He aquí que Dios es grande
11/10/2016
Job 36:5-14
Eliú muestra aquí que Dios actúa como Rey justo. Siempre está dispuesto a defender a los que son heridos. Si nuestro ojo estuviera siempre dirigido a Dios en el deber, su ojo estaría siempre sobre nosotros con misericordia y, cuando estamos más hundidos, no nos pasaría por alto. También, dispone nuestros corazones para ser enseñados: la aflicción hace que la gente se disponga a aprender por medio de la gracia de Dios que obra con ella y por ella. Además, nos disuade de pecar en el futuro. No tener más que ver con el pecado es un mandamiento. Si servimos fielmente a Dios, tenemos la promesa de la vida que es presente y sus consolaciones, en cuanto sea para la gloria de Dios y nuestro bien: ¿y quién los desearía más aun? Tenemos la posesión de placeres interiores, la gran paz que tienen los que aman la ley de Dios. Si la aflicción no hace su obra los hombres deben esperar que se caliente el horno hasta que sean consumidos. Quienes mueren sin conocimiento, mueren sin gracia y están deshechos por siempre. Es por el mundo y la carne mientras, exteriormente, parece ser por Dios y la fe. El caso de los pecadores es espantoso, sea que mueran jóvenes o vivan mucho para acumular ira. Las almas de los malos viven después de la muerte, pero en desgracia eterna. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Archives
November 2023
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