Juan 4:4-26
Quienes han obtenido cierto conocimiento de Dios por las Escrituras, saben a quién adoran. La palabra de salvación era de los judíos. Llegó a otras naciones a través de ellos. Cristo prefirió, con justicia, la adoración judía antes que la samaritana, pero aquí habla de lo anterior como algo que pronto se terminará. Dios estaba por ser revelado como el Padre de todos los creyentes de toda nación. El espíritu o alma del hombre, influido por el Espíritu Santo, debe adorar a Dios y tener comunión con Él. Los afectos espirituales, como se demuestran en las oraciones, súplicas y acciones de gracia fervorosas, constituyen la adoración de un corazón recto, en el cual Dios se deleita y es glorificado. La mujer estaba dispuesta a dejar la cuestión sin decidir hasta la venida del Mesías, pero Cristo le dijo: Yo soy, el que habla contigo. Ella era una samaritana extranjera y hostil; el sólo hablar con ella era considerado como desprestigio para nuestro Señor Jesús. Sin embargo, nuestro Señor se reveló a esta mujer con más plenitud de lo que había hecho con cualquiera de sus discípulos. Ningún pecado pasado puede impedir que seamos aceptados por Él, si nos humillamos ante Él, creyendo en Él como el Cristo, el Salvador del mundo. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Archives
March 2023
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