Apártate del mal, y haz el bien
8/25/2014
Hacer el bien alarga la vida
Salmos 34:11-22 Que la gente joven empiece la vida aprendiendo el temor del Señor, si aquí desean consuelo verdadero, y felicidad eterna en el más allá. Serán muy felices los que se inician temprano en el servicio de tan buen Amo. Todos desean ser felices. Con seguridad esto debe mirar más allá del mundo presente; porque la vida del hombre en la tierra es de unos pocos días, y llenos de tribulaciones. ¿Qué hombre es el que verá lo bueno de allá donde toda bienaventuranza es perfecta? ¡Ay! Pocos son los que tienen este bien en sus pensamientos. La religión que promete lo mejor es la que hace velar sobre el corazón y la lengua. No basta con no herir, debemos estudiar como ser útiles y vivir para algún propósito; tenemos que buscar la paz y seguirla; estar dispuestos a negarnos a nosotros mismos en gran medida en aras de la paz. Costumbre constante de los verdaderos creyentes es clamar a Dios cuando están en dificultades, y su consuelo constante es que Él los oye. Los justos son humillados por el pecado y son poca cosa ante sus propios ojos. Nada es más necesario para la verdadera santidad que el corazón contrito, quebrantado de toda confianza en sí mismo. En ese suelo florecerá toda gracia y nada puede animar más a alguien así, que la gracia rica y libre del evangelio de Jesucristo. Los justos son puestos bajo la protección especial del Señor, aunque tienen su cuota de cruces en este mundo y hay quienes los odian. De la misericordia del Cielo y de la maldad del infierno, las aflicciones del justo deben ser muchas. Pero cualesquiera sean las tribulaciones que les sobrevengan, no herirán su alma, porque Dios los resguarda para que no pequen cuando están afligidos. Ningún hombre está desolado sino aquel al cual Dios ha abandonado. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |