ORACION PROTECTORA
8/12/2013
ORACION PROTECTORA
Lucas 22:31-34 La palabra de Jesús es definitiva, es intangible e inalterable. La repetición del nombre de Pedro da fuerza y seguridad a la palabra, por sorprendente y desconcertante que sea («mira») lo que con ella se expresa. La tentación de apostasía no perdona ni a los mismos apóstoles. ¿Quien podrá, pues, tenerse por seguro? El ataque de Satán va dirigido contra los apóstoles. Hay que hacer que se tambalee su fe en Jesús. Los discípulos son zarandeados como trigo por el demonio. Para que el grano sea purificado de la paja, son sacudidos de una parte a otra como en un cedazo, por todas partes son acosados, presa de la mayor inquietud. Cuando descargue sobre Jesús la pasión y se dé a Satán poder sobre él y los suyos, se verán los discípulos expuestos por todos los lados a apremiantes tentaciones de apostasía. Satán aguarda a que fallen los discípulos para poder acusarlos delante de Dios. Dios no exime a los apóstoles y a la Iglesia, de las persecuciones y tentaciones. No los saca del «mundo». También Pedro se desviará del camino recto y negará al Señor. Necesita volverse, pues ha llegado hasta el borde de la apostasía. Sólo porque la oración de Jesús es escuchada no ha perdido la fe. La fe lo induce a «volverse», a convertirse, y una vez convertido hará, amorosa y fielmente que los hermanos vuelvan a la fe. Las palabras de despedida que siguen a la última cena, son un ritual. Satanás quiso zarandear a Pedro como si fuera trigo. Esperaba hallar solo paja, fácil de soplar. Pero Jesús aseguró a Pedro que su fe, a pesar de flaquear, no se destruiría, sino que se renovaría hasta convertirse en un líder poderoso. Jesús profetizó que Judas lo traicionaría y dice que le espera gran aflicción al traidor. Luego anuncia que Pedro lo negaría y que después se arrepentiría y recibiría una misión para apacentar a los corderos de Jesús. Traicionar es tan malo como negar. Pero los dos hombres tuvieron destinos totalmente diferentes porque uno se arrepintió. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |