VIVES EN LUZ?
9/29/2022
De tal manera amó Dios al mundoJuan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Jesucristo vino a salvarnos sanándonos, como los hijos de Israel, picados por serpientes ardientes fueron curados y vivieron al mirar a la serpiente de bronce, Números xxi, 6-9. Obsérvese en esto la naturaleza mortal y destructora del pecado. Pregúntese a conciencias vivificadas, pregúntese a pecadores condenados, quienes dirán que, por encantadoras que sean las seducciones del pecado, al final muerde como serpiente. Véase el remedio poderoso contra esta enfermedad fatal. Cristo nos es propuesto claramente en el evangelio. Aquel a quien ofendimos es nuestra Paz, y la manera de solicitar la curación es creer. Si alguien hasta ahora toma livianamente la enfermedad del pecado o el método de curación de Cristo, y no recibe a Cristo en las condiciones que Él pone, su ruina pende sobre su cabeza. Él dijo: Mirad y sed salvos, mirad y vivid; alzad los ojos de la fe a Cristo crucificado. Mientras no tengamos la gracia para hacer esto, no seremos curados, sino seguiremos heridos por los aguijones de Satanás, y en estado moribundo. Jesucristo vino a salvarnos perdonándonos, para que no muriéramos por la sentencia de la ley. He aquí el evangelio, la verdadera, la buena nueva. He aquí al amor de Dios al dar a su Hijo por el mundo. Tanto amó Dios al mundo, tan verdaderamente, tan ricamente. ¡Mirad y maravillaos, que el gran Dios ame a un mundo tan indigno! -Aquí, también, está el gran deber del evangelio: creer en Jesucristo. Habiéndolo dado Dios para que fuera nuestro Profeta, Sacerdote y Rey, nosotros debemos darnos para ser gobernados y enseñados, y salvados por Él. He aquí el gran beneficio del evangelio, que quienquiera que crea en Cristo no perecerá mas tendrá vida eterna. Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, y de ese modo, lo salvaba. No podía ser salvado sino por medio de Él; en ningún otro hay salvación. De todo esto se muestra la dicha del creyente verdadero: el que cree en Cristo no es condenado. Aunque ha sido un gran pecador, no se le trata según lo que merecen sus pecados. TU PUEDES VENCER
9/27/2022
Efesios 6:10-20
La fuerza y el valor espiritual son necesarios para nuestra guerra y sufrimiento espiritual. Los que desean demostrar que tienen la gracia verdadera consigo, deben apuntar a toda gracia; y ponerse toda la armadura de Dios, que Él prepara y da. La armadura cristiana está hecha para usarse y no es posible dejar la armadura hasta que hayamos terminado nuestra guerra y finalizado nuestra carrera. El combate no es tan sólo contra enemigos humanos, ni contra nuestra naturaleza corrupta; tenemos que vérnosla con un enemigo que tiene miles de maneras para engañar a las almas inestables. Los diablos nos asaltan en las cosas que corresponden a nuestras almas y se esfuerzan por borrar la imagen celestial de nuestros corazones. Debemos resolver, por la gracia de Dios, no rendirnos a Satanás. Resístidle, y de vosotros huirá. Si cedemos, él se apoderará del terreno. Si desconfiamos de nuestra causa o de nuestro Líder o de nuestra armadura, le damos ventaja. Aquí se describen las diferentes partes de la armadura de los soldados bien pertrechados, que tienen que resistir los asaltos más feroces del enemigo. No hay nada para la espalda; nada que defienda a los que se retiran de la guerra cristiana. La verdad o la sinceridad es el cinto. Esto rodea todas las otras partes de la armadura y se menciona en primer lugar. No puede haber religión sin sinceridad. La justicia de Cristo, imputada a nosotros, es una coraza contra los dardos de la ira divina. La justicia de Cristo, implantada en nosotros, fortifica el corazón contra los ataques de Satanás. La resolución debe ser como las piezas de la armadura para resguardar las partes delanteras de las piernas, y para afirmarse en el terreno o caminar por sendas escarpadas, los pies deben estar protegidos con el apresto del evangelio de la paz. Los motivos para obedecer en medio de las pruebas deben extraerse del claro conocimiento del evangelio. La fe es todo en todo en la hora de la tentación. La fe, tener la certeza de lo que no se ve, como recibir a Cristo y los beneficios de la redención, y de ese modo, derivar gracia de Él, es como un escudo, una defensa en toda forma. El diablo es el malo. Las tentaciones violentas, por las cuales el alma se enciende con fuego del infierno, son dardos que Satanás nos arroja. Además, los malos pensamientos de Dios y de nosotros mismos. La fe que aplica la palabra de Dios y a la gracia de Cristo, es la que apaga los dardos de la tentación. La salvación debe ser nuestro yelmo. La buena esperanza de salvación, la expectativa bíblica de la victoria, purifican el alma e impiden que sea contaminada por Satanás. El apóstol recomienda al cristiano armado para la defensa en la batalla, una sola arma de ataque, la cual es suficiente, la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Somete y mortifica los malos deseos y los pensamientos blasfemos a medida que surgen adentro; y responde a la incredulidad y al error a medida que asaltan desde afuera. Un solo texto bien entendido y rectamente aplicado, destruye de una sola vez la tentación o la objeción y somete al adversario más formidable. La oración deben asegurar todas las demás partes de nuestra armadura cristiana. Hay otros deberes de la religión y de nuestra posición en el mundo, pero debemos mantener el tiempo de orar. Aunque la oración solemne y estable pueda no ser factible cuando hay otros deberes que cumplir, de todos modos las oraciones piadosas cortas que se lancen son siempre como dardos. Debemos usar pensamientos santos en nuestra vida corriente. El corazón vano también será vano para orar. Debemos orar con toda clase de oración, pública, privada y secreta; social y solitaria; solemne y súbita; con todas las partes de la oración: confesión de pecado, petición de misericordia y acción de gracias por los favores recibidos. Y debemos hacerlo por la gracia de Dios Espíritu Santo, dependiendo de su enseñanza y conforme a ella. Debemos perseverar en pedidos particulares a pesar del desánimo. Debemos orar no sólo por nosotros sino por todos los santos. Nuestros enemigos son fuertes y nosotros no tenemos fuerza, pero nuestro Redentor es todopoderoso, y en el poder de su fuerza, podemos vencer. Por eso debemos animarnos a nosotros mismos. ¿No hemos dejado de responder a menudo cuando Dios ha llamado? Pensemos en esas cosas y sigamos orando con paciencia. EL PROPOSITO DE SU VENIDA
9/26/2022
Lucas 4:14-30 Jesús principia su ministerio
14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. 15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos. Jesús en Nazaret 16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo[a] entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor. 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. 22 Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es este el hijo de José? 23 Él les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. 24 Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra. 25 Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; 26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. 28 Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; 29 y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. 30 Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue. Cristo enseñó en las sinagogas, los lugares de adoración pública, donde se reunían a leer, exponer y aplicar la palabra, a orar y alabar. Todos los dones y las gracias del Espíritu estaban sin medida sobre Él y en Él. Por Cristo pueden los pecadores ser librados de las ataduras de la culpa y, por su Espíritu y su gracia, de las ataduras de la corrupción. Él vino por la palabra de su evangelio a traer luz a quienes estaban en tinieblas, y por el poder de su gracia, a dar vista a los que estaban ciegos. Predicó el año agradable del Señor. Los pecadores deben oír la invitación del Señor cuando se proclama la libertad. El nombre de Cristo era Maravilloso; en nada lo fue más que en la palabra de su gracia, y el poder que iba con ella. Bien podemos maravillarnos que dijera las palabras de gracia a infelices desdichados como la humanidad. Algún prejuicio suele presentar una objeción contra la doctrina de la cruz que humilla; y aunque es la palabra de Dios que incita la enemistad de los hombres, ellos culparán a la conducta o los modales del orador. La doctrina de la soberanía de Dios, su derecho a hacer su voluntad, provoca a los hombres orgullosos. Ellos no procuran su favor a su manera; y se enojan cuando los demás tienen los favores que ellos rechazan. Aún sigue Jesús rechazado por las multitudes que oyen el mismo mensaje de sus palabras. Aunque lo vuelven a crucificar en sus pecados, podemos honrarlo como Hijo de Dios, el Salvador de los hombres, y procurar mostrar por nuestra obediencia que así lo hacemos. EL PLAN DE DIOS CUMPLIDO
9/22/2022
Mateo 16:21-23
Cristo revela paulatinamente su pensamiento a su pueblo. Desde esa época, cuando los apóstoles hicieron la confesión completa de Cristo, que era el Hijo de Dios, empezó a hablarles de sus sufrimientos. Dijo esto para corregir los errores de sus discípulos sobre la pompa y poder externos de su reino. Quienes sigan a Cristo no deben esperar cosas grandes ni elevadas en este mundo. Pedro quería que Cristo aborreciera el sufrimiento tanto como él, pero nos equivocamos si medimos el amor y la paciencia de Cristo por los nuestros. No leemos de nada que haya dicho o hecho alguno de sus discípulos, en algún momento, que dejara ver que Cristo se resintió tanto como al oír esto. Quienquiera que nos saque de lo que es bueno y nos haga temer que hacemos demasiado por Dios, habla el lenguaje de Satanás. Lo que parezca ser tentación para pecar debe ser resistido con horror y no ser considerado. Los que renuncian a sufrir por Cristo, saborean más las cosas del hombre que las cosas de Dios. En tiempo aceptable te he oído,...
9/20/2022
2 Corintios 6:1-10
El evangelio es una palabra de gracia que suena en nuestros oídos. El día del evangelio es un día de salvación, el medio de gracia es el medio de salvación, el ofrecimiento del evangelio es la oferta de la salvación, y la época presente es el tiempo apropiado para aceptar tales ofrecimientos. El mañana no es nuestro: no sabemos qué será mañana ni dónde estaremos. Ahora disfrutamos un día de gracia; entonces, seamos cuidadosos para no rechazarlo. Los ministros del evangelio deben considerarse como siervos de Dios y actuar en todo en la forma conveniente a ese carácter. El apóstol lo hizo así, por mucha paciencia en las aflicciones, actuando sobre la base de buenos principios, y con el debido carácter y conducta. Los creyentes de este mundo necesitan la gracia de Dios para armarse contra las tentaciones y para soportar la buena opinión de los hombres sin enorgullecerse; y para sufrir con paciencia sus reproches. Ellos nada tienen en sí mismos, pero poseen todas las cosas en Cristo. De tales diferencias está hecha la vida del cristiano, y a través de tal variedad de condiciones e informes, va nuestro camino al cielo; debemos tener cuidado para presentarnos a Dios aprobados en todas las cosas. El evangelio mejora la condición de hasta el más mísero cuando es predicado fielmente y recibido por completo. Ellos ahorran lo que antes gastaban alocadamente, y emplean con diligencia su tiempo en propósitos útiles. Ellos ahorran y ganan por la religión y, de este modo, son enriquecidos, para el mundo venidero y para este, cuando se les compara con su estado pecador disipado de antes que recibieran el evangelio. LIBRE EN CRISTO
9/19/2022
Marcos 1:21-28
Jesús empezó a predicar en Galilea, después que Juan fue encarcelado. Si alguien es desechado, otros serán levantados para ejecutar la misma obra. Obsérvese las grandes verdades que predicó Cristo. Por el arrepentimiento damos gloria a nuestro Creador a quien hemos ofendido; por la fe damos gloria a nuestro Redentor, que vino a salvarnos de nuestros pecados. Cristo ha unido ambas (la fe y el arrepentimiento) y que ningún hombre piense en separarlas. Cristo da honra a los que son diligentes en sus cosas y amables unos con otros, aunque sean poca cosa en este mundo. La laboriosidad y la unidad son buenas y agradables, y el Señor Jesús les manda una bendición. A los que Cristo llama deben dejar todo para seguirlo, y por su gracia hace que ellos quieran hacerlo así. No que tengamos que salir del mundo, sino que debemos soltar el mundo; abandonar todo lo que sea contrario a nuestro deber con Cristo, y no se pueda conservar sin dañar nuestras almas. Jesús guardó estrictamente el día de reposo aplicándose a ello y abundando en la obra del día de reposo para la cual fue designado el día de reposo. Hay mucho en la doctrina de Cristo que es asombroso; y mientras más la oímos, más causa vemos para admirarla. El diablo es un espíritu inmundo porque perdió toda la pureza de su naturaleza, debido a que actúa en oposición directa al Espíritu Santo de Dios, y por sus sugerencias que contaminan los espíritus de los hombres. En nuestras asambleas hay muchos que calladamente atienden a maestros puramente formales, pero si el Señor llega con ministros fieles y la santa doctrina, y por Su Espíritu queda convicción, ellos están preparados para decir, como este hombre: ¡Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno! Ningún trastorno capacita al hombre para saber que Jesús es el Santo de Dios. No quiere tener nada que ver con Jesús, porque no espera ser salvado por Él y teme ser destruido por Él. Véase el lenguaje que hablan los que dicen al Todopoderoso: Apártate de nosotros. Este espíritu inmundo odia y teme a Cristo porque sabe que Él es Santo, porque la mente carnal es enemistad contra Dios, especialmente contra su santidad. Cuando Cristo, por su gracia, libra almas de las manos de Satanás, no es sin tumulto en el alma; porque ese enemigo maligno alborotará (inquietará) a los que no puede destruir. Esto hace que todos los que lo vieron piensen: ¿Qué es esta nueva doctrina? Ahora se hace una obra tan grande, pero los hombres la trataron con desprecio y descuido. Si no fuera así, la conversión de un hombre notoriamente malo a una vida sobria, justa y santa, por la predicación del Salvador crucificado, haría que muchos se pregunten: ¿Qué doctrina es esta? PRECEPTOS DE DIOS
9/8/2022
Sal.19:7-11
La naturaleza, los beneficios y el valor de la ley y la palabra de Dios.
Diccionario bíblico: Definición. El significado bíblico de precepto es mandato u orden, que hace que los súbditos se adhieran a su gusto. Los superiores, quienes realizan el precepto, deben observar que estos se realicen. En el Torá encontramos 613 órdenes, aunque tendremos que estimar que atesoramos 10 mandamientos para someternos a la ley de Dios. Al referirnos a este término, podemos considerarlo una ordenanza que tenemos que obedecer. Es fundamental tomarlo como una instrucción que nos establecen para nuestro conocimiento. De los más importantes son: Aunque, depende de la creencia que nos hayamos adherido, será esto posible. En cuanto a la religión judía, vemos que una de las cosas que se requiere es no comer carne de cerdo. Los preceptos se pueden tomar desde lo que hay que realizar y lo que no. En cuanto a lo que necesitamos es obedecer, amar a Dios, honrar a nuestros padres, y asistir a la iglesia todos los domingos. De otra manera, no se puede realizar es: decir el nombre de Dios en vano y cometer actos impuros, ni codiciar cosas ajenas. El precepto de Dios Estos deben ser acatados por todos los creyentes, de manera obligatoria para que cada uno mantenga la compostura. Estas normas necesitan ser acatadas para evitar castigos o faltas que nos desmoralicen. De forma espiritual, los preceptos en cuanto al modo terrenal, vemos que funcionan en los estados para reprogramar nuestra mente. Porque lo que buscan lograr las leyes es que transformemos el patrón metal que nos dirige la mente. Tener en cuenta los preceptos Si hay algo que hay que notar es que en el Salmo 19 vemos que hay que temerle a Dios. Pues el temor que hay que demostrarle a Dios es real, y debe perdurar siempre. Los juicios que nos ejecuta el Todopoderoso tienen que ser justos y verdaderos. Hay que tener en cuenta que todos hemos sido advertidos, y que nos espera una gran recompensa si los cumplimos. No podemos transgredir, es decir, quebrantar un precepto u orden que se nos haya donado. Las instrucciones que nos han dado son puras y limpias, además de que son eternas. El temor a Dios es real, y no podemos dejar de evitarlo. Marcos 1:21-45
El diablo es un espíritu inmundo porque perdió toda la pureza de su naturaleza, debido a que actúa en oposición directa al Espíritu Santo de Dios, y por sus sugerencias que contaminan los espíritus de los hombres. En nuestras asambleas hay muchos que calladamente atienden a maestros puramente formales, pero si el Señor llega con ministros fieles y la santa doctrina, y por Su Espíritu queda convicción, ellos están preparados para decir, como este hombre: ¡Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno! Ningún trastorno capacita al hombre para saber que Jesús es el Santo de Dios. No quiere tener nada que ver con Jesús, porque no espera ser salvado por Él y teme ser destruido por Él. Véase el lenguaje que hablan los que dicen al Todopoderoso: Apártate de nosotros. Este espíritu inmundo odia y teme a Cristo porque sabe que Él es Santo, porque la mente carnal es enemistad contra Dios, especialmente contra su santidad. Cuando Cristo, por su gracia, libra almas de las manos de Satanás, no es sin tumulto en el alma; porque ese enemigo maligno alborotará (inquietará) a los que no puede destruir. Esto hace que todos los que lo vieron piensen: ¿Qué es esta nueva doctrina? Ahora se hace una obra tan grande, pero los hombres la trataron con desprecio y descuido. Si no fuera así, la conversión de un hombre notoriamente malo a una vida sobria, justa y santa, por la predicación del Salvador crucificado, haría que muchos se pregunten: ¿Qué doctrina es esta? Dondequiera que Cristo llega, viene a hacer el bien. Cura para que podamos ministrarlo a Él y al prójimo que es suyo y por amor a Él. Quienes no pueden ir a las ordenanzas públicas por estar enfermos o por otros impedimentos verdaderos, pueden esperar la gracia de la presencia del Salvador; Él calmará sus tristezas, y abatirá sus dolores. Obsérvese cuán numerosos eran los pacientes. Cuando otros andan bien con Cristo debiera instarnos a ir en pos de Él. Cristo se fue a un lugar desierto. Aunque no corría peligro de distraerse o de tentación a la vanagloria, de todos modos, se retiraba. Quienes desempeñan en público la mayor parte de su actividad, y de la mejor clase, a veces deben, no obstante, estar a solas con Dios. Aquí tenemos que Cristo limpia a un leproso. Nos enseña a recurrir al Salvador con gran humildad y con sumisión total a su voluntad, diciendo: “Señor, si quieres”, sin dudar del ánimo pronto de Cristo para socorrer al angustiado. Véase también qué esperar de Cristo: que conforme a nuestra fe será hecho. El pobre leproso dijo: Si quieres. Cristo dispensa prestamente favores a los que prontamente se encomiendan a su voluntad. Cristo no hace nada que haga parecer como que busca la alabanza de la gente. Pero ahora no hay razón para que dudemos en difundir las alabanzas de Cristo. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |