PASO DE LA VIDA
1/1/2024
La eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre
Oración de Moisés, varón de Dios. 1 Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación. 2 Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. 3 Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres. 4 Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche. 5 Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, Como la hierba que crece en la mañana. 6 En la mañana florece y crece; A la tarde es cortada, y se seca. 7 Porque con tu furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados. 8 Pusiste nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros a la luz de tu rostro. 9 Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento. 10 Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos. 11 ¿Quién conoce el poder de tu ira, Y tu indignación según que debes ser temido? 12 Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría. 13 Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos. 14 De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días. 15 Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y los años en que vimos el mal. 16 Aparezca en tus siervos tu obra, Y tu gloria sobre sus hijos. 17 Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma. La eternidad de Dios, la fragilidad del hombre. (1-6) Sumisión a los castigos divinos. (7-11) Oración por misericordia y gracia. (12-17) El favor y la protección de Dios son el único descanso seguro y la comodidad del alma en este mundo malvado. Cristo Jesús es el refugio y la morada donde podemos reparar. Somos criaturas moribundas, todas nuestras comodidades en el mundo son comodidades moribundas, pero Dios es un Dios eterno y los creyentes lo encuentran así. Cuando Dios, por enfermedad u otras aflicciones, convierte a los hombres en destrucción, los llama a volver a arrepentirse de sus pecados y vivir una vida nueva. Mil años no son nada para la eternidad de Dios: entre un minuto y un millón de años hay alguna proporción; entre el tiempo y la eternidad no hay ninguno. Todos los eventos de mil años, ya sean pasados o venideros, están más presentes para la Mente Eterna que lo que se hizo en la última hora para nosotros. Y en la resurrección, el cuerpo y el alma regresarán y se unirán nuevamente. El tiempo pasa sin ser observado por nosotros, como con los hombres dormidos; y cuando es pasado, es como nada. Es una vida corta y de paso rápido, como las aguas de una inundación. El hombre solo florece como la hierba que, cuando llega el invierno de la vejez, se marchitará; pero puede ser abatido por enfermedad o desastre. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |