El que tiene al Hijo, tiene la vida
8/19/2015
1Juan 5:9-12
Nada puede ser más absurdo que la conducta de los que dudan de la verdad del cristianismo, mientras en los asuntos corrientes de la vida no vacilan en proceder basados en el testimonio humano, y considerarían desquiciado a quien declinara hacerlo así. El cristiano verdadero ha visto su culpa y miseria, y su necesidad de un Salvador así. Ha visto lo adecuado de tal Salvador para todas sus necesidades y circunstancias espirituales. Ha encontrado y sentido el poder de la palabra y la doctrina de Cristo, humillando, sanando, vivificando y consolando su alma. Tiene una nueva disposición y nuevos deleites, y no es el hombre que fue anteriormente. Pero aún halla un conflicto consigo mismo, con el pecado, con la carne, el mundo y las potestades malignas. Pero halla tal fuerza de la fe en Cristo, que puede vencer al mundo y seguir viaje hacia uno mejor. Tal seguridad tiene el creyente del evangelio: tiene un testigo en sí mismo que acaba con toda duda del tema, salvo en las horas de tinieblas o conflicto; pero no pueden sacarlo de su fe en las verdades principales del evangelio. Aquí está lo que hace tan espantoso el pecado del incrédulo: el pecado de la incredulidad. Él trata de mentiroso a Dios; porque no cree el testimonio que Dios dio de su Hijo. En vano es que un hombre alegue que cree el testimonio de Dios en otras cosas, mientras lo rechaza en esto. El que rehúsa confiar y honrar a Cristo como Hijo de Dios, el que desdeña someterse a su enseñanza como Profeta, a confiar en su expiación e intercesión como gran Sumo Sacerdote u obedecerle como Rey, está muerto en pecado, bajo condenación; una moral externa, conocimiento, formas, nociones o confianzas de nada le servirán. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |