2 Corintios 3:12-18
Es deber de los ministros del evangelio usar gran sencillez o claridad para hablar. Los creyentes del Antiguo Testamento tuvieron sólo vistazos nebulosos y pasajeros del glorioso Salvador, y los incrédulos no vieron más allá de la institución externa. Pero los grandes preceptos del evangelio, creer, amar, obedecer, son verdades estipuladas tan claramente como es posible. Toda la doctrina de Cristo crucificado es expuesta tan sencillamente como el lenguaje humano puede hacerlo. Los que vivieron bajo la ley, tenían un velo sobre sus corazones. Este velo es quitado por las doctrinas de la Biblia acerca de Cristo. Cuando una persona se convierte a Dios, entonces es quitado el velo de la ignorancia. La condición de los que disfrutan y creen el evangelio es feliz, porque el corazón es puesto en libertad para correr por los caminos de los mandamientos de Dios. Ellos tienen luz, y con la cara descubierta contemplan la gloria del Señor. Los cristianos deben apreciar y realzar estos privilegios. No debemos descansar sin conocer el poder transformador del evangelio, por la obra del Espíritu, que nos lleva a buscar ser como el carácter y la tendencia del glorioso evangelio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y a la unión con Él. Contemplamos a Cristo como en el cristal de su palabra, y como el reflejo de un espejo hace que brille el rostro, así también brillan los rostros de los cristianos. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |