Yo Jehová no cambio
1/31/2014
Yo Jehová no cambio
Malaquias 3:6-12 Aunque el Señor condena las acciones hipócritas, corruptas e inmorales de su pueblo, hay esperanza porque Dios nunca deja de ser quien es: Yo Jehová no cambio (v. 6). El Señor es fiel a las promesas del pacto y no abandonará a su pueblo. De ahí que los exhorte: Volveos a mí , y yo me volveré a vosotros (v. 7). Estos versículos enseñan los siguientes principios: Israel se mostraba negligente hacia sus relaciones con el Dios del pacto al defraudarlo en los diezmos y ofrendas; ello dio lugar al juicio retributivo; Dios emplaza a Israel a una rectificación probando su fidelidad en esta cuestión. Si presenta todos los diezmos, él abrirá las ventanas de los cielos (enviará las tan necesarias lluvias) y reprenderá al devorador (destruirá las langostas que devoran las cosechas). Aunque no hay consenso en la iglesia contemporánea sobre la aplicación neotestamentaria del principio del diezmo, sí se acepta unánimemente que el NT nos enseña a ofrendar con generosidad al Señor. También se está de acuerdo con que Dios responde proveyendo graciosamente, en especial en lo que toca a la satisfacción de las más esenciales necesidades (Mat_6:25-34) El plan de prosperidad incluye el diezmo, PROSPERIDAD DE DIOS. Mucha gente está incapacitada por su propia pobreza y ésta es a menudo causada por su desobediencia a la Palabra. De muchas maneras se manifiesta esta desobediencia; una de ellas es ¡robarle a Dios! Este pasaje claramente nos dice que aquellos que retienen sus diezmos y ofrendas le están robando a Dios. En consecuencia, también se privan a sí mismos de las bendiciones que Dios desea otorgarles. Cuando uno cesa de diezmar está violando la Ley, y si uno viola la Ley, entonces ésta no puede obrar a nuestro favor. Nada hará que un creyente sabio deje de ofrendar y diezmar, pero ella o él jamás diezmarán u ofrendarán con el objetivo de obtener algo. Más bien, la acción de dar procede de la obediencia y ¡Dios siempre recompensa la obediencia! Ley --- Gracia
1/30/2014
Ley --- Gracia
Romanos 5:15-21 Todos nacemos como parte de la familia física de Adán, del linaje que conduce a muerte segura. Todos cosechamos los resultados del pecado de Adán. Heredamos su culpa, una naturaleza pecaminosa (la tendencia a pecar) y el castigo de Dios. Sin embargo, por la obra de Cristo, podemos cambiar juicio por perdón. Podemos cambiar nuestro pecado por la justicia de Jesús. Cristo nos ofrece la oportunidad de nacer en su familia espiritual: del linaje que empieza con perdón y conduce a la vida eterna. Si no hacemos algo, nos espera la muerte mediante Adán, pero si acudimos a Dios por la fe, tenemos vida a través de Cristo. ¿A qué linaje pertenece usted? ¡Qué gran promesa para los que aman a Cristo! Podemos reinar sobre el poder del pecado, sobre la amenaza de la muerte y los ataques de Satanás. La vida eterna es nuestra ahora y por siempre. Podemos vencer la tentación en el poder y la protección de Jesucristo. Si desea más información sobre nuestra privilegiada posición en Cristo, véase 8.17. Como pecador, separado de Dios, usted ve la Ley desde abajo, similar a una escalera que debe subirse para llegar a Dios. Quizás ha intentado subirla en más de una oportunidad, solo para caer al piso cada vez que alcanzaba uno o dos peldaños. O a lo mejor le parecía tan abrumadora la escarpada escalera que nunca se decidió siquiera a iniciar su ascenso. En cualquier caso, ¡qué alivio debe serle ver a Jesús con los brazos abiertos ofreciéndole pasarle por encima de la escalera de la Ley y llevarlo directamente a Dios! Una vez que Jesús lo eleva hasta la presencia de Dios, usted es libre para obedecer: por amor, no por necesidad, y mediante el poder de Dios, no el suyo. Usted sabe que si se tambalea, no caerá al suelo. Los brazos amorosos de Cristo no lo dejarán caer y lo sostendrán. LO QUE TENEMOS COMO HIJOS Lo que tenemos como hijos de Adán Bajo la ira 5.9 Pecado 5.12, 15, 21 Muerte 5.12, 16, 21 Separación de Dios 5.18 Desobediencia 5.12, 19 Juicio 5.18 Ley 5.20 Lo que tenemos como hijos de Dios Rescate 5.8 Justicia 5.18 Vida eterna 5.17, 21 Relación con Dios 5.11, 19 Obediencia 5.19 Absolución 5.10, 11 Gracia 5.20 Tu caminar habla de tu llamado
1/29/2014
Tu caminar habla de tu llamado
Efesios 4:1-7 Dios nos ha escogido para ser los representantes de Cristo en la tierra. A la luz de esta verdad, Pablo nos desafía a tener vidas dignas al llamado que hemos recibido, el maravilloso privilegio de ser llamados propiedad de Cristo. Esto incluye ser humilde, gentil, paciente, comprensivo y pacificador. La gente observa su vida. ¿Pueden ver a Cristo en usted? ¿Qué tan bien cumple como representante? Pablo dice que somos parte de un solo cuerpo. La unidad no aparece por sí sola, hay que trabajar para lograrla. Muchas veces las diferencias que existen entre las personas, pueden conducir a la división; esto no necesariamente tiene que ser así en la iglesia. En lugar de concentrarnos en lo que nos divide, debiéramos recordar qué nos une: ¡un cuerpo, un Espíritu, una misma esperanza, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios! ¿Sabe apreciar las personas diferentes a usted? ¿Es capaz de ver cómo los dones y puntos de vista distintos pueden contribuir a que la iglesia cumpla con la obra de Dios? Aprenda a disfrutar cómo los miembros del cuerpo de Cristo nos complementamos unos a otros (véase 1Co_12:12-13 para ampliar estos pensamientos). Nada se exhorta con mayor énfasis en las Escrituras que andar como corresponde a los llamados al reino y gloria de Cristo. Por humildad entiéndase lo que se opone al orgullo. Por mansedumbre, la excelente disposición del alma que hace que los hombres no estén prontos a provocar, y que no se sientan fácilmente provocados u ofendidos. Encontramos mucho en nosotros mismos por lo cual apenas nos podríamos perdonar; por tanto, no debe sorprendernos si hallamos en el prójimo lo que creemos difícil de perdonar. Hay un Cristo en quien tienen esperanza todos los creyentes, y un cielo en el que todos esperan; por tanto, debieran ser de un solo corazón. Todos tenían una fe en su objeto, Autor, naturaleza y poder. Todos ellos creían lo mismo en cuanto a las grandes verdades de la religión; todos ellos habían sido recibidos en la Iglesia por un bautismo con agua en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo como signo de la regeneración. En todos los creyentes habita Dios Padre como en su santo templo, por su Espíritu y gracia especial. Mente espiritual, vida y paz
1/28/2014
Mente espiritual, vida y paz
Romanos 8:1-10 Los creyentes pueden ser castigados por el Señor, pero no serán condenados con el mundo. Por su unión con Cristo por medio de la fe, están seguros. ¿Cuál es el principio de su andar: la carne o el Espíritu, la naturaleza vieja o la nueva, la corrupción o la gracia? ¿Para cuál de estos hacemos provisión, por cuál somos gobernados? La voluntad sin renovar es incapaz de obedecer por completo ningún mandamiento. La ley, además de los deberes externos, requiere obediencia interna. Dios muestra su aborrecimiento del pecado por los sufrimientos de su Hijo en la carne, para que la persona del creyente fuera perdonada y justificada. Así, se satisfizo la justicia divina y se abrió el camino de la salvación para el pecador. El Espíritu escribe la ley del amor en el corazón, y aunque la justicia de la ley no sea cumplida por nosotros, de todos modos, bendito sea Dios, se cumple en nosotros; en todos los creyentes hay quienes responden a la intención de la ley. El favor de Dios, el bienestar del alma, los intereses de la eternidad, son las cosas del Espíritu que importan a quienes son según el Espíritu. ¿Por cuál camino se mueven con más deleite nuestros pensamientos? ¿Por cuál camino van nuestros planes e ingenios? ¿Somos más sabios para el mundo o para nuestras almas? Los que viven en el placer están muertos, 1 Timoteo v, 6. El alma santificada es un alma viva, y esa vida es paz. La mente carnal no es sólo enemiga de Dios, sino la enemistad misma. El hombre carnal puede, por el poder de la gracia divina, ser sometido a la ley de Dios, pero la mente carnal, nunca; esta debe ser quebrantada y expulsada. Podemos conocer nuestro estado y carácter verdadero cuando nos preguntamos si tenemos o no el Espíritu de Dios y de Cristo, versículo 9. Vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu. Tener el Espíritu de Cristo significa haber cambiado el designio en cierto grado al sentir que había en Cristo Jesús, y eso tiene que notarse en una vida y una conversación que corresponda a sus preceptos y a su ejemplo. Temor o verguenza?
1/27/2014
Temor o verguenza?
Juan 3:1-8 Nicodemo temía, o se avergonzaba de ser visto con Cristo, por tanto, acudió de noche. Cuando la religión está fuera de moda, hay muchos Nicodemos, pero aunque vino de noche, Jesús lo recibió, y por ello nos enseña a animar los buenos comienzos, aunque sean débiles. Aunque esta vez vino de noche, después reconoció públicamente a Cristo. No habló con Cristo de asuntos de estado, aunque era un gobernante, sino de los intereses de su propia alma y de su salvación, hablando al respecto de una sola vez. Nuestro Salvador habla de la necesidad y naturaleza de la regeneración o nuevo nacimiento y, de inmediato llevó a Nicodemo a la fuente de santidad del corazón. El nacimiento es el comienzo de la vida; nacer de nuevo es empezar a vivir de nuevo, como los que han vivido muy equivocados o con poco sentido. Debemos tener una nueva naturaleza, nuevos principios, nuevos afectos, nuevas miras. Por nuestro primer nacimiento somos corruptos, formados en el pecado; por tanto, debemos ser hechos nuevas criaturas. No podía haberse elegido una expresión más fuerte para significar un cambio de estado y de carácter grande y muy notable. Debemos ser enteramente diferentes de lo que fuimos antes, como aquello que empieza a ser en cualquier momento, no es, y no puede ser lo mismo que era antes. Este nuevo nacimiento es del cielo, capítulo i, 13, y tiende al cielo. Es un cambio grande hecho en el corazón del pecador por el poder del Espíritu Santo. Significa que algo es hecho en nosotros y a favor de nosotros que no podemos hacer por nosotros mismos. Algo obra por lo que empieza una vida que durará por siempre. De otra manera no podemos esperar un beneficio de Cristo; es necesario para nuestra felicidad aquí y en el más allá. Nicodemo entendió mal lo que dijo Cristo, como si no hubiera otra manera de regenerar y moldear de nuevo un alma inmortal que volver a dar un marco al cuerpo. Sin embargo, reconoció su ignorancia, lo que muestra el deseo de ser mejor informado. Entonces, el Señor Jesús explica más. Muestra al Autor de este bendito cambio. No es obra de nuestra sabiduría o poder propio, sino del poder del bendito Espíritu. Somos formados en iniquidad, lo que hace necesario que nuestra naturaleza sea cambiada. No tenemos que maravillarnos de esto, porque cuando consideramos la santidad de Dios, la depravación de nuestra naturaleza, y la dicha puesta ante nosotros, no tenemos que pensar que es raro que se ponga tanto énfasis sobre esto. La obra regeneradora del Espíritu Santo se compara con el agua. También es probable que Cristo se haya referido a la ordenanza del bautismo. No se trata que sean salvos todos aquellos bautizados, y sólo ellos; pero sin el nuevo nacimiento obrado por el Espíritu, y significado por el bautismo, nadie será súbdito del reino del cielo. La misma palabra significa viento y Espíritu. El viento sopla de donde quiere hacia nosotros; Dios lo dirige. El Espíritu envía sus influencias donde, y cuando, y a quien, y en qué medida y grado le plazca. Aunque las causas estén ocultas, los efectos son evidentes, cuando el alma es llevada a lamentarse por el pecado y a respirar según Cristo. Por la fe de ellos
1/23/2014
Por la fe de ellos
Marcos 2:1-12 Era la desgracia de este hombre que tuvieran que transportarlo de esa manera, y que muestra el estado de sufrimiento de la vida humana; fue una muestra de bondad de los que así lo llevaban y enseña la compasión que debiera haber en el hombre hacia sus congéneres que tienen dificultadeds. La fe verdadera y la fe firme pueden obrar de diversas maneras, pero será aceptada y aprobada por Jesucristo. El pecado es la causa de todos nuestros dolores y enfermedades. La manera de eliminar el efecto es eliminar la causa. El perdón de pecado golpea la raíz de todas las enfermedades. Cristo probó su poder para perdonar pecado mostrando su poder para curar al hombre enfermo de parálisis. La curación de las enfermedades era figura del perdón del pecado, porque el pecado es la enfermedad del alma; cuando es perdonado, es sanada. Cuando vemos lo que Cristo hace al sanar almas debemos reconocer que nunca vimos algo igual. La mayoría de los hombres se piensan íntegros; no sienten necesidad de un médico, por tanto desprecian o rechazan a Cristo y su evangelio. Pero el pecador humilde y convicto, que desespera de toda ayuda, excepto del Salvador, mostrará su fe recurriendo a Él sin demora. Levántate y ponte en medio.
1/22/2014
Levántate y ponte en medio.
Marcos 3:1-8 Mar 3:1 Y otra vez entró en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. Mar 3:2 Y le acechaban, si en sábado le sanaría, para poder acusarle. Mar 3:3 Entonces dijo al hombre que tenía seca la mano: Levántate y ponte en medio. Mar 3:4 Y les dijo: ¿Es lícito hacer bien en sábado, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. Mar 3:5 Entonces mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano le fue restaurada sana como la otra. Mar 3:6 Y saliendo los fariseos, en seguida tomaron consejo con los herodianos contra Él, de cómo le matarían. Mar 3:7 Mas Jesús se retiró al mar con sus discípulos, y le siguió una gran multitud de Galilea, y de Judea, Mar 3:8 y de Jerusalén, y de Idumea, y del otro lado del Jordán, y los de alrededor de Tiro y de Sidón, una gran multitud, que oyendo cuán grandes cosas hacía, vinieron a Él. El caso de este hombre era triste; su mano seca que lo incapacitaba para trabajar y ganarse la vida; quienes tienen este tipo de problema, son los objetos más apropiados para la caridad. Los que no pueden valerse por sí mismos deben ser socorridos. Pero los infieles obcecados, cuando nada pueden decir contra la verdad, aun así no se rinden. Oímos lo que se dijo mal y vemos lo que se hizo mal, pero Cristo mira a la raíz de amargura del corazón, su ceguera y dureza y se entristece. Tiemblen los pecadores de corazón duro al pensar en la ira con que los mirará dentro de poco tiempo, cuando llegue el día de su ira. El gran día de sanidad es ahora, el día de reposo, y el lugar de sanidad es la casa de oración, pero el poder sanador es de Cristo. El mandato del evangelio es como el registrado aquí: aunque nuestras manos estén secas, aun así, si no las extendemos, es nuestra falta que no seamos sanados. Pero si somos sanados, Cristo, su poder y gracia, deben tener toda la gloria. Ven y ve
1/15/2014
Ven y ve
Juan 1:43-51 Natanael no está despreciando a Nazaret. Por el contrario, él sabe que Nazaret es una población muy poco conocida y, además, no es el sitio profetizado como el lugar de nacimiento del Mesías; así que confiesa su dificultad en aceptar la afirmación de Felipe. El conocimiento sobrenatural de Jesús acerca de quién era en realidad Natanael, convenció a este «verdadero israelita» de que se había encontrado con el Hijo de Dios, el Rey de Israel. Tras su fachada de incredulidad, Jesús descubrió la transparencia de espíritu de Natanael. Los judíos menospreciaban a Nazaret porque una guarnición romana estaba localizada allí. Algunos han especulado que una actitud fría o una baja reputación moral y religiosa del pueblo de Nazaret condujo al comentario duro de Natanael. La ciudad natal de Natanael fue Caná, situada a un poco más de seis kilómetros de Nazaret. Cuando Natanael oyó que el Mesías procedía de Nazaret, se sorprendió. Felipe le respondió: "Ven y ve". Por fortuna, Natanael fue a ver a Jesús y llegó a ser su discípulo. ¡Si hubiera actuado en base a sus prejuicios, sin una investigación mayor, hubiera perdido su encuentro con el Mesías! No permita que los estereotipos de la gente acerca de Cristo sean causa de que pierdan poder y amor. Invítelos a que se acerquen a El y comprueben quién es Jesús. Después que Juan bautizó a Jesús en el río Jordán y que Satanás lo tentó en el desierto, Jesús volvió a Galilea. Visitó Nazaret, Caná y Capernaum, luego regresó a Jerusalén para la Pascua. Jesús conocía todo lo referente a Natanael antes de que se encontrasen cara a cara. Jesús también nos conoce bien. Una persona honesta se sentirá a gusto sabiendo que Jesús la conoce tal cual es. Una deshonesta se sentirá molesta. No puede fingir ser algo que no es. Dios sabe cómo es usted verdaderamente y desea que lo siga. Esta es una referencia al sueño de Jacob que aparece en Gen_28:12. En su condición singular de Dios-Hombre, Jesús sería la escalera entre el cielo y la tierra. Jesús no dice aquí que iba a ser una experiencia física (es decir que verían la escalera con sus ojos), como en el caso de la transfiguración, sino que tendrían una percepción espiritual de la verdadera naturaleza de Jesús y del propósito de su venida. Dana faltara
1/13/2014
Dana faltara
Marcos 6:4-12 Aunque Jesús enseñaba con eficiencia y sabiduría, la gente de su pueblo lo veía simplemente como un carpintero. "El no es mejor que nosotros; solo es un humilde obrero", decían. Se ofendían al ver que impresionaba a los demás y lo seguían. Rechazaban su autoridad porque era uno de ellos. Creían conocerlo, pero sus nociones preconcebidas no les permitían aceptar su mensaje. No permita que los prejuicios le cieguen ante la verdad. Trate de ver, en Jesús, lo que es. Jesús dijo que un profeta (o sea, un siervo de Dios) nunca recibe honra en su propia tierra. Pero eso no hace su trabajo menos importante. Una persona no necesita que le reconozcan ni honren para ser útil a Dios. Si sus amigos, vecinos o familiares no aprecian su trabajo cristiano, no deje que su actitud afecte su servicio a Dios. Jesús pudo haber hecho grandes milagros en Nazaret, pero no quiso hacerlos por el orgullo y la incredulidad del pueblo. Los milagros que hizo tuvo muy poco efecto en la gente porque no quería aceptar su mensaje ni creer que vino de Dios. De ahí que buscó en otra parte personas que respondieran a sus milagros y a su mensaje. Los discípulos se enviaron en parejas. De haberlo hecho en forma individual, habrían llegado a más lugares, pero ese no era el plan de Cristo. Una ventaja en ir de dos en dos era que podían darse ánimo y apoyo, sobre todo al enfrentar el rechazo. Nuestras fuerzas vienen de Dios, pero El suple muchas de nuestras necesidades a través del trabajo colectivo. Como servidor suyo, no trate de caminar solo. Los judíos piadosos sacudían el polvo de sus pies después de pasar por ciudades o territorios gentiles, en señal de rechazo a las influencias y prácticas gentiles. Cuando los discípulos sacudían el polvo de sus pies al salir de una ciudad judía, daban una vívida señal de que el pueblo rechazaba a Jesús y su mensaje. Jesús aclaró que el pueblo era responsable de la forma en que respondía al evangelio. Los discípulos no serían culpados si la gente rechazaba el mensaje, siempre que lo presentaran con fidelidad y esmero. Nosotros no tenemos la culpa de que alguien rechace el mensaje de salvación de Cristo, pero tenemos el deber de proclamarlo con fidelidad. Cadenas rotas
1/9/2014
Cadenas rotas
Marcos 5:18-19 Mar 5:18 Y entrando Él en la barca, el que había estado poseído del demonio le rogaba que le dejase estar con Él. Mar 5:19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Cuando el transgresor más vil es liberado de la esclavitud de Satanás por el poder de Jesús, se sienta contento a los pies de su Libertador y oye su palabra, que libera a los desdichados esclavos de Satanás, y los cuenta entre sus santos y siervos La paciencia y la misericordia pueden verse aun en las medidas correctivas por los cuales los hombres pierden sus pertenencias, y salvan las vidas, y se les advierte que busquen la salvación de sus almas. El hombre proclamó jubilosamente las grandes cosas que Jesús había hecho por él. Todos los hombres se maravillaron pero pocos lo siguieron. Muchos que no pueden sino maravillarse por las obras de Cristo, no se prendan de Él como debieran. Jesús le dijo al hombre que fuera a sus amigos y les hablara de su milagrosa sanidad. Muchas veces Jesús solicitó de quienes recibieron sanidad que no se lo dijeran a nadie. Al enviar al hombre con estas buenas noticias, Jesús expandía su ministerio a pueblos gentiles. Este hombre fue un poseído de demonios, pero ahora era un ejemplo viviente del poder de Jesús. Quiso irse con Jesús, pero El le dijo que se fuera a su casa y contara su historia a los suyos. Si usted ha experimentado el poder de Jesús, también es un ejemplo viviente. Así como hablamos a otros de un médico que sana determinada enfermedad física, debemos hablar de Cristo, el que sana nuestros pecados. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |