Esperando al Señor Jesus
7/31/2015
2Pedro 3:8-13
Aquí se enseña y afirma a los cristianos en la verdad de la venida del Señor. Aunque, según cuentan los hombres, hay una gran diferencia entre un día y mil años, según la cuenta de Dios no hay diferencia. Todas las cosas, pasadas, presentes y futuras, están siempre delante de Él; la tardanza de mil años no puede ser tanto para Él como para nosotros es postergar algo por un día o por una hora. Si los hombres no tienen conocimiento ni fe en el Dios eterno, se inclinan a pensar que Él es como ellos. ¡Qué difícil es formarse la idea de la eternidad! Lo que los hombres cuentan como tardanza, es paciencia, y es a favor de nosotros; es para dar más tiempo a su pueblo para que avance en conocimiento y piedad, y en el ejercicio de la fe y la paciencia, para que abunde en buenas obras, haciendo y sufriendo aquello para lo que son llamados, para que puedan dar gloria a Dios. Por tanto, pongan en sus corazones que ciertamente serán llamados a dar cuenta de todas las cosas hechas en el cuerpo, sean buenas o malas. Que el andar humilde y diligente ante Dios y el juicio frecuente de vosotros mismos muestren vuestra firme fe en el juicio futuro, aunque muchos vivan como si absolutamente nunca tuvieran que rendir cuentas. El día llegará cuando los hombres estén seguros y no tengan la esperanza del día del Señor. Los majestuosos palacios y todas las cosas deseables que buscan los hombres mundanos, y en las cuales ponen su felicidad, serán quemadas; todas las clases de criaturas que Dios ha hecho y todas las obras de los hombres deben pasar por el fuego, que será fuego consumidor para todo lo que el pecado haya traído al mundo, aunque será fuego purificador para las obras de la mano de Dios. ¿Qué será de nosotros si ponemos nuestros afectos en esta tierra y la hacemos nuestra porción, aunque vemos que todas estas cosas serán quemadas? Por tanto, ¡asegurémonos de la felicidad más allá de este mundo visible! Te alabaré con rectitud de corazón
7/30/2015
Salmos 119:1-8
Este salmo puede considerarse como la declaración de la experiencia del creyente. Hasta donde nuestros puntos de vista, deseos y afectos concuerden con lo que aquí se expresa, vienen de la influencia del Espíritu Santo, y no más. La misericordia de Dios que perdona en Cristo es la única fuente de la felicidad para el pecador. Son más felices los que son preservados más libres de la contaminación del pecado, los que simplemente creen los testimonios de Dios y confían en sus promesas. Malo es si el corazón está dividido entre Él y el mundo, pero los santos evitan cuidadosamente todo pecado; están conscientes de mucho mal que los atasca en los caminos de Dios, pero no de esa iniquidad que los arranca de esos caminos. El tentador quiere que los hombres piensen que tienen la libertad de seguir o no la palabra de Dios, según les plazca. Pero el deseo y la oración del hombre bueno concuerda con la voluntad y el mandamiento de Dios. Si un hombre espera que, por obedecer una cosa, puede adquirir indulgencia para desobedecer en otras, se hará evidente su hipocresía; si no es avergonzado en este mundo, la vergüenza eterna será su porción. El salmista ansiaba aprender las leyes de Dios, dar la gloria a Dios. Y los creyentes ven que si Dios los abandona, el tentador será demasiado duro para ellos. El poder del evangelio
7/29/2015
Romanos 1:16-25
El apóstol expresa en estos versículos el propósito de toda la epístola, en la cual plantea una acusación de pecaminosidad contra toda carne; declara que el único método de liberación de la condena es la fe en la misericordia de Dios por medio de Jesucristo y, luego, edifica sobre ello la pureza del corazón, la obediencia agradecida, y los deseos fervientes de crecer en todos esas gracias y temperamentos cristianos que nada, sino la fe viva en Cristo, puede producir. Dios es un Dios justo y santo, y nosotros somos pecadores culpables. Es necesario que tengamos una justicia para comparecer ante Él; tal justicia existe, fue traída por el Mesías, y dada a conocer en el evangelio: el método de aceptación por gracia a pesar de la culpa de nuestros pecados. Es la justicia de Cristo, que es Dios, la que proviene de una satisfacción de valor infinito. La fe es todo en todo, en el comienzo y en la continuación de la vida cristiana. No es de la fe a las obras como si la fe nos pusiera en un estado justificado y, luego, las obras nos mantuvieran allí, pero siempre es de fe en fe: es la fe que sigue adelante ganándole la victoria a la incredulidad. Jesus obra en todo tiempo
7/28/2015
Lucas 14:1-6
Este fariseo, como otros, parece haber tenido mala intención para recibir a Jesús en su casa, pero a nuestro Señor no le impide sanar un hombre aunque sabía que suscitaría una murmuración por hacerlo en el día de reposo. Requiere cuidado entender la relación apropiada entre la piedad y la caridad al observar el día de reposo, y la distinción entre obras de necesidad real y hábitos de darse el gusto a uno mismo. La sabiduría de lo alto enseña la paciente perseverancia en hacer el bien. Salmos 112:1-10
Si tememos al Señor y nos gozamos al obedecer sus mandamientos, tenemos muchas bendiciones a nuestro alcance: honor, prosperidad, seguridad, libertad del temor (112.2-9). Si espera las bendiciones de Dios, debe antes reverenciarle y obedecerle con alegría. La generosidad curará dos problemas que el dinero puede crear. El rico puede abusar de otros en su afán por acumular riquezas. La generosidad eliminará ese abuso. Además, el temor a perder dinero puede ser una trampa. La generosidad y el respeto a Dios coloca nuestra confianza, por justicia y seguridad, en El y no en el dinero. Todos queremos vivir sin temor. Nuestros héroes son personas valientes que corren toda clase de riesgos y los superan. El salmista nos enseña que el temor de Dios nos puede llevar a una vida sin temor. Temer a Dios significa respetarlo y reverenciarlo como el Dios todopoderoso. Cuando confiemos plenamente en que Dios nos cuida, descubriremos que nuestros demás temores, aun el de la misma muerte, se desplomarán. "Su poder será exaltado en gloria" significa que la dignidad de Dios se pondrá en alto y se honrarán a los fieles a Dios. Actitud interna
7/23/2015
Mateo 6:1-8
En seguida, nuestro Señor advirtió contra la hipocresía y la simulación exterior en los deberes religiosos. Lo que hay que hacer, debemos hacerlo a partir de un principio interior de ser aprobados por Dios, no la búsqueda del elogio de los hombres. En estos versículos se nos advierte contra la hipocresía de dar limosna. Atención a esto. Es pecado sutil; y la vanagloria se infiltra en lo que hacemos, antes de darnos cuenta. Pero el deber no es menos necesario ni menos excelente porque los hipócritas abusan de él para servir a su orgullo. La condena que Cristo dicta parece primero una promesa, pero es su recompensa; no es la recompensa que promete Dios a los que hacen el bien, sino la recompensa que los hipócritas se prometen a sí mismos, y pobre recompensa es; ellos lo hicieron para ser vistos por los hombres, y son vistos por los hombres. Cuando menos notamos nuestras buenas obras, Dios las nota más. Él te recompensará; Si no hay oración, entonces no hay gracia. Los escribas y los fariseos eran culpables de dos grandes faltas en la oración: la vanagloria y la vana repetición. —“Verdaderamente ellos tienen su recompensa”; si en algo tan grande entre nosotros y Dios, cuando estamos orando, podemos tener en cuenta una cosa tan pobre como el halago de los hombres, justo es que eso sea toda nuestra recompensa. Pero no hay un musitar secreto y repetido en busca de Dios que Él no vea. Se le llama recompensa, pero es de gracia, no por deuda; ¿qué mérito puede haber en mendigar? Si no da a su pueblo lo que piden, se debe a que sabe que no lo necesitan y que no es para su bien. Estudiemos bien lo que muestra la actitud mental en que debemos ofrecer nuestras oraciones, y aprendamos diariamente de Cristo cómo orar. La regla de oro
7/22/2015
Lucas 6:27-36
Estas son lecciones duras para carne y sangre, pero si estamos bien fundados en la fe del amor de Cristo, esto hará que sus mandamientos nos sean fáciles. Todo el que va a Él para lavarse en su sangre y conocer la grandeza de la misericordia y del amor que hay en Él, puede decir, veraz y sinceramente: Señor, ¿qué quieres que haga? Entonces sea nuestro propósito ser misericordiosos según la misericordia de nuestro Padre celestial para con nosotros. El amor al prójimo se hace difícil. Nosotros nos rebelamos contra la injusticia, queremos tomar venganza cuando se nos hace alguna injusticia, queremos tener a raya el mal pagando en la misma moneda: Como tú a mí, yo a ti, «ojo por ojo, y diente por diente» . Jesús exige que no se responda al mal con mal, sino que no se oponga resistencia al mal y se venza el mal con el bien. Estos principios se aplican al mal que se nos hace en la persona: al que te pegue en una mejilla..., y también a los perjuicios que se nos ocasionan en los bienes: a quien intenta quitarte el manto... La generosidad del discípulo de Jesús no ha de conocer límites: Dale a todo el que te pida, sin consideración de nacionalidad, de comunidad de creencias, de posición personal, de dignidad: no te canses de dar. Jesús va todavía más lejos: No se ha de reclamar la propiedad que se nos quita con astucia y violencia. Quien sufre tales daños no ha de defenderse, no ha de tratar de recobrar lo propio. ¿Ha de convertirse la injusticia en derecho? En el amor no hay temor
7/21/2015
1 Juan 4:18-21
Debe haber un día de juicio universal. ¡Dichosos aquellos que tendrán osadía santa ante el Juez en aquel día sabiendo que Él es su Amigo y Abogado! Dichosos aquellos que tendrán osadía santa en la perspectiva de aquel día, que miran y esperan por eso y por la manifestación del Juez. El verdadero amor a Dios asegura a los creyentes del amor de Dios por ellos. El amor nos enseña a sufrir por Él y con Él; por tanto, podemos confiar que también seremos glorificados con Él. Debemos distinguir entre el temor de Dios y tenerle miedo; el temor de Dios comprende alta consideración y veneración por Dios. La obediencia y las buenas obras hechas a partir del principio del amor, no son como el esfuerzo servil de uno que trabaja sin voluntad por miedo a la ira del amo. Son como las de un hijo obediente que sirve a un padre amado que beneficia a sus hermanos y las hace voluntariamente. Señal de que nuestro amor dista mucho de ser perfecto si son muchas nuestras dudas, temores y aprensiones de Dios. Que el cielo y la tierra se asombren por Su amor. Él envió Su palabra a invitar a los pecadores a participar de esta gran salvación. Que ellos tengan el consuelo del cambio feliz obrado en ellos mientras le dan a Él la gloria. El amor de Dios en Cristo, en los corazones de los cristianos por el Espíritu de adopción, es la prueba grande de la conversión. Esta debe ser probada por sus efectos en sus temperamentos, y en sus conductas para con sus hermanos. Si un hombre dice amar a Dios y, sin embargo, se permite ira o venganza, o muestra una disposición egoísta, desmiente a su confesión. Pero si es evidente que nuestra enemistad natural está cambiada en afecto y gratitud, bendigamos el nombre de nuestro Dios por este sello y primicia de dicha eterna. Entonces nos diferenciamos de los profesos falsos que pretenden amar a Dios a quien no han visto pero odian a sus hermanos a los que han visto. El juzgar a los demás
7/18/2015
Lucas 6:37-49
Cristo usaba a menudo todos estos dichos y era fácil aplicarlos. Debemos ser muy cuidadosos cuando culpamos al prójimo; porque nosotros mismos necesitamos fianza. Si somos de espíritu que da y perdona, cosecharemos el beneficio. Aunque en el otro mundo se paga con medida llena y exacta, no es así en este mundo; no obstante, la Providencia hace lo que ha de estimularnos para hacer el bien. Los que siguen a la gente para hacer el mal, van por el camino ancho que lleva a la perdición. El árbol se conoce por sus frutos; que la palabra de Cristo sea injertada de tal modo en nuestros corazones que podamos ser fructíferos en toda buena palabra y obra. Lo que la boca habla comúnmente concuerda con lo que abunda en el corazón. Hacen un trabajo seguro para sus almas y para la eternidad, y siguen el rumbo que les será de beneficio en el tiempo de prueba, sólo los que piensan, hablan, y actúan conforme a las palabras de Cristo. Quienes se esfuerzan en la religión, hallan su esperanza en Cristo que es la Roca de los siglos, y nadie puede poner otro fundamento. En la muerte y en el juicio ellos están a salvo si son sostenidos por el poder de Cristo, por medio de la fe para salvación, y nunca perecerán. Jesús, el camino al Padre
7/15/2015
Juan 14:1-11
Aquí hay tres palabras sobre las cuales puede ponerse todo el énfasis: La palabra turbe . No os deprimáis ni os angustiéis. La palabra corazón . Que su corazón esté guardado con toda confianza en Dios. La palabra vuestro . Por más que el prójimo esté abrumado por las penas de esta época actual, vosotros no estéis así. Los discípulos de Cristo deben mantener su mente en paz, más que el prójimo, cuando todo lo demás está turbado. He aquí el remedio contra este trastorno de la mente, “Creed”. Creyendo en Cristo como Mediador entre Dios y el hombre, recibimos consuelo. Se habla de la dicha del cielo como estar en la casa del padre. Hay muchas mansiones, porque hay muchos hijos para ser llevados a la gloria. Las mansiones son viviendas que duran. Cristo será el Consumador de aquello, de lo cual es el Autor o Iniciador; si tiene preparado el lugar para nosotros, nos preparará para eso. Cristo es el Camino al Padre que los pecadores tienen en su persona como Dios manifestado en carne, en su sacrificio expiatorio, y como nuestro Abogado. Él es la Verdad, que cumple todas las profecías del Salvador; creyendo eso los pecadores van por Él, el Camino. Él es la Vida, por su Espíritu vivificador reciben vida los muertos en pecado. Nadie que no sea vivificado por Él, la Vida, y enseñado por Él, la Verdad, puede acercarse a Dios como Padre por Él, el Camino. Por Cristo, el Camino, nuestras oraciones van a Dios y sus bendiciones vienen a nosotros; este es el Camino que lleva al reposo, el buen Camino antiguo. Él es la Resurrección y la Vida. Todo el que ve a Cristo por fe, ve al Padre en Él. A la luz de la doctrina de Cristo vieron a Dios como Padre de las luces y, en los milagros de Cristo vieron a Dios como el Dios del poder. La santidad de Dios brilló en la pureza inmaculada de la vida de Cristo. Tenemos que creer la revelación de Dios al hombre en Cristo; porque las obras del Redentor muestran su gloria, y a Dios en Él. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |