La venida del Señor
10/17/2023
1Tesalonisenses 4
La venida del Señor 13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. Aquí hay consuelo para los parientes y amigos de los que mueren en el Señor. La pena por la muerte de amigos es lícita; podemos llorar nuestra propia pérdida, aunque sea ganancia para ellos. El cristianismo no prohíbe nuestros afectos naturales y la gracia no los elimina. Pero no debemos exagerar nuestros pesares; esto es demasiado parecido a los que no tienen esperanza de una vida mejor. La muerte es desconocida y poco sabemos del estado después de morir, pero las doctrinas de la resurrección y de la segunda venida de Cristo son remedio contra el temor a la muerte, y contra la pena indebida por la muerte de nuestros amigos cristianos; tenemos la plena seguridad de estas doctrinas. Será felicidad que todos los santos se junten y permanezcan juntos para siempre, pero la dicha principal del cielo es estar con el Señor, verle, vivir con Él, y gozar de Él para siempre. Debemos apoyarnos unos a otros en los momentos de tristeza; sin mortificar los espíritus unos a otros ni debilitarnos las manos de unos y otros. Esto puede hacerse porque hay muchas lecciones que aprender sobre la resurrección de los muertos y la segunda venida de Cristo. ¡Qué consuelo para el hombre cuando se le diga que va a comparecer ante el trono del juicio de Dios! ¿Quién puede ser consolado con estas palabras? Sólo el hombre a cuyo espíritu da testimonio Dios que sus pecados han sido borrados y los pensamientos de su corazón son purificados por el Espíritu Santo, de modo que puede amar a Dios y magnificar dignamente su nombre. No estamos en estado seguro a menos que esto sea así en nosotros o que deseemos que así sea. Comments are closed.
|
AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |