Muertos al pecado
7/22/2013
Muertos al pecado
Rom 6:1-14 Podemos gozar de nuestra nueva vida en Cristo porque estamos unidos a El en su muerte y resurrección. Nuestros malos deseos, nuestra esclavitud al pecado y nuestro amor al pecado murieron con El. Ahora, unidos con El por fe en su resurrección, tenemos comunión inquebrantable con Dios y libertad para resistir el pecado. Si desea más información acerca de la diferencia entre la nueva vida en Cristo y la naturaleza pecadora. El castigo del pecado y el poder que tenía sobre nuestras vidas murió con Cristo en la cruz. Nuestro "viejo hombre", lleno de pecado, murió de una vez por todas y ahora estamos libres de su poder. El "cuerpo del pecado" no es el humano, sino nuestra naturaleza rebelde amante del pecado heredada de Adán. A pesar de que nuestro cuerpo coopera voluntariamente con nuestra naturaleza pecaminosa, no debemos por ello considerarlo malvado. Lo que es malo es el pecado en nosotros. Y lo que se derrota es ese poder del pecado en acción en nuestros cuerpos. Pablo acaba de establecer que la fe en Cristo nos declara absueltos, "inocentes" ante Dios. Aquí Pablo enfatiza que ya no necesitamos una vida bajo el poder del pecado. Dios no nos saca del mundo ni nos convierte en robots. A veces sentiremos deseos de pecar y algunas veces lo haremos. La diferencia radica en que antes de ser salvos, éramos esclavos de nuestra naturaleza pecaminosa, pero ahora podemos elegir vivir para Cristo. Debido a la muerte y resurrección de Cristo, sus seguidores no tienen por qué temer a la muerte. La seguridad que nos da nos permite disfrutar compañerismo con El y hacer su voluntad. Esto se reflejará en todas nuestras actividades: trabajo y adoración, distracción, estudio bíblico, meditación y servicio a otros. Cuando comprenda que no teme a la muerte, experimentará un nuevo vigor en la vida. "Consideraos muertos al pecado" significa que debemos estimar nuestra vieja naturaleza pecadora como muerta y sorda al pecado. Debido a nuestra unión e identificación con Cristo, ya no estamos atados a esos viejos motivos, deseos y metas. Así que considerémonos según lo que Dios ha hecho en nosotros. Tenemos un nuevo comienzo y el Espíritu Santo nos ayudará a transformarnos cada día en lo que Cristo ha declarado que somos. Si ya no estamos bajo la Ley, sino la gracia, ¿tenemos libertad para pecar y pasar por alto los Diez Mandamientos? Pablo contesta: "En ninguna manera". Cuando estábamos bajo la Ley, el pecado era nuestro amo. La Ley ni nos justificaba ni nos ayudaba a vencer el pecado. Pero ahora que estamos unidos a Cristo, El es nuestro Señor y nos da poder para hacer lo bueno y evitar lo malo. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |