pecado. Fue hecho pecado; no pecador, sino pecado, una ofrenda por el pecado, un sacrificio por el pecado. El objetivo y la intención de todo esto era que nosotros pudiésemos ser hechos justicia de Dios en Él, pudiésemos ser justificados gratuitamente por la gracia de Dios por medio de la redención que es en Cristo Jesús. ¿Puede alguien perder, trabajar o sufrir demasiado por el que dio a su Hijo amado para que fuera el sacrificio por los pecados de ellos, para que ellos fuesen hechos la justicia de Dios en Él? |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |