Llamado a la fidelidad
5/13/2024
Hebreos 10: 19-39
19 Entonces, hermanos, podemos entrar con toda libertad al Lugar Santísimo gracias a la sangre que Jesús derramó. 20 Jesús abrió un camino nuevo para nosotros a través de la cortina. Él mismo es ese camino nuevo y vivo. Es decir, lo abrió ofreciendo su propio cuerpo como sacrificio. 21 El gran sacerdote que tenemos reina sobre la casa de Dios. 22 Nos ha limpiado y liberado de toda culpa, y ahora nuestro cuerpo está lavado con agua pura. Entonces acerquémonos a Dios con un corazón sincero, seguros de la fe que tenemos. 23 Mantengámonos firmes en nuestra esperanza porque Dios cumplirá lo que prometió. No dejemos nunca de hablarles a los demás de nuestra fe. 24 Seamos solidarios. Ayudemos a los demás a demostrar su amor y a hacer el bien. 25 Algunos están faltando a las reuniones, y eso no está bien. Reunámonos para animarnos unos a otros y con mayor razón ahora que vemos que se acerca el día. 26 Si decidimos seguir pecando después de conocer la verdad, entonces no queda otro sacrificio que quite los pecados. 27 Sólo nos queda esperar el juicio terrible, un fuego ardiente que destruirá a los enemigos de Dios. 28 Si alguien desobedece la ley de Moisés, es ejecutado sin compasión cuando hay dos o tres testigos que declaran contra él. 29 ¿Qué creen que le pasará al que desprecia al Hijo de Dios? Es seguro que recibirá mayor castigo por considerar la sangre de Cristo una porquería. Esa sangre que estableció el nuevo pacto lo había purificado de sus pecados. Por eso recibirá un castigo peor por insultar al Espíritu que nos muestra el generoso amor de Dios. 30 Sabemos que Dios dijo: «Los castigaré, les daré su merecido y «El Señor juzgará a su pueblo».[31 ¡Es terrible caer en las manos del Dios viviente! 32 Recuerden aquellos días cuando acababan de conocer la verdad. Enfrentaron muchos sufrimientos, pero siguieron firmes. 33 En unas ocasiones sufrieron insultos y persecución, y en otras ayudaron a los que estaban sufriendo lo mismo. 34 Se condolieron de los encarcelados y soportaron con alegría cuando a ustedes les quitaron sus propiedades. Siguieron felices porque sabían que poseían algo mucho mejor, algo que dura para siempre. 35 Así que no pierdan la valentía que tenían antes, pues tendrán una gran recompensa. 36 Tengan paciencia y hagan la voluntad de Dios para que reciban lo prometido. 37 «Dentro de poco, el que va a venir, vendrá; no tarda. 38 El aprobado por Dios, vivirá por la fe; pero no me agradará si por temor se vuelve atrás».[ 39 Pero nosotros no somos de los cobardes que se vuelven atrás y se pierden, sino de los que se salvan por su fe. Habiendo cerrado el apóstol la primera parte de la epístola, la doctrina se aplica a fines prácticos. Como los creyentes tienen un camino abierto a la presencia de Dios, les corresponde utilizar este privilegio. El camino y el medio por el que los cristianos disfrutan de tales privilegios es la sangre de Jesús, por el mérito de esa sangre que ofreció como sacrificio expiatorio. La concordancia de la santidad infinita con la misericordia perdonadora no se comprendió claramente hasta que la naturaleza humana de Cristo, el Hijo de Dios, fue herida y magullada por nuestros pecados. Nuestro camino al cielo es por un Salvador crucificado; su muerte es para nosotros el camino de la vida, y para los que creen esto, será precioso. Deben acercarse a Dios; sería un desprecio a Cristo, mantenerse todavía a distancia. Sus cuerpos debían ser lavados con agua pura, aludiendo a las limpiezas ordenadas bajo la ley: así el uso del agua en el bautismo, era para recordar a los cristianos que su conducta debía ser pura y santa. Mientras obtuvieran consuelo y gracia de su Padre reconciliado para sus propias almas, adornarían la doctrina de Dios su Salvador en todas las cosas. Los creyentes deben considerar cómo pueden servirse unos a otros, especialmente estimulándose mutuamente a un ejercicio más vigoroso y abundante del amor, y a la práctica de las buen as obras. La comunión de los santos es una gran ayuda y un privilegio, y un medio de firmeza y perseverancia. Debemos observar la llegada de los tiempos de prueba, y ser así estimulados a una mayor diligencia. A todos los hombres les llega un día de prueba, el día de nuestra muerte. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |