El cuerpo de Cristo
1/30/2015
1 Corintios 12:27-31
El desprecio, el odio, la envidia y la discordia son muy antinaturales en los cristianos. Es como si los miembros del mismo cuerpo no se interesaran unos por otros o se pelearan entre sí. Así, se condenan el espíritu orgulloso y belicoso que prevalecía en cuanto a los dones espirituales. Se mencionan los ministerios y dones, o favores, dispensados por el Espíritu Santo. Los ministros principales; las personas capacitadas para interpretar las Escrituras; los que trabajaban en palabra y doctrina; los que tenían poder para sanar enfermedades; los que socorrían a los enfermos y débiles; los que administraban el dinero dado por la Iglesia para caridad, y administraban los asuntos de la iglesia; y los que podían hablar diversas lenguas. El Espíritu distribuye a cada uno como le place. En lugar de codiciar los puestos más altos, o los dones más espléndidos, dejemos que Dios nombre sus instrumentos, y aquellos en los que obre por su providencia. La oración perseverante
1/29/2015
Lucas 18:1-8
Todo el pueblo de Dios es pueblo de oración. Aquí se enseña la fervorosa constancia para orar pidiendo misericordias espirituales. El fervor de la viuda prevaleció con el juez injusto: ella podía temer que se volviera más en contra suya; pero nuestra oración ferviente agrada a nuestro Dios. Aun hasta el fin habrá base para la misma queja de debilidad de la fe. Insistir en nuestras oraciones hasta obtener respuesta no significa una repetición sin fin, ni estar en reuniones de oración prolongadas y tediosas. La oración perseverante implica ser constantes en nuestras peticiones delante de Dios, como si viviéramos por El de día en día, con la certeza de que responderá. Cuando vivimos por fe, no debemos rendirnos. Dios puede demorar su respuesta, pero siempre tendrá buenas razones y no debemos confundirlas con negligencia de su parte. Al persistir en la oración, crecemos en carácter, fe y esperanza. Si pedimos....Él nos oye.
1/28/2015
1 Juan 5:11-15
Nada puede ser más absurdo que la conducta de los que dudan de la verdad del cristianismo, mientras en los asuntos corrientes de la vida no vacilan en proceder basados en el testimonio humano, y considerarían desquiciado a quien declinara hacerlo así. El cristiano verdadero ha visto su culpa y miseria, y su necesidad de un Salvador así. Ha visto lo adecuado de tal Salvador para todas sus necesidades y circunstancias espirituales. Ha encontrado y sentido el poder de la palabra y la doctrina de Cristo, humillando, sanando, vivificando y consolando su alma. Tiene una nueva disposición y nuevos deleites, y no es el hombre que fue anteriormente. Pero aún halla un conflicto consigo mismo, con el pecado, con la carne, el mundo y las potestades malignas. Pero halla tal fuerza de la fe en Cristo, que puede vencer al mundo y seguir viaje hacia uno mejor. Tal seguridad tiene el creyente del evangelio: tiene un testigo en sí mismo que acaba con toda duda del tema, salvo en las horas de tinieblas o conflicto; pero no pueden sacarlo de su fe en las verdades principales del evangelio. Encomienda a Jehová tus obras
1/27/2015
Proverbios 16:1-3
"Mas de Jehová es la respuesta de la lengua" significa que el resultado final de nuestras disposiciones está en las manos de Dios. Si esto es así, ¿para qué decidir? Al hacer la voluntad de Dios, debe haber camaradería entre nuestros esfuerzos y el control de Dios. El quiere que usemos nuestras mentes, que busquemos el consejo de los demás y que tomemos decisiones. Sin embargo, los resultados están en sus manos. Entonces, las disposiciones nos ayudan a hacer las cosas de acuerdo con el propósito de Dios. A medida que viva para El, pídale dirección cuando tome decisiones y luego actúe de acuerdo a ellas confiando en Dios. "Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión". La gente puede buscar explicaciones racionales para todo si no tienen normas para juzgar el bien y el mal. Siempre podemos probar que tenemos razón. Antes de poner en marcha cualquier decisión, pregúntese: (1) ¿Está esta decisión en armonía con la verdad de Dios? (2) ¿Dará resultados bajo las condiciones de la vida real? (3) ¿Agrada a Dios mi actitud? Debemos mantener un balance: confiar en Dios como si todo dependiera de El, mientras que trabajamos como si todo dependiera de nosotros. Piense en un esfuerzo específico en el que esté involucrado ahora. ¿Lo ha encomendado al Señor? Señor enseñanos a Orar
1/26/2015
Mateo 6:9-15
Cristo vio que era necesario mostrar a sus discípulos cuál debe ser corrientemente el tema y el método de su oración. No se trata que estemos atados sólo a usar la misma oración siempre, pero, indudablemente, es muy bueno orar según el modelo modelo. Dice mucho en pocas palabras; se usa en forma aceptable no más de lo que se usa con entendimiento y sin vanas repeticiones. Seis son las peticiones: las primeras tres se relacionan más expresamente a Dios y su honra; las otras tres, a nuestras preocupaciones temporales y espirituales. Esta oración nos enseña a buscar primero el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas serán añadidas. Después de las cosas de la gloria, del reino y de la voluntad de Dios, oramos por el sustento y el consuelo necesario en la vida presente. Pedimos pan ; eso nos enseña sobriedad y templanza: y sólo pedimos pan, no lo que no necesitamos. Se nos enseña a odiar y aborrecer el pecado mientras esperamos misericordia, a desconfiar de nosotros, a confiar en la providencia y la gracia de Dios para impedirnos pecar, a estar preparados para resistir al tentador, y no volvernos tentadores de los demás. Aquí hay una promesa: Si perdonas tu Padre celestial también te perdonará. Debemos perdonar porque esperamos ser perdonados. Los que desean hallar misericordia de Dios deben mostrar misericordia a sus hermanos. Cristo vino al mundo como el gran Pacificador no sólo para reconciliarnos con Dios sino los unos con los otros. Gemido del corazon
1/23/2015
Salmos 5:1-12
El Señor no toma en cuenta las palabras solamente, sino también las intenciones del corazón. Gemir : El término hebreo alude a la emisión de un sonido bajo o un tono triste David solía orar a solas, aunque era muy constante para ir a la adoración pública. La misericordia de Dios siempre debe ser el fundamento de nuestra esperanza y de nuestro gozo en todo que tengamos que hacer con Él. Dios es un Dios que oye la oración. Siempre ha sido así, y sigue como siempre dispuesto a oír la oración. El principio más alentador de la oración y el ruego más poderoso es mirarlo a Él como nuestro Rey y nuestro Dios. David también ora a un Dios que odia el pecado. El pecado es necedad y los pecadores son los más grandes de los necios; necios por propia hechura. La gente mala odia a Dios; son justamente odiados por Él, y esta será su miseria y su ruina eterna. Aprendamos la importancia de la verdad y de la sinceridad en todos los asuntos de la vida. Los mentirosos y los asesinos se parecen al diablo y son sus hijos, por tanto, bien puede esperarse que Dios los aborrezca. Este era el carácter de los enemigos de David y, como tales, siguen siendo enemigos de Cristo y de su pueblo. tristeza o gozo?
1/21/2015
Juan 16:1-11
Nuestro Señor Jesús al dar a sus discípulos la noticia de tribulaciones se propuso que el terror no fuera una sorpresa para ellos. Puede que los enemigos reales, que están al servicio de Dios, finjan celo por éste, lo que no aminora el pecado de los perseguidores; las villanías nunca cambian por adosarles el nombre de Dios. Como Jesús en sus sufrimientos, asimismo sus seguidores en los suyos deben mirar al cumplimiento de la Escritura. No se los dijo antes, porque estaba con ellos para enseñarles, guiarlos y consolarlos; entonces ellos no necesitaban esta promesa de la presencia del Espíritu Santo. Nos silencia preguntarnos ¿de dónde vienen los problemas? Nos satisfará preguntarnos, ¿adónde van? Porque sabemos que obran para bien. Falta y necedad comunes de los cristianos tristes es mirar sólo el lado oscuro de la nube haciendo oídos sordos a la voz de gozo y júbilo. Lo que llenó de pena los corazones de los discípulos era un afecto demasiado grande por esta vida presente. Nada obstaculiza más nuestro gozo en Dios que el amor al mundo, y la tristeza del mundo que viene con aquel. Porque yo vivo, vosotros viviréis.
1/20/2015
Juan 14:12-19 Cualquier cosa que pidamos en el nombre de Cristo, que sea para nuestro bien y adecuada para nuestro estado, nos la dará. Pedir en el nombre de Cristo es invocar sus méritos y su intercesión, y depender de estos argumentos. El don del Espíritu es un fruto de la mediación de Cristo, comprado por su mérito y recibido por su intercesión. La palabra aquí empleada significa abogado, consejero, monitor y consolador. Él permanece con los discípulos hasta el fin del tiempo; sus dones y gracias alientan sus corazones. Las expresiones usadas, aquí y en otros pasajes, denotan una persona, y el oficio mismo incluye todas las perfecciones divinas. El don del Espíritu Santo es dado a los discípulos de Cristo, y no al mundo. Este es el favor que Dios da a sus elegidos: como fuente de santidad y dicha, el Espíritu Santo permanecerá con cada creyente para siempre. Cristo promete que seguirá cuidando a sus discípulos. No os dejaré huérfanos o sin padre, porque, aunque os dejo, de todos modos os dejo este consuelo: Vendré a vosotros. Vendré prontamente a vosotros en mi resurrección. Vendré diariamente a vosotros en mi Espíritu; en las señales de su amor y en las visitas de su gracia. Por cierto vendré al fin del tiempo. Sólo los que ven a Cristo con los ojos de la fe, lo verán para siempre: el mundo no lo ve más hasta su segunda venida, pero sus discípulos tienen comunión con Él en su ausencia. Estos misterios serán plenamente conocidos en el cielo. Es un acto ulterior de gracia que ellos lo sepan y tengan este consuelo. Teniendo los mandamientos de Cristo debemos obedecerlos. Y al tenerlos sobre nuestra cabeza, debemos guardarlos en nuestro corazón y en nuestra vida. La prueba más segura de nuestro amor a Cristo es la obediencia a las leyes de Cristo. Hay señales espirituales de Cristo y su amor dadas a todos los creyentes. Cuando el amor sincero a Cristo está en el corazón, habrá obediencia. El amor será un principio que manda y constriñe; y donde hay amor, el deber se desprende de un principio de gratitud. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo
1/19/2015
Apocalipsis 3:14-22
Dios, el Único en quien puede el alma hallar reposo y seguridad. Cristo aconsejó bien a esta gente pecadora. Dichosos son los que aceptan su consejo, porque todos los que no los aceptan deben perecer en sus pecados. Cristo les deja saber dónde pueden tener verdaderas riquezas y cómo pueden tenerlas. Deben dejar algunas cosas, pero nada de valor; y esto es sólo para dar lugar a recibir riquezas verdaderas. Abandónese el pecado y la confianza en sí mismo, para que pueda ser llenado con su tesoro oculto. Tienen que recibir de Cristo ese ropaje blanco que Él compró y proveyó para ellos: Su propia justicia imputada para justificación, y las vestiduras de la santidad y la santificación. Que ellos se entreguen a su palabra y a su Espíritu, y sus ojos serán abiertos para que vean su camino y su final. Examinémonos por la regla de su palabra y oremos con fervor por la enseñanza de su Espíritu Santo para que quite nuestra soberbia, los prejuicios y las concupiscencias carnales. Los pecadores debieran tomar las reprensiones de la palabra y de la vara de Dios como señales de su amor por sus almas. Cristo quedó afuera; llama por los tratos de su providencia, las advertencias y las enseñanzas de su palabra y la obra de su Espíritu. Cristo, con su palabra y Espíritu, y por gracia, aún sigue viniendo a la puerta del corazón de los pecadores. Los que le abran disfrutarán de su presencia. Si los que encuentre sirven sólo para una pobre fiesta, lo que Él trae la hará rica. Él dará una nueva provisión de gracia y consuelos. En la conclusión se halla la promesa para el creyente vencedor. El mismo Cristo tuvo tentaciones y conflictos; los venció a todos y fue más que vencedor. Los que son como Cristo en sus pruebas, serán hechos como Él en gloria. Todo termina con el pedido de atención general. Estos consejos, aunque aptos para las iglesias a los cuales se dirigieron, son profundamente interesantes para todos los hombres. Jehová, tú eres nuestro Padre
1/16/2015
Isaias 64:6-9
El pueblo de Dios, en aflicción, confiesa y lamenta sus pecados, y se reconoce indigno de su misericordia. El pecado es eso abominable que el Señor odia. Nuestras obras, no importa lo que parezcan ser, si pensamos que tienen mérito delante de Dios, son como harapos, y no nos cubrirán; trapos inmundos que sólo nos contaminarán. Hasta nuestras pocas buenas obras en que hay verdadera excelencia, como fruto del Espíritu, son tan defectuosas y contaminadas por ser hechas por nosotros, que deben ser lavadas en la fuente abierta para el pecado y la inmundicia. Orar es aferrarse por fe de las promesas que el Señor nos ha hecho por su buena voluntad y presentarlas como argumento; aferrarse de Él, y rogarle fervorosamente que no nos abandone; o solicitar su retorno. Necios y negligentes como somos, pobres y despreciados, todavía eres nuestro Padre. Es por estar sometidos a la ira de un Padre que seremos reconciliados; y el alivio que requiere nuestro caso lo esperamos sólo de Él. El pueblo de Dios no pretende decirle lo que Él dirá, pero su oración es: Habla para el consuelo y alivio de tu pueblo. ¡Qué pocos son los que invocan al Señor con todo su corazón o que se animan a aferrarse a Él! -Dios puede demorar la respuesta a nuestras oraciones por un tiempo, pero al final, responderá a los que invocaron su nombre y esperan en su misericordia. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Archives
November 2023
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