Torre fuerte es el nombre de Jehová
2/25/2016
Proverbios 18:10-11
Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado. 11 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada, Y como un muro alto en su imaginación. El poder divino dado a conocer en nuestro Señor Jesucristo y por medio de Él, forma una torre fuerte para el creyente que confía en el Señor. ¡Cuán engañosa es la defensa del rico que tiene su porción y tesoro en este mundo! Ciudad fortificada y muro alto es en su propia presunción, porque caerá cuando más lo necesite. Ellos quedarán expuestos a la ira justa de aquel Juez al cual despreciaron como Salvador. Galatas 6:1-5
cumplimos la ley de Cristo. Esto nos obliga a la tolerancia mutua y a la compasión de unos con otros, conforme a su ejemplo. Nos corresponde llevar las cargas de unos y otros como compañeros de viaje. Muy corriente es que el hombre se considere más sabio y mejor que todos los demás hombres, y bueno para mandarlos. Se engaña a sí mismo; pretende lo que no tiene, se engaña a sí mismo, y tarde o temprano, se hallará con lamentables efectos. Este nunca ganará la estima de Dios ni la de los hombres. Se advierte a cada uno que examine su obra. Mientras mejor conozcamos nuestro corazón y nuestros modales, menos despreciaremos a los demás y más dispuestos estaremos para ayudarles cuando tengan enfermedades y aflicciones. Cuán leves les parecen los pecados a los hombres cuando los cometen, pero los hallarán como carga pesada cuando tengan que dar cuenta a Dios de ellos. Nadie puede pagar el rescate por un hermano; y el pecado es una carga para el alma. Es una carga espiritual; y mientras menos la sienta alguien, más causa tiene para sospechar de sí. La mayoría de los hombres están muertos en sus pecados y, por tanto, no ven ni sienten la carga espiritual del pecado. Al sentir el peso y carga de nuestros pecados, debemos procurar ser aliviados por el Salvador, y darnos por advertidos contra todo pecado. Proverbios21:1-3
El creyente, al notar que el Señor manda cada corazón como bien le parece, como el agricultor que distribuye el agua por sus terrenos según le place, procura que su propio corazón, y el corazón de los demás, sean dirigidos a la fe, el temor y el amor de Dios. En los días de Salomón, los reyes poseían autoridad absoluta y a menudo se consideraban dioses. Este proverbio muestra que Dios, no los gobernantes terrenales, tiene la autoridad final sobre la política mundial. A pesar de que no se han dado cuenta, los reyes más poderosos de la tierra han estado siempre bajo el control de Dios. (Véase Isa_10:5-8 para un ejemplo de un rey que Dios utilizó para sus propósitos.) La gente puede encontrar una disculpa casi para todo, sin embargo Dios mira detrás de la excusa en busca de los motivos del corazón. A menudo tenemos que tomar decisiones en esferas de la vida donde las buenas acciones resultan difíciles de discernir. Nos ayudaría tomar tales decisiones tratando de identificar los motivos en primer lugar y luego preguntarnos: "¿Le complacerían a Dios mis verdaderas razones para hacer esto?" El no se complace cuando hacemos cosas buenas solo para recibir algo a cambio. Los sacrificios y ofrendas no son sobornos que le hacemos a Dios para que no mire nuestras fallas de carácter. Si nuestros tratos personales y de negocios no se caracterizan por la justicia, ninguna cantidad de generosidad en el plato de la ofrenda la compensará. Yo y el Padre uno somos
2/12/2016
Juan 10:22-30
Todos los que tienen algo que decir a Cristo, pueden encontrarlo en el templo. Cristo nos hará creer; nosotros nos hacemos dudar. Los judíos entendieron su significado, pero no pudieron dar forma a sus palabras como acusación completa en su contra. Él describió la disposición de gracia y el estado de dicha de sus ovejas; ellas oyeron y creyeron su palabra, le siguieron como sus fieles discípulos, y ninguna de ellas perecerá, porque el Hijo y el Padre eran uno. Así, pues, pudo defender a sus ovejas contra todos sus enemigos, lo cual prueba que pretendió tener poder y perfección divinos iguales al Padre. Riqueza de su gracia
2/11/2016
Efesios 1:9-12
Las bendiciones celestiales y espirituales son las mejores bendiciones; con las cuales no podemos ser miserables, y sin las cuales no podemos sino serlo. Esto viene de la elección de ellos en Cristo, antes de la fundación del mundo, para que fuesen hechos santos por la separación del pecado, siendo apartados para Dios y santificados por el Espíritu Santo, como consecuencia de su elección en Cristo. Todos los escogidos para la felicidad como fin, son escogidos para santidad como medio. Fueron predestinados o preordenados con amor para ser adoptados como hijos de Dios por fe en Cristo Jesús, y ser abiertamente recibidos en los privilegios de la elevada relación con Él. El creyente reconciliado y adoptado, el pecador perdonado, da toda la alabanza de su salvación a su bondadoso Padre. Su amor estableció este método de redención, no escatimó a su propio Hijo, y trajo a los creyentes a que oyeran y abrazaran esta salvación. Fue riqueza de su gracia proveer como garantía a su propio Hijo, y entregarlo libremente. Este método de la gracia no estimula el mal; muestra el pecado en toda su odiosidad, y cuánto merece la venganza. Las acciones del creyente, y sus palabras, declaran las alabanzas de la misericordia divina. Las bendiciones fueron dadas a conocer a los creyentes cuando el Señor les muestra el misterio de su soberana voluntad, y el método de redención y salvación. Pero esto debiera haber estado por siempre oculto de nosotros, si Dios no las hubiera dado a conocer por su palabra escrita, la predicación de su evangelio, y su Espíritu de verdad. Aguarda a Jehová
2/10/2016
Salmos 27:7-14
Donde estuviere el creyente, puede hallar el camino al trono de gracia por la oración. Dios nos llama por su Espíritu, por su palabra, por su adoración y por providencias especiales, misericordiosas que nos afligen. Cuando estamos neciamente coqueteando con las vanidades mentirosas, Dios está, por amor a nosotros, llamándonos a buscar nuestras misericordias en Él. La llamada es general. “Buscad mi rostro”, pero debemos aplicarlo a nosotros mismos, “tu rostro buscaré”. La palabra no sirve cuando no aceptamos la exhortación: el corazón bondadoso responde rápidamente a la llamada del Dios bondadoso, siendo voluntario en el día de su poder. El salmista requiere el favor del Señor; la continuación de su presencia con él; el beneficio de la dirección divina y el beneficio de la protección divina. El tiempo de Dios para ayudar a los que confían en Él llega cuando toda otra ayuda falla. Él es un Amigo más seguro y mejor de lo que son o pueden ser los padres terrenales. —¿Cuál era la creencia que sustentaba al salmista? Que vería la bondad del Señor. Nada hay como la esperanza de fe en la vida eterna, los vistazos anticipados de esa gloria y el sabor previo de sus placeres para impedir que desfallezcamos mientras estamos sometidos a todas las calamidades. Mientras tanto él debe ser fortalecido para soportar el peso de sus cargas. Miremos al Salvador sufriente y oremos en fe que no seamos entregados a las manos de nuestros enemigos. Animémonos unos a otros a esperar en el Señor con paciente esperanza y oración ferviente. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |