Hebreos 4:1-10
Los privilegios que tenemos con el evangelio son más grandes que los que había bajo la ley de Moisés aunque en sustancia se predicó el mismo evangelio en ambos Testamentos. En todo tiempo ha habido muchos oyentes no aprovechados; y la incredulidad se halla en la raíz de toda esterilidad cuando se está bajo la palabra. La fe del que oye es la vida de la palabra. Una triste consecuencia del descuido parcial y de una profesión vacilante y relajada es que, a menudo, hace que los hombres no la alcancen. Entonces, pongamos diligencia para que tengamos una entrada clara al reino de Dios. Como Dios terminó su obra, y entonces descansó, hará que los que creen acaben su obra, y luego disfruten su reposo. Evidente es que resta un día de reposo para el pueblo de Dios, más espiritual y excelente que el del séptimo día, o aquel al cual Josué guió a los judíos. Este reposo es un reposo de gracia, consuelo y santidad en el estado del evangelio. Reposo en gloria es donde el pueblo de Dios disfrutará el fin de su fe y el objeto de todos sus deseos. El reposo, que es el tema del razonamiento del apóstol, y del cual, concluye que queda por ser disfrutado, es indudablemente el reposo celestial que queda para el pueblo de Dios y que se opone al estado de trabajos y trastorno de este mundo. Es el reposo que obtendrán cuando el Señor Jesús aparezca desde el cielo. Pero los que no creen nunca entrarán en este reposo espiritual, sea el de gracia aquí o el de gloria en el más allá. Dios siempre ha declarado que el reposo del hombre está en Él, y que su amor es la única dicha verdadera del alma; y la fe en sus promesas, por medio de su Hijo, es el único camino para entrar en aquel reposo. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |