No me dejes...Dios
11/18/2014
Salmos 119:9-16
A la corrupción original todos hemos agregado el pecado actual. Es ruina del joven vivir sin ley alguna, o escoger leyes falsas: anden por las reglas de la Escritura. Dudar de nuestra propia sabiduría y fuerza, y depender de Dios, prueba que el propósito de la santidad es sincero. La palabra de Dios es tesoro digno de guardar y no hay dónde guardarlo en forma segura sino en nuestros corazones, para oponer los preceptos de Dios al dominio del pecado, las promesas de Dios a la seducción del pecado, y sus amenazas a la violencia del pecado. Sea nuestra oración que Él nos enseñe sus estatutos para que, siendo partícipes de su santidad, podamos también ser partícipes de su bienaventuranza. Y los que alimentan su corazón con el pan de la vida, deben alimentar a muchos con sus labios. En el camino de los mandamientos de Dios están las inescrutables riquezas de Cristo. Pero no meditamos en los preceptos de Dios para un buen propósito si nuestros buenos pensamientos no producen buenas obras. No sólo meditaré en tus estatutos sino que los haré con regocijo. Y bueno será probar la sinceridad de nuestra obediencia remontándose a su fuente: la realidad de nuestro amor por el gozo en los deberes asignados.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Archives
September 2023
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