Tiempo para todo
9/26/2013
Tiempo para todo
Juan 2:1-13 Jesús tenía como misión salvar al mundo, la más grande misión en la historia de la humanidad. A pesar de esto empleó tiempo para asistir a una boda y participar en las festividades. Quizás nos sintamos tentados a pensar que no debiéramos ocupar tiempo de nuestro trabajo "importante" en asuntos sociales. Pero a lo mejor esas actividades sociales pueden ser parte de nuestra misión. Jesús dio importancia a estas festividades nupciales porque asistían personas y El vino para estar con ellas. A menudo nuestra misión puede llevarse a cabo en momentos agradables de celebración con otros. Incluya a Jesús lo mismo en sus momentos de placer que en su tiempo de trabajo. María tal vez no pedía que Jesús hiciera un milagro, sino que le ayudara a resolver este problema tan importante hallando un poco de vino. La tradición dice que José, esposo de María, ya había fallecido, de modo que acudió a su hijo para que le ayudara a salir del problema. La respuesta de Jesús a María no es fácil de entender y quizás ese es el punto. A lo mejor María no logró entender lo que Jesús pensaba hacer, pero confió en lo que El haría. Los que creen en Jesús y se hallen en situaciones que no entienden deben seguir confiando en que El hará lo que es mejor. María se sometió a la forma de actuar de Jesús. Reconoció que El era más que su hijo humano: era el Hijo de Dios. Cuando presentamos a Cristo nuestros problemas, quizás pensamos que sabemos cómo El los resolverá. Pero El quizás tenga un plan diferente. Como María, debemos someternos y permitirle que resuelva los problemas a su manera. La gente siempre anda en busca de emociones y sentido en todo menos en Dios. Quizás temen que Dios sea aburrido, muerto. Así como el vino que Jesús hizo era el mejor, también la vida en El es mejor que la nuestra. ¿Por qué esperar hasta que se agote todo para acudir a Dios? ¿Por qué reservar lo mejor para el final? Cuando los discípulos vieron los milagros de Jesús, creyeron. El milagro demostró su poder sobrenatural. La forma de realizarlo reveló la manera en que cumpliría su ministerio: ayudando a otros, relacionándose con autoridades y estando en contacto con la gente. Los milagros no son simples actos sobrehumanos, sino actos que demuestran el poder de Dios. Casi cada milagro que Jesús hizo fue una renovación de la criatura caída: restaurar la vista, hacer que el paralítico camine, rescatar la vida de la muerte. Crea en Cristo, no porque es un superhombre sino porque es Dios que continúa con su creación, aun en los que somos pobres, débiles, cojos, huérfanos, ciegos, sordos, o con alguna otra necesidad desesperante de restauración. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |