Nacimiento del gran Rey
12/12/2016
Mateo 2:3-8
Precisamente Herodes es interrogado acerca del lugar. La pregunta le estremece, porque ahora ha de temer a un nuevo competidor, y la pregunta estremece a la ciudad, porque tiembla por el miedo de nuevas medidas de terror. Puesto que Herodes no sabe el lugar (¿qué sabe de la Escritura el rey de sangre extranjera y amigo de los paganos?), tiene que convocar un consejo de personas constituidas en dignidad: sumos sacerdotes y escribas, para que oficialmente le den respuesta. El lugar, pues, no lo han inventado los cristianos creyentes ni lo han dispuesto posteriormente. Los judíos e incluso Herodes tienen que testificar que Belén es la ciudad del Mesías. Por la mediación de Dios la romería de los sabios no termina en Jerusalén, sino más allá de la ciudad, en la cercana Belén. ¡Singular providencia! Jerusalén no es la ciudad de la luz, en la que los pueblos pueden disponer del derecho y de la salvación. Jerusalén está en pecado, es la ciudad de los asesinos de los profetas (23,37-39), la ciudad de la desobediencia y de la sublevación, del desprecio de la voluntad de Dios. El Mesías no viene a Jerusalén, a no ser para morir en ella. Entonces también sale la luz de esta ciudad, pero de una forma muy distinta de la que se esperaba. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Archives
November 2023
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