NO HAY REFUGIO COMO EL DIOS NUESTRO
1/5/2024
1 Samuel 2:1-10 Cántico de Ana 1 Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, Mi poder se exalta en Jehová; Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, Por cuanto me alegré en tu salvación. 2 No hay santo como Jehová; Porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay refugio como el Dios nuestro. 3 No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y a él toca el pesar las acciones. 4 Los arcos de los fuertes fueron quebrados, Y los débiles se ciñeron de poder. 5 Los saciados se alquilaron por pan, Y los hambrientos dejaron de tener hambre; Hasta la estéril ha dado a luz siete, Y la que tenía muchos hijos languidece. 6 Jehová mata, y él da vida; Él hace descender al Seol, y hace subir. 7 Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece. 8 Él levanta del polvo al pobre, Y del muladar exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, Y él afirmó sobre ellas el mundo. 9 Él guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su propia fuerza. 10 Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, Y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, Dará poder a su Rey, Y exaltará el poderío de su Ungido. El corazón de Ana se regocijó, no en Samuel, sino en el Señor. Ella mira más allá del regalo y alaba al Dador. Se regocijó en la salvación del Señor y en la expectativa de Su venida, Él que es toda la salvación de su pueblo. Los fuertes pronto se debilitan y los débiles pronto se fortalecen, cuando así lo quiere Dios. ¿Somos pobres? Dios nos hizo pobres, lo cual es una buena razón para que estemos contentos y aceptemos nuestra condición. ¿Somos ricos? Dios nos hizo ricos, lo cual es una buena razón para que estemos agradecidos, lo sirvamos alegremente y hagamos el bien con la abundancia que nos da. Él no respeta la sabiduría o las supuestas excelencias del hombre, sino que elige a aquellos a quienes el mundo considera necios, enseñándoles a reconocer su culpa y a valorar su salvación gratuita y preciosa. Esta profecía mira al reino de Cristo, ese reino de gracia del cual habla Ana, después de haber hablado extensamente del reino de la providencia. Y aquí es la primera vez que nos encontramos con el nombre MESÍAS, o su Ungido. Los súbditos del reino de Cristo estarán seguros y los enemigos serán derrotados; porque el Ungido, el Señor Cristo, es capaz de salvar y destruir. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |