AMOR VERDADERO
7/30/2013
AMOR VERDADERO
1Corintios13:1-13 El amor es sufrido , al ser paciente con las imperfecciones de la gente. El amor es benigno , activo en hacer el bien. El amor no tiene envidia; en razón de que no es posesivo y competitivo, sino que desea lo mejor para los demás. Por lo tanto, no es jactancioso . El amor posee la cualidad de ocultarse, no hace ostentación de sí mismo. El amor no es indecoroso , no trata a otros con arrogancia; no se comporta con rudeza, sino son cortesía y buenas maneras. El amor no busca lo suyo , al no insistir en sus derechos o demandar precedencia alguna; al contrario es generoso. El amor no se irrita; no es susceptible, no es grosero ni hostil, sino que en los momentos difíciles mantiene la compostura. El amor no guarda rencor; no lleva la cuenta de los males que ha sufrido, sino que borra el resentimiento. El amor no se goza de la injusticia , no se alegra del infortunio ajeno, ni difunde rumores maliciosos, sino se goza de la verdad , al propagar activamente el bien. El amor todo lo sufre , al defender y sostener a otros. El amor cree lo mejor de los demás, les acredita buenas intenciones y no es suspicaz. El amor todo lo espera , no se desanima con la gente, sino cree en su futuro. El amor todo lo soporta , al perseverar y permanecer leal hasta el final. En comparación con el amor los dones son algo limitado, no completo; son temporales, no eternos. comunican un conocimiento imperfecto en lugar de perfecto. Cualquier cosa de esta era, comparada con la perfección de la nueva creación es algo insignificante, incluidos los dones. Pero el lugar de sugerir el menosprecio de los dones durante esta era, o en cualquier otro momento de la historia de la iglesia, este pasaje busca todo lo contrario. Las virtudes de fe , esperanza y amor son necesarias en estos tiempos; pero en el tiempo por venir, la fe será reemplazada por la vista y la esperanza se convertirá en experiencia. Sólo el amor es eterno, porque Dios es amor. Dios nos da dones espirituales para vivir en la tierra a fin de edificar, servir y fortalecer a los demás cristianos. Los dones espirituales son para la Iglesia. En la eternidad, seremos perfectos y completos y estaremos en la misma presencia de Cristo. Ya no serán necesarios los dones, habrán llegado a su fin. La fe es el fundamento y el contenido del mensaje de Dios, la esperanza es la actitud y el enfoque, amor es la acción. Cuando la fe y la esperanza están en línea, usted posee la libertad de amar realmente porque llega a comprender cómo ama Dios. Más que vencedores
7/26/2013
Más que vencedores
Romanos 8:29-39 Dios hace posible que "todas las cosas", no solo incidentes aislados, redunden en nuestro bien. Esto no significa que todo lo que nos pasa es bueno. Lo malo sigue prevaleciendo en nuestro mundo caído, pero Dios es capaz de cambiar todas las circunstancias a nuestro favor. Tenga presente que Dios no está ocupado en hacernos felices, sino en cumplir sus propósitos. Note asimismo que esta promesa no es para todos. Es solo para los que aman a Dios y forman parte de los planes divinos. Los "llamados" son todas los que el Espíritu Santo convence y permite que reciban a Cristo. Estas personas tienen una nueva perspectiva, una nueva mentalidad en la vida. Confían en Dios, no en los tesoros de la vida; buscan su seguridad en el cielo, no en la tierra; aprenden a aceptar el dolor y la persecución, no a lamentarlos, porque Dios está con ellos. La meta suprema de Dios en cuanto a nosotros es hacernos semejantes a Cristo. A medida que vamos siendo como El, descubrimos lo que en realidad somos, las personas para lo cual fuimos creados. ¿Cómo podemos ser conformados a la imagen de Cristo? Leyendo y prestando atención a la Palabra de Dios, estudiando su vida en la tierra a través de los Evangelios, llenándonos con el Espíritu Santo y haciendo la obra de Dios en la tierra. Está claro es que el propósito de Dios en cuanto al hombre no fue producto de un pensamiento tardío, sino que se determinó antes de la fundación del mundo. La humanidad se creó para servir y glorificar a Dios. Si usted aceptó a Cristo, regocíjese porque Dios siempre lo ha conocido. Su amor es eterno. Su sabiduría y poder son supremos. El le guiará y le protegerá hasta el día en que llegue a su presencia. Pablo dice que Jesús ruega a Dios por nosotros en el cielo. Dios nos absolvió y quitó nuestro pecado y culpa; es Satanás, no Dios, el que nos acusa. Cuando esto sucede, Jesús es el abogado que está a la diestra de Dios para defendernos. No importa lo que pase ni dónde estemos, su amor nunca nos dejará. El sufrimiento no nos separará de Dios, sino que nos ayudará a identificarnos con El mucho más y permitirá que su amor nos alcance y nos sane. Estos versículos contienen una de las promesas más reconfortantes de todas las Escrituras. Los creyentes siempre han tenido que enfrentar dificultades de diversas formas: persecución, enfermedad, prisión, aun muerte. Esto podría hacerles creer que Cristo los había abandonado. Pero Pablo exclama que es imposible que algo nos separe de Cristo. Su muerte a nuestro favor es prueba de su amor inquebrantable. Nada impedirá su presencia constante con nosotros. Dios nos dice cuán grande es su amor para que nos sintamos bien seguros en El. Si tenemos esta seguridad sorprendente, no temeremos. En Cristo somos más que vencedores y su amor nos protegerá de cualquier potestad. Varon de dolores
7/25/2013
Varon de dolores
Isaias 53:1-12 Este capítulo sigue hablando del Mesías, Jesús, quien sufriría por el pecado de todos. ¡Una profecía así es sorprendente! ¿Quién creería que Dios decidiría salvar al mundo mediante un Siervo humilde y sufrido en vez de un rey glorioso? La idea es contraria al orgullo humano y a la manera de pensar del mundo. Sin embargo, Dios trabaja a menudo en formas inesperadas. La fortaleza del Mesías se muestra a través de su humildad, sufrimiento y misericordia. No había nada en la apariencia física de este Siervo que fuera atractivo. Israel calculó mal la importancia del Siervo, lo considerarían como un hombre común. Pero aun cuando Jesús no atraía por su apariencia física, trajo salvación y sanidad. Mucha gente calcula mal la importancia de la vida y obra de Jesús, y necesitan cristianos para señalar su extraordinaria naturaleza. Este varón de dolores lo despreciaron y rechazaron los que estaban a su alrededor y hasta el día de hoy sucede lo mismo. Algunos lo rechazan porque se le oponen. Otros desprecian a Cristo y su gran don de perdón. ¿Usted lo rechaza, lo olvida o lo acepta? ¿Cómo podía una persona del Antiguo Testamento entender la idea de Cristo muriendo por nuestras culpas (rebeliones y pecados), en realidad cargando con el castigo que merecíamos? Los sacrificios sugerían esta idea, pero una cosa es matar a un cordero y otra muy distinta es pensar en el Siervo escogido de Dios ocupando el lugar del cordero. Pero Dios descorría a un costado la cortina del tiempo para permitir que la gente de la época de Isaías mirara más adelante hacia el sufrimiento del futuro Mesías y el perdón resultante que quedaría al alcance de toda la humanidad. La Ley
7/24/2013
La Ley
Galatas 3:19-29 La ley tiene dos funciones. En su lado positivo, revela la naturaleza y la voluntad de Dios y muestra a la gente cómo debe vivir. En el lado negativo, muestra el pecado de las personas y les indica que es imposible agradar a Dios por obediencia plena a todas sus leyes. La promesa de Dios a Abraham tiene que ver con su fe, la ley enfoca las acciones. El pacto con Abraham muestra que la fe es el único medio de salvación, la ley muestra cómo obedecer a Dios en una respuesta maravillosa. La fe no anula la ley, por el contrario, cuanto más llegamos a conocer a Dios, más entendemos cuán pecadores somos. Por lo tanto somos conducidos a depender sólo de nuestra fe en Cristo para obtener nuestra salvación. Cuando Dios le dio su promesa a Abraham lo hizo por sí mismo, sin Moisés o los ángeles como mediadores. Aunque no se menciona en Exodo, los judíos creían que los Diez Mandamientos habían sido dados a Moisés por los ángeles (Esteban se refiere a esto en su discurso. Pablo muestra la superioridad de la salvación y crecimiento por la fe sobre el tratar de ser salvos por guardar la ley judía. Cristo es el mejor y único camino dado por Dios para que nosotros podamos venir a El ). Antes que la fe en Cristo nos libertara, estábamos atrapados en pecado, abatidos por errores pasados y sofocados por deseos pecaminosos. Dios sabía que éramos prisioneros del pecado y por ello proveyó una vía de escape: la fe en Jesucristo. Sin Cristo todos están atrapados en las garras del pecado y sólo aquellos que depositan su fe en El pueden quedar libres. Mire hacia El: lo quiere alcanzar para darle libertad. "El ayo" es como la supervisión que un tutor le daba a un niño. No necesitamos más este tipo de supervisor. La ley nos muestra la necesidad de salvación; la gracia de Dios nos provee esa salvación. El Antiguo Testamento todavía es aplicable. Dios revela, en el mismo, su naturaleza, su voluntad para la humanidad, sus leyes morales y sus directrices para vivir. Pero no podemos ser salvos por guardar la ley, debemos confiar en Cristo el Mesías. Muertos al pecado
7/22/2013
Muertos al pecado
Rom 6:1-14 Podemos gozar de nuestra nueva vida en Cristo porque estamos unidos a El en su muerte y resurrección. Nuestros malos deseos, nuestra esclavitud al pecado y nuestro amor al pecado murieron con El. Ahora, unidos con El por fe en su resurrección, tenemos comunión inquebrantable con Dios y libertad para resistir el pecado. Si desea más información acerca de la diferencia entre la nueva vida en Cristo y la naturaleza pecadora. El castigo del pecado y el poder que tenía sobre nuestras vidas murió con Cristo en la cruz. Nuestro "viejo hombre", lleno de pecado, murió de una vez por todas y ahora estamos libres de su poder. El "cuerpo del pecado" no es el humano, sino nuestra naturaleza rebelde amante del pecado heredada de Adán. A pesar de que nuestro cuerpo coopera voluntariamente con nuestra naturaleza pecaminosa, no debemos por ello considerarlo malvado. Lo que es malo es el pecado en nosotros. Y lo que se derrota es ese poder del pecado en acción en nuestros cuerpos. Pablo acaba de establecer que la fe en Cristo nos declara absueltos, "inocentes" ante Dios. Aquí Pablo enfatiza que ya no necesitamos una vida bajo el poder del pecado. Dios no nos saca del mundo ni nos convierte en robots. A veces sentiremos deseos de pecar y algunas veces lo haremos. La diferencia radica en que antes de ser salvos, éramos esclavos de nuestra naturaleza pecaminosa, pero ahora podemos elegir vivir para Cristo. Debido a la muerte y resurrección de Cristo, sus seguidores no tienen por qué temer a la muerte. La seguridad que nos da nos permite disfrutar compañerismo con El y hacer su voluntad. Esto se reflejará en todas nuestras actividades: trabajo y adoración, distracción, estudio bíblico, meditación y servicio a otros. Cuando comprenda que no teme a la muerte, experimentará un nuevo vigor en la vida. "Consideraos muertos al pecado" significa que debemos estimar nuestra vieja naturaleza pecadora como muerta y sorda al pecado. Debido a nuestra unión e identificación con Cristo, ya no estamos atados a esos viejos motivos, deseos y metas. Así que considerémonos según lo que Dios ha hecho en nosotros. Tenemos un nuevo comienzo y el Espíritu Santo nos ayudará a transformarnos cada día en lo que Cristo ha declarado que somos. Si ya no estamos bajo la Ley, sino la gracia, ¿tenemos libertad para pecar y pasar por alto los Diez Mandamientos? Pablo contesta: "En ninguna manera". Cuando estábamos bajo la Ley, el pecado era nuestro amo. La Ley ni nos justificaba ni nos ayudaba a vencer el pecado. Pero ahora que estamos unidos a Cristo, El es nuestro Señor y nos da poder para hacer lo bueno y evitar lo malo. Reconciliación por la muerte de Cristo
7/18/2013
Reconciliación por la muerte de Cristo
Colosenses 1:15-29 La muerte de Cristo abre un camino para que todos puedan venir a Dios. Puso a un lado al pecado que nos impedía disfrutar de una relación correcta con nuestro Creador. Esto no significa que todos han sido salvos, sino que el camino ha sido abierto para todo aquel que confíe en Cristo para ser salvo. Podemos tener paz con Dios y reconciliarnos al aceptar a Cristo, que murió en nuestro lugar. Debido a que éramos extraños de Dios, desconocíamos su manera de pensar y éramos "enemigos en nuestra mente". El pecado arruinó nuestra manera de pensar respecto a Dios. Una forma equivocada de pensar nos conduce a pecar, lo que pervierte y destruye nuestros pensamientos acerca de El. Cuando no estábamos en armonía con Dios nuestra condición natural era de hostilidad a sus normas. Si queremos vivir por la eternidad con Cristo, debemos depender totalmente de la gracia de Dios. Esto es cierto, seamos homicidas o sinceros ciudadanos laboriosos. Todos hemos pecado una y otra vez, y cualquier pecado es suficiente para que nos motive a venir a Jesucristo para nuestra salvación y vida eterna. Aparte de Cristo, no hay forma de que nuestros pecados sean perdonados o quitados. Jesús enfrentó la muerte como Dios para que nosotros estuviéramos seguros de que su sacrificio era completo y de que El verdaderamente había quitado nuestro pecado. Reconciliación por medio de la cruz
7/17/2013
Reconciliación por medio de la cruz
Efesios 2:11-22 Llegamos a ser cristianos mediante el don inmerecido de Dios, no como el resultado de algún esfuerzo, habilidad, elección sabia o acto de servicio a otros de nuestra parte. Sin embargo, como gratitud por este regalo, buscamos servir y ayudar a otros con cariño, amor y benevolencia y no simplemente para agradarnos a nosotros mismos. Si bien ninguna acción u "obra" nos puede ayudar para obtener la salvación, la intención de Dios es que nuestra salvación resulte en obras de servicio. No somos salvos solo para nuestro beneficio, sino para el de El, para glorificarle y edificar la Iglesia. Cristo derribó las paredes que las personas levantaron entre ellas. Debido a que esas paredes se derribaron, podemos disfrutar de una verdadera unidad con personas que no son como nosotros. Esto es lo que llamamos verdadera reconciliación. Gracias a la muerte de Cristo, todos somos parte de una sola familia; nuestra hostilidad en contra de otros ha desaparecido; todos podemos tener acceso al Padre mediante el Espíritu Santo hemos dejado de ser extraños para Dios; y somos parte de un templo santo, con Cristo como piedra principal del ángulo . Muchas veces, al edificio de una iglesia se le llama la casa de Dios. En realidad, la casa de Dios no es un edificio sino un grupo de personas. El vive en nosotros y a través de nosotros se da a conocer al mundo. La gente puede ver que Dios es amor y que Jesús es Señor cuando vivimos en armonía con otros y de acuerdo con lo que Dios dice en su Palabra. Somos ciudadanos del Reino de Dios y miembros de su familia. ¿Qué significa estar edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas? Significa que la Iglesia no es un edificio levantado sobre ideas modernas, sino sobre la herencia espiritual que se nos ha dado por los primeros apóstoles y profetas de la iglesia cristiana. El ministerio de la reconciliación
7/16/2013
El ministerio de la reconciliación
2Corintios 5:14-21 Los cristianos somos nuevas criaturas desde el interior. El Espíritu Santo nos da vida nueva y ya no seremos los mismos jamás. No hemos sido reformados, rehabilitados o reeducados; somos una nueva creación, viviendo en unión vital con Cristo . Convertirnos no es meramente dar la vuelta a una hoja nueva, sino empezar una vida nueva bajo un nuevo Maestro. Dios nos atrae hacia sí mismo (nos reconcilia), borra nuestros pecados y nos hace justos. Dejamos de ser enemigos, extraños o extranjeros para Dios, cuando confiamos en Cristo. Al reconciliados con Dios, tenemos el privilegio de animar a otros para que hagan lo mismo, y de esa manera somos aquellos que tienen "el ministerio de la reconciliación". Un embajador es un representante oficial de un país en otro. Como creyentes, somos embajadores de Cristo, enviados con su mensaje de reconciliación al mundo. El embajador de reconciliación tiene una responsabilidad muy importante. No debemos cumplir esta responsabilidad en forma liviana. ¿Cuán bien está cumpliendo su responsabilidad como embajador de Cristo? Cuando confiamos en Cristo, hacemos un trato: nuestros pecados por su justificación. Nuestro pecado fue vertido en Cristo cuando fue crucificado. A esto se refieren los cristianos cuando hablan del sacrificio de Cristo por el pecado. En el mundo se negocia cuando dos personas intercambian bienes de valor equivalente o relativamente iguales. Pero Dios ofrece cambiar su justicia por nuestro pecado, algo de valor inmensurable por algo que no vale nada. Cuán agradecidos debiéramos estar por su benevolencia con nosotros. JUSTIFICADOS POR LA FE
7/15/2013
JUSTIFICADOS POR LA FE
Romanos 5:1-11 Ahora tenemos paz con Dios, que no necesariamente equivale a sentimiento de paz como la calma y la tranquilidad. Paz con Dios significa que nos hemos reconciliado con El. No hay más hostilidad entre nosotros, ningún pecado bloquea la relación con El. La paz con Dios es posible solo porque Jesús con su muerte en la cruz pagó el precio de nuestros pecados. Este pasaje es la introducción de una sección que contiene algunos conceptos difíciles. Para comprender los próximos cuatro capítulos, es bueno tener presente la realidad de los dos lados de la vida cristiana. Por un lado, estamos completos en Cristo (que somos aceptos en El, es seguro); por otro lado, crecemos en Cristo (llegamos a ser cada vez más semejantes a El). A la vez tenemos categoría de reyes y responsabilidades de esclavos. Sentimos la presencia de Cristo y también la opresión del pecado. Disfrutamos la paz que viene como resultado de estar en buenas relaciones con Dios, pero aún enfrentamos problemas cotidianos que nos ayudan a crecer. Si recordamos estos dos lados de la vida cristiana, no nos desalentaremos al enfrentar las tentaciones y los problemas. En su lugar, aprenderemos a depender del poder de Cristo que está a nuestro alcance, porque El vive en nosotros en la persona del Espíritu Santo. Dios es santo y no se asocia con el pecado. Todos los seres humanos son pecadores y por lo tanto están separados de Dios. Además, cada pecado merece castigo. En lugar de castigarnos con la muerte merecida, sin embargo, Cristo cargó nuestros pecados y pagó el castigo muriendo en la cruz. Ahora nos "gloriamos en Dios". Mediante la fe en la obra de Cristo, nos podemos acercar a Dios en vez de ser enemigos. MAYOR GLORIA
7/13/2013
MAYOR GLORIA
2 Corintios 3:7-18 La gloria de los Diez Mandamientos con la del ministerio del Espíritu. Si la ley conduce a la muerte, y fue glorioso, ¡cómo no será más glorioso el plan de Dios que nos conduce a la vida! El sacrificio de Jesucristo es mucho más superior que el sistema de sacrificios del Antiguo Testamento. Si el viejo pacto había sido con gloria (y en verdad lo fue), ahora imagínese lo glorioso que será el nuevo. La ley fue maravillosa porque a pesar de condenarnos nos señalaba a Cristo. Pero en el nuevo pacto la ley y la promesa se cumplen. Cristo vino, por fe podemos ser justificados (hechos perfecto delante de Dios). Cuando confiamos Cristo nos salva, El quita nuestra pesada carga de agradarle y nuestro culpa por no lograrlo. Al confiar en Cristo somos amados, aceptados, perdonados y libertados para vivir para El. "Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad". La gloria que el Espíritu imparte al creyente es superior, en calidad y duración, a la que Moisés experimentó. Al contemplar la naturaleza de Dios sin el velo en nuestra mentes, nos asemejamos a Cristo. En el evangelio vemos la verdad de Cristo y ella transforma nuestra moral en la medida que la entendemos y la usamos. Cuando aprendemos de la vida de Cristo podemos entender lo maravilloso que es Dios y lo que a El en realidad le agrada. En la medida que nuestro conocimiento se profundiza, el Espíritu Santo nos ayuda a cambiar. Llegar a ser como Cristo es una experiencia progresiva. Cuanto más cerca sigamos a Cristo, más nos asemejaremos a El. |
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |