Aquel día pediréis en mi nombre
5/8/2014
Aquel día pediréis en mi nombre
Juan 16:16-28 Bueno es considerar cuán cerca de su final están nuestras temporadas de gracia para que seamos estimulados a tener provecho de ellas, porque el dolor de los discípulos serán pronto convertido en gozo, como los de la madre cuando ve a su recién nacido bebé. El Espíritu Santo será el Consolador de ellos y ni los hombres ni los demonios, ni los sufrimientos en la vida y en la muerte, les quitarán para siempre su gozo. Los creyentes tienen gozo o pena según su visión de Cristo y las señales de su presencia. Viene un dolor al impío que nada puede aminorar; el creyente es heredero del gozo que nadie puede quitar. Jesús se refería a su muerte, para la cual solo faltaban unas horas, y a su resurrección tres días después. ¡Qué contraste entre los discípulos y el mundo! El mundo se regocijaba mientras los discípulos lloraban, pero los discípulos lo volverían a ver (en tres días) y se regocijarían. Los valores del mundo a menudo se oponen a los valores de Dios. Esto puede hacer que los cristianos tengan la sensación de estar fuera de ambiente. Pero aun cuando la vida sea difícil ahora, un día nos regocijaremos. ¡Mantenga la vista puesta en el futuro y en las promesas de Dios! Jesús habla de una nueva relación entre el creyente y Dios. Antes, la gente se acercaba a Dios a través de los sacerdotes. Después de la resurrección de Cristo, cualquier creyente podía acercarse a Dios directamente. Ha nacido un nuevo día y ahora todos los creyentes son sacerdotes, hablan con Dios personal y directamente (véase Heb_10:19-23). Nos acercamos a Dios, no por mérito propio, sino porque Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, nos ha hecho aceptos a Dios. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |