muertos al pecado y vivos para Dios
8/6/2014
muertos al pecado y vivos para Dios
Colosenses 3:1-4 Puesto que los cristianos están libres de la ley ceremonial deben andar más cerca de Dios en la obediencia del evangelio. Como el cielo y la tierra son opuestos entre sí, no pueden seguirse al mismo tiempo; y el afecto por uno debilitará y abatirá el afecto por el otro. Los que han nacido de nuevo están muertos al pecado, porque su dominio está roto, su poder paulatinamente vencido por la operación de la gracia, y a la larga, será extinguido por la perfección de la gloria. Entonces, estar muertos significa esto: que quienes tienen el Espíritu Santo, que mortifica en ellos las concupiscencias de la carne, son capaces de despreciar las cosas terrenales y desear las celestiales. En el presente, Cristo es alguien a quien no hemos visto, pero nuestro consuelo es que nuestra vida está a salvo en Él. Las corrientes de esta agua viva fluyen al alma por la influencia del Espíritu Santo por la fe. Cristo vive en el creyente por su Espíritu, y el creyente vive para Él en todo lo que hace. En la segunda venida de Cristo habrá una reunión general de todos los redimidos; y aquellos cuya vida está ahora escondida con Cristo, se manifestarán con Él en su gloria. En la primera parte de la carta, Pablo ha desplegado el misterio de Cristo, y evidentemente lo ha hecho en vista de la situación de la comunidad cristiana de Colosas, que está amenazada de una peligrosa herejía. En la segunda parte, da instrucciones prácticas para la vida cristiana de la comunidad, las cuales tienen el rango de normas apostólicas y son importantes para todos los tiempos de la Iglesia. Como muestra ya el primer versículo del capítulo tercero, hay que entender estas normas sobre todo como consecuencias del misterio del bautismo; porque los cristianos, desde el bautismo, tienen que considerar «que están muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús» (Rom_6:11). Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |