LA PROMESA ES PARA TI
12/2/2022
12/2/2022
Las bendiciones prometidas a los que creen en el hijo de Dios. Génesis 12:33 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Génesis 49:10 10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos. La orden que Dios dio a Abram es en gran medida igual que el llamamiento del evangelio, porque los afectos naturales debe ceder el paso a la gracia divina. El pecado y todas sus oportunidades deben abandonarse, en particular, las malas compañías. He aquí muchas promesas grandes y preciosas. Todos los preceptos de Dios van acompañados de promesas para el obediente. 1. Haré de ti una nación grande. Cuando Dios sacó a Abram de su pueblo, prometió hacerle cabeza de otro pueblo. 2. Te bendeciré. Los creyentes obedientes estarán seguros de heredar la bendición. 3. Engrandeceré tu nombre. El nombre de los creyentes obedientes ciertamente será engrandecido. 4. Serás bendición. Los hombres buenos son bendición para sus países. 5. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré. Dios se ocupará de que nadie sea perdedor por algún servicio hecho en favor de su pueblo. 6. En ti serán benditas todas las familias de la tierra. Jesucristo es la gran bendición del mundo, la más grande que el mundo haya poseído jamás. Toda verdadera bienaventuranza en el mundo ahora o que alguna vez llegue a tener, se debe a Abram y su descendencia. Por medio de ellos tenemos una Biblia, un Salvador y un evangelio. Ellos son la cepa sobre la cual ha sido injertada la iglesia cristiana. Abram creyó que la bendición del Todopoderoso supliría todo lo que él pudiera perder o dejar atrás, satisfaría todas sus carencias y respondería, más aún, sobrepasaría todos sus deseos, y sabía que nada sino la desgracia seguiría a la desobediencia. Este tipo de creyentes, justificados por fe en Cristo, tienen paz con Dios. Ellos siguen en su camino a Canaán. No se desalientan por las dificultades del camino ni son arrastrados fuera del camino por los deleites que encuentran. Los que se dirigen al cielo deben perseverar hasta el fin. Los que emprendemos el camino en obediencia a la orden de Dios y atendiendo humildemente su providencia, ciertamente triunfaremos y finalmente tendremos consuelo. Canaán no era, como otras tierras, una simple posesión externa, sino un tipo del cielo y, en este sentido, los patriarcas la apreciaban fervientemente. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |