Todo pasa, menos la Palabra de Dios
2/28/2014
Todo pasa, menos la Palabra de Dios
1Pedro 1:20-25 El sacrificio de Cristo por nuestros pecados no fue una reflexión tardía, ni algo que Dios decidió hacer cuando el mundo estaba fuera de control. Ese plan lo estableció el omnisciente y eterno Dios antes que fuera creado el mundo. Qué bendición debió haber sido para los creyentes judíos enterarse de que la venida de Cristo y su obra de salvación fueron planeadas por Dios mucho antes de que comenzara el mundo. Eso les dio la seguridad de que la ley no fue descartada porque no dio resultados, sino porque tanto la ley como la venida de Cristo eran parte del plan eterno de Dios. El amor no fingido implica una entrega desinteresada; por esa razón, una persona egoísta no puede amar de verdad. El amor de Dios y su perdón nos libra de la posibilidad de mirarnos a nosotros mismos y nos motiva a satisfacer las necesidades de los demás. Al sacrificar Cristo su vida, nos probó que en realidad nos ama. Ahora usted puede amar a los demás siguiendo su ejemplo y entregándose de un modo altruista. Al hacer referencia a Isa_40:6-8, Pedro les recuerda a los creyentes que todo en esta vida -bienes, logros, personas- finalmente se marchitará y desaparecerá. Solo son permanentes la voluntad de Dios, su Palabra y su obra. Debemos evitar la codicia de lo temporal y hemos de concentrar nuestro tiempo, dinero y energías en lo permanente: la Palabra de Dios y nuestra vida eterna en Cristo. Como para Dios
2/27/2014
Como para Dios El gozo verdadero
2/26/2014
El gozo verdadero
Filipenses 4:4-8 El gozo supremo viene cuando Cristo habita en nosotros. Cristo está cerca y en su Segunda Venida lo disfrutaremos en toda su plenitud. El que habita en nosotros cumplirá su máximo propósito. Parece extraño que un hombre preso pudiera decir a una iglesia que se regocije. Pero la actitud de Pablo nos enseña una lección importante: la actitud interior no necesita reflejar nuestras circunstancias externas. Pablo estaba lleno de gozo porque sabía que pese a lo que le sucediera, Cristo estaba con él. Pablo insta a los filipenses a regocijarse varias veces en esta carta, probablemente porque necesitaban oírlo. Es muy fácil desalentarse frente a circunstancias que no son placenteras o tomar hechos sin importancia como si lo fueran. Si usted no ha disfrutado el gozo últimamente, quizá sea porque no está mirando la vida desde la perspectiva correcta. Tenemos que ser amables (razonables, amplios y caritativos) con los que no pertenecen a la iglesia y no solo con los creyentes. Esto significa que no buscamos revancha contra aquellos que nos tratan injustamente, tampoco debemos expresar demasiado nuestros derechos personales. ¡Imagínese no tener que estar "afanoso" jamás por nada! Esto parece imposible, todos tenemos preocupaciones en nuestro trabajo, en nuestros hogares, en el colegio. Pero Pablo nos aconseja cambiar nuestras preocupaciones en oraciones. ¿Quiere usted preocuparse menos? ¡Entonces ore más! En el momento en que empiece a preocuparse, deténgase y ore. La paz de Dios es diferente a la paz del mundo (véase Joh_14:27). La paz verdadera no se encuentra en el pensamiento positivo, en la ausencia de conflictos o en buenos sentimientos. Ella es producto de saber que Dios controla. Nuestra ciudadanía en el reino de Cristo está asegurada, nuestro destino está determinado y podemos tener victoria sobre el pecado. Permita que la paz de Dios guarde su corazón de toda ansiedad. Lo que dejamos entrar en nuestras mentes determina lo que expresamos con las palabras y acciones. Pablo nos dice que llenemos nuestras mentes con pensamientos verdaderos, honesto, justos, puros, amables, de buen nombre, virtud, dignidad y alabanza. ¿Tiene problema con pensamientos impuros y sueños ilusorios? Examine lo que esté dejando entrar en su mente a través de la televisión, los libros, la conversación, las películas y las revistas. Reemplace los materiales dañinos con materiales útiles. Sobre todo, lea la Palabra de Dios y ore. Pídale a El que le ayude a concentrarse en lo que es bueno y puro. Requiere práctica, pero puede lograrse. El gran mandamiento
2/25/2014
El gran mandamiento
Mateo 22:36-40 En el mandamiento doble del amor a Dios y del amor al prójimo están contenidos todos los demás mandamientos. Y también puede decirse a la inversa, que todos los demás mandamientos pueden ser reducidos a estos dos. Es una nueva doctrina. Aquí no solamente se dice lo que es el mayor mandamiento, sino que en él también están incluidos todos los demás. ¡Qué liberación para el hombre! Ya no necesita fijarse con angustia en observar 248 mandamientos y 365 prohibiciones, como los contaban los rabinos, sino solamente en dos. El que los guarda, cumple toda la ley, y por tanto la verdadera voluntad de Dios (Cf. las formulaciones paralelas de esta enseñanza de Jesús en Mat_7:12; Gal_6:14; Rom_13:8-10). Aquí se nos dice una vez más con toda claridad lo que ya sabemos por el sermón de la montaña. Toda la aspiración moral del hombre debe tener su origen en una raíz, y estar dirigida a un objetivo, que es el amor. El hombre no solamente está creado para obedecer a Dios como su señor, sino también para amarle como su padre. La obediencia se lleva a cabo por medio del amor a Dios. Dios no quiere esclavos miedosos, sino hijos libres. El amor a Dios debe ser el núcleo de toda piedad. El amor a los hombres también debe proceder de la misma raíz. Hemos leído que «el prójimo» no solamente es el miembro del mismo pueblo y el habitante del mismo país, como lo entendían los judíos en conjunto en tiempo de Jesús. El prójimo puede ser cualquier persona humana. El amor del discípulo en ningún sitio puede encontrar barreras. Su modelo es el amor del Padre, que hace brillar su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos (Rom_5:45). También para la conducta con respecto al hombre puede afirmarse que el amor debe ser la médula, aquella fuerza que vivifica y junta todas las posibilidades de contacto recíproco. Eso da por resultado un concepto grande y unitario para la vida del hombre. Por medio del amor la vida debe formarse y conseguir una unidad inconsútil. Nadie necesita malgastar ni destruir sus fuerzas ante las múltiples exigencias que se nos imponen. Para el discípulo del Señor, sólo hace al caso la misma conducta, ya sea ante Dios o ante el hombre. Si alguien dudara de lo que tiene que hacer en el caso particular y dónde hay que encontrar la voluntad de Dios, esta respuesta nunca le fallará. Jesús aquí no dice de qué manera se han de cumplir conjuntamente en la práctica los dos mandamientos: si son dos direcciones distintas que se señalan al hombre -por una parte, amar a Dios y por otra al prójimo- o si el amor es distinto en cada uno de los dos mandamientos. Pero por la vida del hombre llegamos a conocer cómo se relacionan entre sí los dos mandamientos. En ella se unifican el cumplimiento de la voluntad de Dios y el amor que está al servicio del hombre. La obra de la redención de Jesús se lleva a cabo por amor al hombre, y por entrega amorosa a Dios, que así lo ha dispuesto (cf. 20, 28). Eso se dice más tarde de una forma sin par en una carta apostólica: «Si alguno dice: yo amo a Dios, y odia a su hermano, es mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Y este mandamiento tenemos de él: que quien ama a Dios, ame también a su hermano» (/1Jn/04/20s). Principio y Fin
2/24/2014
Principio y Fin
Colosenses1:11-20 El Apóstol, con tres breves frases, indica en qué se ha mostrado la bondad paternal y redentora de Dios hacia nosotros. él nos capacitó para participar de la herencia del pueblo santo en la luz. «Luz» es el dominio de Dios, que solemos llamar «cielo». Allí espera a los santos, es decir a los fieles, una herencia -el tesoro de esperanza de que Dios les ha preparado. Ha sido roto por Dios el anatema de muerte que determina toda la existencia terrenal; en el bautismo, Dios capacita al fiel para pasar del dominio de la muerte al de la vida (Joh_5:24), de las tinieblas de la muerte a la luz divina, a la gloria de Dios. San Pablo prosigue: «él nos libertó del poder de las tinieblas». El Apóstol piensa de nuevo en el bautismo, en el que ve un acto liberador de Dios. «El poder de las tinieblas» es el poderío satánico, en cuyo horizonte aguarda la muerte con impaciencia. En la tercera frase una vez más dice san Pablo positivamente: «Nos trasladó al reino del Hijo de su amor». También lo repite en vista del bautismo. San Pablo proclama con la primitiva Iglesia que Dios ha resucitado a Jesucristo de entre los muertos y le ha hecho sentar a su diestra en el cielo27. Pero también nos ha resucitado en el bautismo y ya desde ahora nos hace sentar sobre los cielos en Cristo (Eph_2:6), de tal forma que «compartimos la ciudadanía de los santos (de los que moran en el cielo) y somos de la familia de Dios» (Eph_2:19). Estas expresiones no son modismos piadosos y poéticos del Apóstol, sino frases tomadas en serio, que revelan el misterio de la existencia cristiana. Esta zona de dominio, de actividad y de amor de los que han sido ensalzados, es para san Pablo «el reino del Hijo de su amor (del Padre)», al cual Dios nos ha trasladado ya desde nuestro bautismo. Deberes cristianos
2/21/2014
Deberes cristianos Verdadera sabiduria
2/20/2014
Verdadera sabiduria Cuidado con el corazon
2/19/2014
Cuidado con el corazon Aceptacion mutua
2/18/2014
Aceptacion mutua
Romanos 15:5-13 El Apóstol cierra sus exhortaciones con una última plegaria. «Gozo», «paz», «fe», «esperanza», «poder del Espíritu Santo»... son conceptos salvíficos de gran importancia. Con esta aglomeración pretenden expresar lo que Pablo puede rogar para la Iglesia sólo por Jesucristo. Pues, en Jesucristo se ha mostrado Dios como el Dios de la esperanza. En el Nuevo Testamento es éste el único pasaje en que se llama así a Dios. Tal designación permite conocer, de forma breve y significativa, que Dios ha salido al paso de los creyentes en Jesús. Pues, por Jesús se les ha reforzado la esperanza que no sólo les mantiene en una espera tensa y paciente de la consumación de la creación nueva, sino que además les permite experimentar el presente, ya ahora, como «gozo» y como «paz». Si solo nos proponemos agradar a nuestro prójimo, lo único que haremos es complacer a la gente. Pablo se opone a esto (véase Gal_1:10). Pero debemos echar a un lado la obstinación y la autocomplacencia a fin de edificar a otros para bien. Nuestras convicciones cristianas no deben ser un disfraz para ser insensibles con nuestros hermanos. El conocimiento de las Escrituras influye en nuestra actitud hacia el presente y el futuro. Cuanto más sepamos de lo que Dios hizo en el pasado, mayor será la confianza que tengamos acerca de lo que hará en los días venideros. Debiéramos leer la Biblia con diligencia para incrementar nuestra confianza en el hecho de que la voluntad de Dios es lo mejor para nosotros. Aceptar el señorío de Jesús en todos los aspectos de nuestra vida significa vivir sus valores y su perspectiva. Así como nos interesa el punto de vista de Jesús sobre la autoridad de las Escrituras, la naturaleza del cielo y la resurrección, también debemos asumir su actitud de amor hacia los demás cristianos (tener un "mismo sentir"). A medida que crecemos en fe y conocemos mejor a Jesús, llegamos a ser más capaces de mantener cada día esta actitud de amorosa unidad. La actitud de Cristo se explica con más detalles en Filipenses 2. Bienaventurado
2/17/2014
Bienaventurado
Salmo 1:1-6 Bienaventurado : No sólo es la palabra con que comienza este salmo, sino que en ella está la esencia de la promesa dada a aquellos que leen estos poemas y meditan en ellos. En hebreo, como en castellano, el término bienaventurado equivale a la palabra griega que significa «bendito» o «feliz» (Mat_5:3). Los amigos que escogemos influyen significativamente en el futuro y el éxito de nuestras vidas; en su sentido más amplio, el consejo divino es un prerrequisito de la prosperidad ( Mat_5:3). Se exige responsabilidad en el plan de prosperidad de Dios , PROSPERIDAD DE DIOS. «Y todo lo que hace, prosperará». Esto incluye todo: familia, progenie, matrimonio, negocio, empleo y salud. Significa que Dios desea cumplir lo que dice: todo prosperará. Pero, ninguna promesa de Dios está exenta de alguna acción responsable de parte nuestra. Nadie prosperará mientras no comience a hacer lo que Dios dice. Mucha gente desea los resultados prometidos sin el compromiso responsable que le acompaña. Pero ninguno de nosotros ganará algo que valga la pena instantáneamente. No esperes que las respuestas divinas se ajusten a tu itinerario. Recuerda que sus respuestas llegan cuando pones su palabra en acción. Así como un período de intenso estudio precede a un título universitario, a través de la paciente búsqueda de su promesa podemos esperar que la palabra de Dios madure en nuestras vidas. (Joh_10:10/Luk_12:15) F.P. Meditar acerca de las Escrituras implica repetirlas silenciosamente con un sonido suave y sordo, a la vez que se abandona por completo cualquier distracción externa. De esta tradición nos llega un tipo especializado de oración judía en la cual se recitan textos, se ora intensamente o se pierde la conciencia en comunión con Dios mientras se hace una reverencia o se balancea hacia delante y hacia atrás. Evidentemente esta dinámica forma de oración / meditación se remonta a los tiempos de David. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |