Jehová, tú eres nuestro Padre
1/16/2015
Isaias 64:6-9
El pueblo de Dios, en aflicción, confiesa y lamenta sus pecados, y se reconoce indigno de su misericordia. El pecado es eso abominable que el Señor odia. Nuestras obras, no importa lo que parezcan ser, si pensamos que tienen mérito delante de Dios, son como harapos, y no nos cubrirán; trapos inmundos que sólo nos contaminarán. Hasta nuestras pocas buenas obras en que hay verdadera excelencia, como fruto del Espíritu, son tan defectuosas y contaminadas por ser hechas por nosotros, que deben ser lavadas en la fuente abierta para el pecado y la inmundicia. Orar es aferrarse por fe de las promesas que el Señor nos ha hecho por su buena voluntad y presentarlas como argumento; aferrarse de Él, y rogarle fervorosamente que no nos abandone; o solicitar su retorno. Necios y negligentes como somos, pobres y despreciados, todavía eres nuestro Padre. Es por estar sometidos a la ira de un Padre que seremos reconciliados; y el alivio que requiere nuestro caso lo esperamos sólo de Él. El pueblo de Dios no pretende decirle lo que Él dirá, pero su oración es: Habla para el consuelo y alivio de tu pueblo. ¡Qué pocos son los que invocan al Señor con todo su corazón o que se animan a aferrarse a Él! -Dios puede demorar la respuesta a nuestras oraciones por un tiempo, pero al final, responderá a los que invocaron su nombre y esperan en su misericordia. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |