LIBERA MI ALMA
10/30/2023
Salmos 143
Súplica de liberación y dirección Salmo de David. 1 Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia. 2 Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano. 3 Porque ha perseguido el enemigo mi alma; Ha postrado en tierra mi vida; Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos. 4 Y mi espíritu se angustió dentro de mí; Está desolado mi corazón. 5 Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos. 6 Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah Selah 7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu; No escondas de mí tu rostro, No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura. 8 Hazme oír por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma. 9 Líbrame de mis enemigos, oh Jehová; En ti me refugio. 10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud. 11 Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás; Por tu justicia sacarás mi alma de angustia. 12 Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos, Y destruirás a todos los adversarios de mi alma, Porque yo soy tu siervo. No tenemos justicia propia que alegar, por tanto, debemos alegar la justicia de Dios y la palabra de la promesa que nos ha dado libremente y nos ha hecho tener esperanza en ella. Antes de orar para que sea quitado su problema, David ora por el perdón de su pecado, y depende de la sola misericordia en cuanto a eso. Llora por el peso de los problemas externos en su mente, pero mira atrás y recuerda apariciones anteriores de Dios en favor de su pueblo afligido, y en particular, por él. Mira a su alrededor y se fija en la obra de Dios. Mientras más consideremos el poder de Dios, menos temeremos el rostro o la fuerza del hombre. Alza sus ojos con fervientes deseos de Dios y de su favor. Este es el mejor rumbo que podemos tomar cuando nuestro espíritu está abrumado. En sus mejores acciones el creyente no olvida que es un pecador. La meditación y la oración nos recobrarán de nuestros malestares; entonces, el alma que se lamenta lucha por regresar al Señor como el bebé estira sus manos a la madre indulgente, y tiene sed de sus consolaciones, como la tierra reseca de la lluvia refrescante. David ora que Dios se agrade de él, y le haga saber que así ha sido. Presenta como argumento el infortunio terrible de su caso, si Dios se apartara de él. Pero la noche de angustia y de desaliento terminará en una mañana de consuelo y alabanza. Pide ser iluminado con el conocimiento de la voluntad de Dios, y esta es la primera obra del Espíritu. El hombre bueno no pide el camino en que sea más placentero andar, sino: Enséñame a hacerlo. Quienes tienen al Señor como Dios, tienen su Espíritu como Guiador; son guiados por el Espíritu. Ruega ser vivificado para hacer la voluntad de Dios. Pero debemos buscar especialmente la destrucción de nuestros pecados, que son nuestros peores enemigos para que, seamos siervos de Dios con devoción. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Archives
November 2023
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