La ley se cumple en el amor
5/1/2014
La ley se cumple en el amor
Galatas 5:14-26 El evangelio es una doctrina conforme a la piedad, 1 Timoteo vi, 3, y está lejos de consentir con el menor pecado, que nos somete a la obligación más fuerte de evitarlo y vencerlo. El apóstol insiste en que toda la ley se cumple en una palabra: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Si se pelean los cristianos, que deben ayudarse mutuamente y regocijarse unos en otros, ¿qué puede esperarse sino que el Dios de amor niegue su gracia, que el Espíritu de amor se vaya, y prevalezca el espíritu maligno que busca destruirlos? -Bueno fuera que los creyentes se pusieran en contra del pecado en ellos mismos y en los lugares donde viven, en vez de morderse y devorarse unos a otros con motivo de diversidad de opinión diferente. La libertad cristiana no consiste en eliminar todas las trabas morales, sino en la libertad de servirse los unos a los otros . El evangelio cambia la opresiva sumisión al legalismo por la más alta sumisión al amor. La libertad puede degenerar en libertinaje, pero el Espíritu Santo nos capacita para vencer los deseos de la carne, cuando nos sometemos permanentemente a su poder y dominio. El Espíritu y la carne están diametralmente opuestos el uno al otro, como se evidencia por sus «obras» y «frutos» (vv. 19-22). El resultado es un fiero e incesante conflicto dentro de los cristianos, en el que no pueden vencer confiados a sus propias fuerzas (véase Rom_7:15-23). La persona que es guiada por el Espíritu hará lo que está bien libremente, y no por la compulsión de la ley . Por lo tanto, no está sometida a las ataduras y condenación de la Ley. Las obras de la carne pueden categorizarse como pecados sexuales (v. 19), pecados relacionados con las religiones paganas (los primeros dos del v. 20), pecados del temperamento o carácter (los nueve siguientes) y pecados de ebriedad (los últimos dos). Estas virtudes son caracterizadas como fruto , en contraste con las «obras». Sólo el Espíritu Santo puede producirlas, y no los propios esfuerzos. Otro contraste es que, aun cuando las obras de la carne aparecen en plural, el fruto del Espíritu es uno solo e indivisible. Cuando el Espíritu controla completamente la vida del creyente, produce este resultado. Las primeras tres conciernen a nuestra actitud hacia Dios, la segunda triada tiene que ver con nuestras relaciones sociales, y el tercer grupo describe los principios que guían la conducta cristiana. Benignidad, Benevolencia en la acción, dulzura de disposición, gentileza en el trato con otros, afabilidad. La palabra describe la habilidad de actuar para el bienestar de quienes abusan de su paciencia. El Espíritu Santo borra la agresividad de carácter de quien está bajo su control. Un llamado al carácter, DONES ESPIRITUALES. Estar uno lleno con el Espíritu afecta tanto al carácter como también a la actividad carismática. Los frutos del Espíritu Santo han de crecer en todos los aspectos de nuestra vida, en la misma medida que sus dones se manifiestan a través de nosotros. (1Co_14:27/Jud_1:20) P.W. Pablo habla del arrepentimiento en forma metafórica como una crucifixión de la vieja vida de pecado, el dejarla atrás de manera completa y definitiva. El tiempo verbal indica un acto definitivo que realizamos en nuestra conversión. La palabra griega utilizada aquí para andar (andemos) significa literalmente «andar junto a». No es lo mismo que el «andar» que aparece en el v. 16, cuya forma griega se usa regularmente para designar la acción física de caminar. Andar en el Espíritu es andar siguiendo la ruta que él ha abierto. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |