No juzguéis
7/18/2014
No juzguéis
Lucas 6:37-49 Cristo usaba a menudo todos estos dichos y era fácil aplicarlos. Debemos ser muy cuidadosos cuando culpamos al prójimo; porque nosotros mismos necesitamos fianza. Si somos de espíritu que da y perdona, cosecharemos el beneficio. Aunque en el otro mundo se paga con medida llena y exacta, no es así en este mundo; no obstante, la Providencia hace lo que ha de estimularnos para hacer el bien. Un espíritu perdonador demuestra que una persona ha recibido el perdón de Dios. Jesús usa la figura de medir granos en canasta para asegurarse la cantidad total. Si somos críticos antes que compasivos, también recibiremos crítica en recompensa. Si tratamos a otros con generosidad, con gracia y con compasión, sea como sea, estas cualidades volverán a nosotros en mayor medida. Debemos amar a otros, no juzgarlos. Los que siguen a la gente para hacer el mal, van por el camino ancho que lleva a la perdición. El árbol se conoce por sus frutos; que la palabra de Cristo sea injertada de tal modo en nuestros corazones que podamos ser fructíferos en toda buena palabra y obra. Lo que la boca habla comúnmente concuerda con lo que abunda en el corazón. Hacen un trabajo seguro para sus almas y para la eternidad, y siguen el rumbo que les será de beneficio en el tiempo de prueba, sólo los que piensan, hablan, y actúan conforme a las palabras de Cristo. Quienes se esfuerzan en la religión, hallan su esperanza en Cristo que es la Roca de los siglos, y nadie puede poner otro fundamento. En la muerte y en el juicio ellos están a salvo si son sostenidos por el poder de Cristo, por medio de la fe para salvación, y nunca perecerán. Jesús no decía que obviemos las cosas erróneas, sino que no debemos preocuparnos con los pecados de otros al grado que pasemos por alto los nuestros. A menudo racionalizamos nuestros pecados señalando los mismos errores en otros. ¿Qué paja encontró en el ojo de otro que le es más fácil criticar? Recuerde su viga cuando critique y descubra que no tiene que hablar mucho de otros. No debemos temer la etiqueta de hipócritas que aún mantenemos en nuestra vida cristiana, al grado que ocultamos nuestra fe y no intentamos crecer. Una persona que trata de hacer algo bueno y que a menudo fracasa no es hipócrita. Tampoco lo es quien actúa en contra de sus sentimientos, a menudo hace falta y es bueno echar a un lado nuestros sentimientos y hacer lo que necesitamos. La fe débil no es hipocresía. Un hipócrita es el que enfatiza más la conducta religiosa para ganar atención, aprobación, aceptación o admiración de otros. Jesús nos recuerda que nuestro hablar y acciones revelan nuestra creencia, actitudes y motivaciones verdaderas. Las buenas impresiones que tratamos de dar no duran si nuestros corazones son engañosos. Lo que está en su corazón se reflejará en su vocabulario y conducta. La obediencia a Dios se compara con la construcción de una casa de sólido base que permanece firme en medio de las tormentas. Cuando la vida está en calma, el fundamento no parece importar. Pero cuando las crisis vienen, se prueba nuestro fundamento. Asegúrese de que su vida esté construida sobre la sólida base de conocimiento y confianza en Jesucristo. Comments are closed.
|
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |