Señor y Maestro
3/18/2015
Juan 13:12-20
Nuestro Señor Jesús tiene un pueblo en el mundo que es suyo; los compró y pagó caro por ellos, y los puso aparte para sí; ellos se rinden a Él como pueblo peculiar. A los que Cristo ama, los ama hasta lo sumo. Nada puede separar del amor de Cristo al creyente verdadero. Jesús lavó los pies de los discípulos para enseñarnos a pensar que nada nos rebaja si podemos fomentar la gloria de Dios y el bien de nuestros hermanos. Debemos dirigirnos al deber y dejar de lado todo lo que impida lo que tenemos que hacer. Cristo lavó los pies de los discípulos para representarles el valor del lavado espiritual, y la limpieza del alma de las contaminaciones del pecado. Nuestro Señor Jesús hace muchas cosas cuyo significado ni sus discípulos saben en el presente, pero lo sabrán después. Al final vemos qué era lo bueno de los hechos que parecían peores. No es humildad, sino incredulidad rechazar la oferta del evangelio como si fueran demasiado ricos para que sea para nosotros o noticia demasiado buena para ser cierta. Todos los que son espiritualmente lavados por Cristo tienen parte en Él, A todos los que Cristo reconoce y salva, los justifica y santifica. ¡Cuán ferviente es por la gracia purificadora del Señor Jesús, y el efecto total de ella, hasta en sus manos y cabeza! El creyente verdadero es así lavado cuando recibe a Cristo para su salvación. Desde el perdón de ayer debemos ser fortalecidos contra la tentación de este día. Fijate en la lección que enseña aquí Cristo. Los deberes son mutuos; debemos aceptar ayuda de nuestros hermanos y debemos darles ayuda. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |