Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
3/30/2016
Galatas 5:13-16
El evangelio es una doctrina conforme a la piedad, y está lejos de consentir con el menor pecado, que nos somete a la obligación más fuerte de evitarlo y vencerlo. El apóstol insiste en que toda la ley se cumple en una palabra: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Si se pelean los cristianos, que deben ayudarse mutuamente y regocijarse unos en otros, ¿qué puede esperarse sino que el Dios de amor niegue su gracia, que el Espíritu de amor se vaya, y prevalezca el espíritu maligno que busca destruirlos? -Bueno fuera que los creyentes se pusieran en contra del pecado en ellos mismos y en los lugares donde viven, en vez de morderse y devorarse unos a otros con motivo de diversidad de opinión diferente. Un buen ministro de Jesucristo
3/29/2016
1 Timoteo 4:6-10
Poco aprovechan los actos externos de abnegación. ¿De qué nos servirá mortificar el cuerpo si no mortificamos el pecado? No puede servir de gran cosa la diligencia aplicada a las cosas puramente exteriores. El provecho de la piedad radica en gran parte en la promesa; y las promesas para la gente piadosa se relacionan parcialmente con la vida presente, pero especialmente, con la vida venidera: aunque perdamos por Cristo, no perderemos para Él. Si Cristo es el Salvador de todos los hombres, entonces será, mucho más quien recompensa de quienes le buscan y sirven; Él proveerá bien para quienes Él haya hecho nuevas criaturas. Dios es el que justifica.
3/28/2016
Romanos 8:32-39
Todas las cosas del cielo y la tierra, cualesquiera sean, no son tan grandes como para exhibir el libre amor de Dios como la dádiva de su coigual Hijo, como expiación por el pecado del hombre en la cruz; y todo lo demás sigue a la unión con Él y el interés en Él. “Todas las cosas”, todo eso que pueda ser causa o medio de cualquier bien real para el cristiano fiel. El que ha preparado una corona y un reino para nosotros, nos dará lo que necesitamos en el camino para alcanzarla. Los hombres pueden justificarse a sí mismos aunque las acusaciones contra ellos estén plenamente vigentes; pero si Dios justifica, eso responde a todo. Así somos asegurados por Cristo. Él pagó nuestra deuda por el mérito de su muerte. Sí, más que eso, Él ha resucitado. Esta es la prueba convincente de que la justicia divina fue satisfecha. De manera que tenemos un Amigo a la diestra de Dios; toda potestad le ha sido dada a Él, que está allí, e intercede. ¡Creyente!; ¡dice tu alma dentro de ti, ¡oh, que Él fuera mío! Y ¡oh, que yo fuera de Él! ¡que yo pudiese complacerle y vivir para Él! Colosenses 1:24-29
Los sufrimientos de la Cabeza y de los miembros son llamados sufrimientos de Cristo, y hechos, como si lo fueran, un cuerpo de sufrimientos. Pero Él sufrió por la redención de la Iglesia; nosotros sufrimos por otras cosas, porque sólo saboreamos ligeramente esa copa de aflicciones que Cristo bebió primero hasta las heces. Puede decirse que el cristiano cumple lo que falta de los sufrimientos de Cristo cuando toma su cruz, y según la pauta de Cristo, sufre pacientemente las aflicciones que Dios le asigna. Seamos agradecidos que Dios nos haya dado a conocer los misterios ocultos por edades y generaciones y haya mostrado las riquezas de su gloria entre nosotros. Al predicarse a Cristo entre nosotros preguntemos honestamente si Él habita y reina en nosotros; porque sólo esto puede garantizar nuestra esperanza de su gloria. Debemos ser fieles hasta la muerte en medio de todas las pruebas para recibir la corona de vida y alcanzar la meta de nuestra fe: la salvación de nuestras almas. La sabiduría de lo alto
3/16/2016
Santiago 3:13-18
Estos versículos muestran la diferencia entre los hombres que pretenden ser sabios y los que realmente lo son. El que piensa o habla bien no es sabio en el sentido de las Escrituras, si no vive y actúa bien. La sabiduría verdadera puede conocerse por la mansedumbre del espíritu y del temperamento. Los que viven en maldad, envidia y contención, viven en confusión; y están obligados a ser provocados y precipitados a toda mala obra. Tal sabiduría no viene de lo alto, sino que brota de principios, actos o motivos terrenales y está dedicada a servir propósitos terrenales. Los que se jactan de una sabiduría así, deben caer en la condenación del diablo. La sabiduría celestial, descrita por el apóstol Santiago, es cercana al amor cristiano, descrito por el apóstol Pablo; y ambos son descritos así para que todo hombre pueda probar plenamente la realidad de sus logros en ellas. No tiene disfraz ni engaño. No puede caer en los manejos que el mundo considera sabios, que son astutos y mal intencionados, pero es sincera, abierta, constante, uniforme, y coherente consigo misma. Que la pureza, la paz, la bondad, la docilidad y la misericordia se vean en todas nuestras acciones, y que los frutos de la justicia abunden en nuestra vida, probando que Dios nos ha otorgado este excelente don. salmos 143:7-10
David ora que Dios se agrade de él, y le haga saber que así ha sido. Presenta como argumento el infortunio terrible de su caso, si Dios se apartara de él. Pero la noche de angustia y de desaliento terminará en una mañana de consuelo y alabanza. Pide ser iluminado con el conocimiento de la voluntad de Dios, y esta es la primera obra del Espíritu. El hombre bueno no pide el camino en que sea más placentero andar, sino: Enséñame a hacerlo. Quienes tienen al Señor como Dios, tienen su Espíritu como Guiador; son guiados por el Espíritu. Ruega ser vivificado para hacer la voluntad de Dios. Pero debemos buscar especialmente la destrucción de nuestros pecados, que son nuestros peores enemigos para que, seamos siervos de Dios con devoción. Nueva criatura
3/7/2016
2 Corintios 5:16-21
El hombre renovado actúa sobre la base de principios nuevos, por reglas nuevas, con finalidades nuevas y con compañía nueva. El creyente es creado de nuevo; su corazón no es sólo enderezado; le es dado un corazón nuevo. Es hechura de Dios, creado en Cristo Jesús para buenas obras. Aunque es el mismo como hombre, ha cambiado su carácter y conducta. Estas palabras deben significar más que una reforma superficial. El hombre que antes no veía belleza en el Salvador para desearlo, ahora le ama por sobre todas las cosas. El corazón del que no está regenerado está lleno de enemistad contra Dios, y Dios está justamente ofendido con él. Pero puede haber reconciliación. Nuestro Dios ofendido nos ha reconciliado consigo por Jesucristo. Por la inspiración de Dios fueron escritas las Escrituras, que son la palabra de reconciliación; mostrando que había sido hecha la paz por la cruz, y cómo podemos interesarnos en ella. Aunque no puede perder por la guerra ni ganar por la paz, aun así Dios ruega a los pecadores que echen a un lado su enemistad, y acepten la salvación que Él ofrece. Cristo no conoció pecado. Fue hecho pecado; no pecador, sino pecado, una ofrenda por el pecado, un sacrificio por el pecado. El objetivo y la intención de todo esto era que nosotros pudiésemos ser hechos justicia de Dios en Él, pudiésemos ser justificados gratuitamente por la gracia de Dios por medio de la redención que es en Cristo Jesús. ¿Puede alguien perder, trabajar o sufrir demasiado por el que dio a su Hijo amado para que fuera el sacrificio por los pecados de ellos, para que ellos fuesen hechos la justicia de Dios en Él? En el día que temo,Yo en ti confío.
3/4/2016
Salmos 56:1-7
Ten piedad de mí, oh Dios. Esta petición incluye todo lo bueno por lo cual acudimos al trono de la gracia. Si recibimos misericordia, no necesitamos más para ser felices. Implica igualmente nuestro mejor ruego, no nuestro mérito, sino la misericorida de Dios, su misericordia gratuita y rica. Podemos huir a la misericordia de Dios y confiar en ella cuando estamos rodeados por dificultades y peligros por todos lados. Sus enemigos eran demasiado duros para él, si Dios no le ayudaba. Resuelve hacer de las promesas de Dios el tema de sus alabanzas, y nosotros tenemos razón para hacer lo mismo. Como no debemos confiar en el brazo de carne cuando está a nuestro favor, igualmente no debemos temer el brazo de carne cuando está contra nosotros. El pecado de los pecadores nunca será su seguridad. ¿Quién conoce la fuerza de la ira de Dios; cuán alto puede llegar; con cuánta fuerza puede golpear? Salmos 105:1-7
Aquí se estimula nuestra devoción para que nos animemos a alabar a Dios. Buscad su fortaleza; esto es, su gracia; la fuerza de su Espíritu para obrar en nosotros lo bueno, lo cual no podemos hacer sino por el poder derivado de Él, por lo cual se le debe buscar. Procurad tener su favor en la eternidad, por tanto, seguid buscándole mientras viváis en este mundo, porque no sólo será hallado, sino recompensará a los que le buscan diligentemente. Los primeros quince versículos de este salmo también se encuentran en 1Ch_16:8-22 donde se cantan como parte de la celebración de David al llevar el arca del pacto a Jerusalén. Si parece que Dios está muy lejos, persista en su búsqueda. Dios recompensa a quienes lo buscan con sinceridad (Heb_11:6). Jesús prometió: "Buscad, y hallaréis" (Mat_7:7). David sugirió un método valioso para encontrar a Dios: familiarizarse con la forma en que El ha ayudado a su pueblo en el pasado. La Biblia narra la historia del pueblo de Dios. Al buscar en sus páginas descubriremos a un Dios amoroso que espera que lo encontremos. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |