El tiempo es de DIOS
11/30/2016
2 Pedro 3:5-10
Si estos burladores hubieran considerado la espantosa venganza con que Dios borró a todo un mundo de impíos, de una sola vez, seguramente no se burlarían de su amenaza de un juicio igualmente terrible. Se declara por la misma palabra que los cielos y la tierra que ahora son serán destruidos por el fuego. Esto ocurrirá con tanta certeza como la verdad y el poder de Dios pueden hacerlo. Aquí se enseña y afirma a los cristianos en la verdad de la venida del Señor. Aunque, según cuentan los hombres, hay una gran diferencia entre un día y mil años, según la cuenta de Dios no hay diferencia. Todas las cosas, pasadas, presentes y futuras, están siempre delante de Él; la tardanza de mil años no puede ser tanto para Él como para nosotros es postergar algo por un día o por una hora. Si los hombres no tienen conocimiento ni fe en el Dios eterno, se inclinan a pensar que Él es como ellos. ¡Qué difícil es formarse la idea de la eternidad! Lo que los hombres cuentan como tardanza, es paciencia, y es a favor de nosotros; es para dar más tiempo a su pueblo para que avance en conocimiento y piedad, y en el ejercicio de la fe y la paciencia, para que abunde en buenas obras, haciendo y sufriendo aquello para lo que son llamados, para que puedan dar gloria a Dios. Por tanto, pongan en sus corazones que ciertamente serán llamados a dar cuenta de todas las cosas hechas en el cuerpo, sean buenas o malas. Que el andar humilde y diligente ante Dios y el juicio frecuente de vosotros mismos muestren vuestra firme fe en el juicio futuro, aunque muchos vivan como si absolutamente nunca tuvieran que rendir cuentas. El día llegará cuando los hombres estén seguros y no tengan la esperanza del día del Señor. Sobreedificados en Cristo
11/28/2016
Colosenses 2:1-7
El alma prospera cuando conocemos claramente la verdad en Jesús. Entonces creemos no sólo con el corazón, sino que estamos dispuestos a confesar con la boca cuando se nos pida. El conocimiento y la fe enriquecen el alma. Mientras más fuerte es nuestra fe, y más cálido nuestro amor, más grande será nuestro consuelo. Los tesoros de la sabiduría están ocultos, no de nosotros, sino para nosotros en Cristo. Fueron escondidos de los incrédulos orgullosos, pero exhibidos en la persona y la redención de Cristo. Nótese el peligro de las palabras persuasivas: ¡cuántos se destruyen con los disfraces falsos y las bellas apariencias de principios malos y de las prácticas impías! Estad vigilantes y temed a los que desean seducir para cualquier mal, porque su propósito es corromperos. Todos los cristianos han recibido al Señor Jesucristo; al menos por profesión le aceptaron y le tomaron como suyo. No podemos edificar ni crecer en Cristo si primero, no estamos arraigados o fundamentados en Él. Estando afirmados en la fe podemos abundar y mejorar más y más en ella. Dios quita con justicia este beneficio a quienes no lo reciben con acción de gracias; con justicia, Dios requiere gratitud por sus misericordias. Firmes en la fe
11/23/2016
1Corintios 16:13-18
El cristiano siempre corre peligro, por tanto, siempre debe estar alerta. Debe estar firme en la fe del evangelio sin abandonarla, ni renunciar jamas a ella. Por esta sola fe será capaz de resistir en la hora de la tentación. Los cristianos deben cuidar que la caridad no sólo reine en sus corazones, sino brille en sus vidas. Hay una gran diferencia entre la firmeza cristiana y el activismo febril. El apóstol da instrucciones particulares para algunos que sirven la causa de Cristo entre ellos. Los que sirven a los santos, los que desean el honor de las iglesias, y quitar los reproches de ellas, tienen que ser muy considerados y amados. Deben reconocer voluntariamente el valor de los tales y de todos los que trabajaron con el apóstol o le ayudaron. BENDECIDO EN TODO
11/21/2016
1 Corintios 1:1-9
Todos los cristianos son dedicados y consagrados a Cristo por el bautismo, y tienen la obligación estricta de ser santos, porque en la Iglesia verdadera de Dios están todos los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, y que le invocan como el Dios manifestado en carne, para todas las bendiciones de la salvación; los cuales le reconocen y obedecen como Señor de ellos, y Señor de todo; no incluye a otras personas. El cristiano se distingue del profano y del ateo, porque no osa vivir sin oración; y se puede distinguir de los judíos y paganos en que invoca el nombre de Cristo. Los pecadores no pueden tener paz de Dios, ni nada de Él, sino por medio de Cristo. Da gracias por la conversión de ellos a la fe de Cristo; esa gracia les fue dada por Jesucristo. Ellos habían sido enriquecidos por Él con todos los dones espirituales. Habla de palabras y conocimiento. Donde Dios ha dado estos dos dones, ha dado gran poder para el servicio. Estos eran dones del Espíritu Santo, por los cuales, Dios daba testimonio de los apóstoles. Los que esperan la venida de nuestro Señor Jesucristo, serán sostenidos por Él hasta el final; éstos serán sin culpa en el día de Cristo, hechos así por la rica y libre gracia. ¡Qué gloriosas son las esperanzas de tal privilegio: estar resguardados por el poder de Cristo del poder de nuestras corrupciones y de las tentaciones de Satanás Jesus ora por sus escogidos
11/18/2016
Juan 17:1-26
Nuestro Señor oró como hombre y como Mediador de su pueblo, aunque habló con majestad y autoridad, como uno e igual con el Padre. La vida eterna no podía ser dada a los creyentes a menos que Cristo, su fiador, glorificara al Padre y fuera glorificado por Él. Este es el camino del pecador a la vida eterna y cuando este conocimiento sea perfeccionado, se disfrutarán plenamente la santidad y la felicidad. La santidad y la felicidad de los redimidos son, en especial, la gloria de Cristo y de su Padre, que fue el gozo puesto delante de Él, por el cual soportó la cruz y despreció la vergüenza; esta gloria era el fin del pesar de su alma y al obtenerla se satisfizo completamente. Así somos enseñados que es necesario que glorifiquemos a Dios como prueba de nuestro interés en Cristo, por quien la vida eterna es la libre dádiva de Dios. Haz bien a tu siervo
11/16/2016
Salmos 119:17-24
Todos pereceríamos si Dios nos tratara en estricta justicia. Debemos pasar nuestra vida a su servicio; hallaremos la vida verdadera al cumplir su palabra. Quienes miran las maravillas de la ley y del evangelio de Dios, deben pedirle entendimiento por la luz de su Espíritu. Los creyentes se sienten forasteros en la tierra; temen perder su camino y perder consuelo errando de los mandamientos de Dios. Toda alma santificada tiene hambre de la palabra de Dios como alimento sin el cual no hay vida. Hay algo de orgullo en el fondo de cada pecado voluntario. Dios puede silenciar los labios mentirosos; el oprobio y el menosprecio pueden humillarnos y hacernos bien y, entonces, ser apartados. ¿Hallamos que el peso de la cruz está por encima de lo que somos capaces de soportar? El que la soportó por nosotros nos capacitará para soportarla; sostenidos por Él no podemos hundirnos. Triste es cuando los que debieran proteger al inocente son sus traidores. El salmista siguió en su deber y halló consuelo en la palabra de Dios. El consuelo de la palabra de Dios es delicia para el alma bondadosa, cuando se amargan otros consuelos; y los que quieren que los testimonios de Dios sean su delicia, deben ser aconsejados por ellos. Que el Señor nos dirija para ejercer arrepentimiento del pecado y la fe en Cristo. ¿Quién me ha tocado?
11/15/2016
Marcos 5:21-34
Un evangelio despreciado irá hacia donde sea mejor recibido. Uno de los dirigentes de una sinagoga buscó fervorosamente a Cristo porque una hijita, de unos doce años, se estaba muriendo. En el camino hizo otra sanidad. Debemos hacer el bien no sólo cuando estamos en casa, sino cuando vamos por el camino. Común es que la gente no recurra a Cristo, sino cuando ya han probado en vano todas las demás ayudas y hallaron, como ciertamente suele ocurrir, que eran médicos sin valor. Algunos corren en dirección a las diversiones y las compañías alegres; otros se zambullen en los negocios y hasta la embriaguez; otros se dedican a establecer su propia justicia o se atormentan con vanas supersticiones. Muchos perecen en tales caminos, pero nadie encontrará jamás reposo para el alma con tales métodos; mientras aquellos a quienes Cristo cura de la enfermedad del pecado, hallan en sí mismos un cambio total para mejor. Como los actos secretos de pecado, así los actos secretos de fe son conocidos por el Señor Jesús. La mujer dijo toda la verdad. Es la voluntad de Cristo que su pueblo sea consolado y Él tiene el poder para mandar consuelo a los espíritus turbados. Mientras más claramente dependamos de Él, y esperemos grandes cosas de Él, más encontraremos en nosotros mismos que Él ha llegado a ser nuestra salvación. Quienes por fe son sanados de sus enfermedades espirituales tienen razón para ir en paz. Para Dios todo es posible
11/14/2016
Marcos 10:23-31
Cristo aprovecha esta ocasión para hablar a sus discípulos sobre la dificultad de la salvación de quienes tienen abundancia en este mundo. Los que así buscan ansiosamente la riqueza del mundo, nunca valorarán en justicia a Cristo y su gracia. Además habla de la grandeza de la salvación de los que tienen poco de este mundo y lo dejan por Cristo. La prueba más grande de la constancia de un hombre bueno se produce cuando el amor a Jesús le pide que renuncie al amor a los amigos y a los familiares. Aunque vencedores por Cristo, aun deben esperar sufrir por Él hasta que lleguen al cielo. Aprendamos a contentarnos en una situación mala y a estar alertas contra el amor a las riquezas en una situación buena. Oremos para ser capaces de dejarlo todo si fuere necesario por el servicio de Cristo, y para usar en su servicio todo lo que se nos permita retener. El mundo pasa y sus deseos
11/11/2016
1 Juan 2:15-17
Las cosas del mundo pueden desearse y poseerse para los usos y propósitos que Dios concibió, y hay que usarlas por su gracia y para su gloria; pero los creyentes no deben buscarlas ni valorarlas para propósitos en que el pecado abusa de ellas. El mundo aparta de Dios el corazón y mientras más prevalezca el amor al mundo, más decae el amor a Dios. Las cosas del mundo se clasifican conforme a las tres inclinaciones reinantes de la naturaleza depravada: -1. La concupiscencia de la carne, del cuerpo: los malos deseos del corazón, el apetito de darse el gusto con todas las cosas que excitan e inflaman los placeres sensuales. 2. La concupiscencia de los ojos: los ojos se deleitan con las riquezas y las posesiones ricas; esta es la concupiscencia de la codicia. 3. La soberbia de la vida: el hombre vano ansía la grandeza y la pompa de una vida de vanagloria, lo cual comprende una sed de honores y aplausos. Las cosas del mundo se desvanecen rápidamente y mueren; el mismo deseo desfallecerá y cesará dentro de poco tiempo, pero el santo afecto no es como la lujuria pasajera. El amor de Dios nunca desfallecerá. Muchos vanos esfuerzos se han hecho para eludir la fuerza de este pasaje con limitaciones, distinciones o excepciones. Muchos han tratado de mostrar cuán lejos podemos ir estando orientados carnalmente y amando al mundo; pero no resulta fácil equivocarse respecto al significado evidente de estos versículos. A menos que esta victoria sobre el mundo empiece en el corazón, el hombre no tiene raíces en sí mismo y caerá o, en el mejor de los casos, será un profesante estéril. De todos modos, estas vanidades son tan seductoras para la corrupción de nuestros corazones, que, sin velar y orar sin cesar, no podemos escapar del mundo ni lograr la victoria sobre su dios y príncipe. He aquí que Dios es grande
11/10/2016
Job 36:5-14
Eliú muestra aquí que Dios actúa como Rey justo. Siempre está dispuesto a defender a los que son heridos. Si nuestro ojo estuviera siempre dirigido a Dios en el deber, su ojo estaría siempre sobre nosotros con misericordia y, cuando estamos más hundidos, no nos pasaría por alto. También, dispone nuestros corazones para ser enseñados: la aflicción hace que la gente se disponga a aprender por medio de la gracia de Dios que obra con ella y por ella. Además, nos disuade de pecar en el futuro. No tener más que ver con el pecado es un mandamiento. Si servimos fielmente a Dios, tenemos la promesa de la vida que es presente y sus consolaciones, en cuanto sea para la gloria de Dios y nuestro bien: ¿y quién los desearía más aun? Tenemos la posesión de placeres interiores, la gran paz que tienen los que aman la ley de Dios. Si la aflicción no hace su obra los hombres deben esperar que se caliente el horno hasta que sean consumidos. Quienes mueren sin conocimiento, mueren sin gracia y están deshechos por siempre. Es por el mundo y la carne mientras, exteriormente, parece ser por Dios y la fe. El caso de los pecadores es espantoso, sea que mueran jóvenes o vivan mucho para acumular ira. Las almas de los malos viven después de la muerte, pero en desgracia eterna. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Archives
June 2023
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