LA JUSTICIA DE DIOS
2/7/2025
Romanos 3:21-23
La justicia es por medio de la fe 21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, ¿Debe el hombre culpable permanecer bajo la ira? ¿Es la herida para siempre incurable? No; bendito sea Dios, hay otro camino abierto para nosotros. Esta es la justicia de Dios; la justicia de su ordenación, provisión y aceptación. Es por esa fe que tiene como objeto a Jesucristo; un Salvador ungido, así significa Jesucristo. La fe justificadora respeta a Cristo como Salvador, en todos sus tres oficios ungidos, como Profeta, Sacerdote y Rey; confiando en él, aceptándolo y adhiriéndose a él: en todo esto, judíos y gentiles son igualmente bienvenidos a Dios por medio de Cristo. No hay diferencia, su justicia está sobre todos los que creen; no sólo se les ofrece, sino que se les pone como una corona, como un manto. Es gracia gratuita, mera misericordia; no hay nada en nosotros que merezca tales favores. Nos llega gratuitamente, pero Cristo la compró y pagó el precio. Y la fe tiene en cuenta especialmente la sangre de Cristo, como la que hizo la expiación. Dios, en todo esto, declara su justicia. Es evidente que odia el pecado, cuando nada menos que la sangre de Cristo podría satisfacerlo. Y no estaría de acuerdo con su justicia exigir la deuda, cuando el fiador la ha pagado, y él ha aceptado ese pago en plena satisfacción.
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QUIERES VIVIR EN SU MONTE SANTO?
2/5/2025
Salmos 15:1-5
Los que habitarán en el monte santo de Dios Salmo de David. 15 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? 2 El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. 3 El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino. 4 Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; 5 Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás. Este Salmo es semejante al 24, habla de las exigencias éticas de entrar en la presencia de Dios. Si fue escrito por David, pudo haber sido cuando trasladó el arca a Jerusalén (2Sa 6:1-23). La respuesta a la pregunta inicial puede dividirse en diez condiciones éticas, quizá inspiradas en el Decálogo. Aunque no hay correspondencia formal con los Diez Mandamientos, representan la misma ética. 1. ¿Quién puede entrar?, v. 1 Tabernáculo y santo monte simbolizan la presencia protectora y la comunión con Dios. El Salmo sin duda fue usado por los hebreos en su peregrinaje al templo en Jerusalén. Dios pide requisitos éticos para entrar en comunión con él. En esto era muy diferente de los dioses contemporáneos; y ¡qué diferencia de sistemas éticos hoy día también! 2. Tres condiciones positivas, v. 2 La respuesta de la pregunta en el v. 1 ocupa todo el Salmo excepto la última línea. Nótese que no hay mención de ritos; la obediencia vale más que los ritos. Anda en integridad habla del proceder de uno. Dios quiere que nuestra vida sea íntegra y sincera. Hace justicia también habla del obrar exterior de uno. La ética bíblica no es relativista; se basa en normas estables de verdad y justicia. El que hace justicia da lo correcto, ayuda a los necesitados y no usa a otros para su propio provecho. Todos tomamos decisiones que afectan a la sociedad; así todos somos responsables por la justicia. Habla (o piensa) verdad en su corazón. La vida interior también debe ser sana, sincera y honesta. La buena conducta 2Sa 15:2-5 El libro de los Salmos contiene al menos, recogidas sintéticamente en este Salmo, una lista de diez normas que regulan la buena conducta, que constituyen también el tema de los Diez Mandamientos (Exo. 20). 1. Integridad, v. 2. 2. Hacer justicia, v. 2. 3. Hablar verdad, v. 2. 4. No calumniar, v. 3. 5. No hacer mal al prójimo, v. 3. 6. No reprochar, v. 3. 7. No menospreciar, v. 4. 8. No jurar para hacer daño, v. 4 9. No practicar la usura, v. 5. 10. No admitir cohecho, v. 5. 3. Tres condiciones negativas, v. 3 No calumnia (o “no tropieza”) con su lengua (cf. Job 39:1). La Biblia hace hincapié en la seriedad y lo pecaminoso de chismear. Ni hace mal… Mucho del Decálogo tiene que ver con esto. Un pecado contra un ser humano es un pecado contra Dios. Ni hace agravio (o “calumnia”). La palabra significa reproche o calumnia. De nuevo, enfatiza la seriedad de agredir o dañar a otra persona. 4. Dos condiciones positivas, v. 4 La primera condición aquí ocupa dos líneas: Es menospreciado el vil y honra a los que temen a Jehová. Quizá pensamos que esta condición no nos toca mucho, pero ¿qué de mirar la corrupción en la televisión?; o ¿reír de chistes obscenos? A veces aun los creyentes están tan acostumbrados a ver el pecado que no les causa reacción. “Ser fiel a su palabra” es un eco de Lev 5:4. El que sigue a Cristo debe ser honesto en todo que dice. ¿Quién residirá en tu santo monte? (Lev 15:1) 5. Dos condiciones negativas, v. 5a No presta. La usura en principio no es mala, pues fue permitida a los extranjeros. Fue prohibida a los hebreos porque el que necesitaba préstamo estaba en una situación difícil, entonces cobrar usura sería aprovecharse de la dura situación de un hermano (Deu 23:19-20; Lev 25:36). Ni… acepta soborno. El soborno es la maldición de una sociedad corrupta. 6. Una bendición, v. 5b ¡El que hace estas cosas...! Dios es santo y pide santidad de sus oradores. Pero a veces se ha enfatizado tanto la santidad que las personas no se atreven a acercarse a Dios. El otro extremo es tomar la adoración y la oración con actitud demasiado liviana. Este Salmo nos enseña la necesidad de acercarnos a Dios con humildad y reverencia. Hemos de reconocer que nadie lo cumple a la perfección; pero los salmistas también reconocieron la gracia de Dios y, seguros de su misericordia y su perdón, pudieron acercarse a Dios con humildad, pero a la vez con plena confianza. FELICES SIEMPRE
1/28/2025
Filipenses 4: 1-7
Regocijaos en el Señor siempre 1 Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados. 2 Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. 3 Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a estas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. 4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. En esto pensad8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. Que los creyentes sean de un mismo sentir y estén dispuestos a ayudarse mutuamente. Como el apóstol había encontrado el beneficio de su ayuda, sabía lo cómodo que sería para sus compañeros de trabajo tener la ayuda de otros. Procuremos dar la seguridad de que nuestros nombres están escritos en el libro de la vida. La alegría en Dios es de gran importancia en la vida cristiana; y los cristianos necesitan ser llamados a ella una y otra vez. Supera con creces todos los motivos de tristeza. Que sus enemigos perciban cuán moderados eran en cuanto a las cosas externas, y cuán serenamente sufrían las pérdidas y las dificultades. El día del juicio llegará pronto, con plena redención para los creyentes, y destrucción para los hombres impíos. Hay un cuidado de la diligencia que es nuestro deber, y que concuerda con una previsión sabia y una preocupación debida; pero hay un cuidado del temor y la desconfianza, que es pecado y locura, y que sólo desconcierta y distrae la mente. Como remedio contra la preocupación perpleja, se recomienda la oración constante. No sólo tiempos establecidos para la oración, sino en todo por la oración. Debemos unir las acciones de gracias con las oraciones y las súplicas; no sólo buscar el suministro de bienes, sino también poseer las misericordias que hemos recibido. Dios no necesita que le digamos nuestras necesidades o deseos; él los conoce mejor que nosotros; pero quiere que mostremos que valoramos la misericordia y que sentimos nuestra dependencia de él. La paz de Dios, el sentido confortable de estar reconciliados con Dios, y tener parte en su favor, y la esperanza de la bendición celestial, son un bien mayor de lo que se puede expresar. Esta paz guardará nuestros corazones y nuestras mentes por medio de Cristo Jesús; evitará que pequemos bajo los problemas, y que nos hundamos bajo ellos; nos mantendrá tranquilos y con satisfacción interior. Los creyentes deben obtener y conservar un buen nombre; un nombre para cosas buenas con Dios y con los hombres buenos. Debemos andar por todos los caminos de la virtud, y permanecer en ellos; entonces, sea nuestra alabanza de los hombres o no, será de Dios. El apóstol es un ejemplo. Su doctrina y su vida concuerdan. La manera de tener al Dios de la paz con nosotros, es mantenernos cerca de nuestro deber. Todos nuestros privilegios y salvación surgen en la libre misericordia de Dios; sin embargo, el disfrute de ellos depende de nuestra conducta sincera y santa. Estas son obras de Dios, que pertenecen a Dios, y sólo a él deben atribuirse, y a ningún otro, ni a los hombres, ni a las palabras, ni a los hechos. 1 Pedro 4:1-19
Padeciendo como cristianos 12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 15 Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16 pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? 19 De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien. 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 24 Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. Por la paciencia y la fortaleza en el sufrimiento, por la dependencia de las promesas de Dios y por la observancia de la palabra que el Espíritu Santo ha revelado, el Espíritu Santo es glorificado; pero por el desprecio y los reproches que se lanzan contra los creyentes, se habla mal de él y se le blasfema. Se podría pensar que tales advertencias son innecesarias para los cristianos. Pero sus enemigos los acusan falsamente de crímenes infames. E incluso los mejores hombres necesitan ser advertidos contra los peores pecados. No hay consuelo en los sufrimientos, cuando los provocamos nosotros mismos por nuestro propio pecado y locura. Se acercaba un tiempo de calamidad universal, como lo predijo nuestro Salvador, Mateo 24:9; Mateo 24:10. Y si tales cosas ocurren en esta vida, ¡qué terrible será el día del juicio! Es cierto que los justos apenas se salvan; incluso los que se esfuerzan por andar rectamente en los caminos de Dios. Esto no significa que el propósito y la actuación de Dios sean inciertos, sino sólo las grandes dificultades y los duros encuentros en el camino; que pasan por tantas tentaciones y tribulaciones, tantas luchas por fuera y temores por dentro. Sin embargo, todas las dificultades exteriores serían como nada, si no fuera por las lujurias y corrupciones interiores. Estos son los peores estorbos y problemas. Y si el camino del justo es tan duro, ¡cuán duro será el fin del pecador impío, que camina en el pecado con deleite, y piensa que el justo es un tonto por todos sus dolores! El único modo de conservar bien el alma, es encomendarla a Dios mediante la oración, y la perseverancia paciente en el bien hacer. Él anulará todo para el beneficio final del creyente. LA SABIDURIA QUE VIENE DE DIOS
1/24/2025
Santiago 3:13-18
La sabiduría de lo alto13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. FE Y OBRA
1/23/2025
Santiago 2:14-20
La fe sin obras es muerta 14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? Hacedores de la palabra
1/20/2025
Santiago 1:19-27
Hacedores de la palabra19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace. 26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. mantente firme
1/7/2025
Salutación1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.
La sabiduría que viene de Dios. 2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.9 El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; 10 pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. 11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas. AMOR EN GRATITUD
1/5/2025
Jesús en el hogar de Simón el fariseo
36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. 40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41 Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; 42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; más esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; más esta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite; más esta ha ungido con perfume mis pies. 47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; más aquel a quien se le perdona poco, poco ama. 48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. 49 Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es este, que también perdona pecados? 50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz. Nadie puede percibir verdaderamente lo precioso que es Cristo, y la gloria del evangelio, excepto los que tienen el corazón roto. Pero mientras sienten que no pueden expresar suficientemente su aborrecimiento por el pecado, y su admiración por su misericordia, los autosuficientes se sentirán disgustados, porque el evangelio alienta a tales pecadores arrepentidos. El fariseo, en lugar de alegrarse por las muestras de arrepentimiento de la mujer, limitó sus pensamientos a su anterior mal carácter. Pero sin el perdón gratuito ninguno de nosotros puede escapar de la ira venidera; esto lo ha comprado nuestro bondadoso Salvador con su sangre, para otorgarlo libremente a todo el que crea en él. Cristo, mediante una parábola, obligó a Simón a reconocer que cuanto más pecadora había sido esta mujer, mayor amor debía mostrarle cuando sus pecados fueran perdonados. Aprende aquí que el pecado es una deuda; y todos son pecadores, son deudores de Dios Todopoderoso. Algunos pecadores son deudores más grandes; pero sea nuestra deuda mayor o menor, es más de lo que podemos pagar. Dios está dispuesto a perdonar; y habiendo comprado su Hijo el perdón para los que creen en él, su evangelio se lo promete, y su Espíritu lo sella a los pecadores arrepentidos, y les da el consuelo. Mantengámonos alejados del espíritu orgulloso del fariseo, dependiendo y regocijándonos simplemente en Cristo, y así estaremos preparados para obedecerle con más celo, y recomendarlo con más fuerza a todos los que nos rodean. Cuanto más expresemos nuestro dolor por el pecado y nuestro amor a Cristo, más clara será la evidencia del perdón de nuestros pecados. ¡Qué maravilloso cambio hace la gracia en el corazón y la vida del pecador, así como en su estado ante Dios, por la remisión completa de todos sus pecados mediante la fe en el Señor Jesús. JESUS VINO PARA SANAR Y SALVAR
1/4/2025
Jesús sana al siervo de un centurión LUCAS 7:1-10 Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum. 2 Y el siervo de un centurión, a quien este quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. 3 Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. 4 Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; 5 porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. 6 Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; 7 por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano. 8 Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 9 Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 10 Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo. Los siervos deben estudiar para hacerse querer por sus amos. Los amos deben cuidar especialmente a sus siervos cuando están enfermos. Todavía podemos, mediante una oración fiel y ferviente, acudir a Cristo, y debemos hacerlo cuando la enfermedad afecta a nuestras familias. La construcción de lugares para el culto religioso es una buena obra y un ejemplo de amor a Dios y a su pueblo. Nuestro Señor Jesús se complació en la fe del centurión; y nunca deja de responder a las expectativas de esa fe que honra su poder y su amor. La cura se produjo pronto y fue perfecta. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |