Una herencia escogida
10/24/2023
Salmos 16
Una herencia escogida Mictam de David. 1 Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. 2 Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti. 3 Para los santos que están en la tierra, Y para los íntegros, es toda mi complacencia. 4 Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, Ni en mis labios tomaré sus nombres. 5 Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. 6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado. 7 Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia. 8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. 9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente; 10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción. 11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre. Es inherente a la naturaleza humana hacer nuestros propios planes y luego pedir a Dios que los bendiga. En vez de ello, debemos buscar primeramente la voluntad de Dios. Al pensar constantemente en El y en la forma que desea que vivamos, podemos obtener un panorama que nos ayudará a tomar las decisiones adecuadas y a vivir de la forma que Dios desea. Al comunicarnos con El le permitimos aconsejarnos y darnos su sabiduría. Al decir que él "no será conmovido", David expresa el sentido de seguridad único que experimentan los creyentes. Dios no exime a los suyos de las circunstancias diarias de la vida. Los creyentes y los no creyentes experimentan de igual forma el dolor, los problemas y a veces los fracasos (Mat 5:45). La persona que no cree tiene desesperanza acerca de la vida y confusión sobre su verdadero propósito en la tierra. Los que buscan a Dios, sin embargo, pueden marchar hacia adelante confiando en que es correcto e importante, a los ojos de Dios, lo que están haciendo. Saben que Dios los protegerá y no serán apartados de su camino. A menudo se dice que este salmo es mesiánico porque se cita en el Nuevo Testamento por hacer referencia a la resurrección de Jesucristo. Pedro y Pablo mencionaron este salmo al hablar de la resurrección del cuerpo de Cristo (véanse Act 2:25-28, Act 2:31; Act 13:35-37). El corazón de David estaba contento: había descubierto el secreto del gozo. El verdadero gozo va más allá de la felicidad. Podemos sentirlo a pesar de los problemas más profundos. La felicidad es temporal debido a que está basada en las circunstancias externas, pero el gozo perdura porque está basado en la presencia de Dios dentro de nosotros mismos. Al contemplar su presencia cada día, hallará contentamiento. A medida que entendamos el futuro que El tiene preparado para nosotros, estaremos gozosos. No base su vida en las circunstancias, sino en Dios. 16.10 David declaró con confianza que Dios no abandonaría a sus amados en la tumba. Mucha gente teme a la muerte porque no puede controlarla ni comprenderla. Como creyentes, podemos tener la seguridad de que Dios no nos olvidará después de nuestra muerte. Nos dará vida otra vez para vivir con El para siempre. Esto nos da una seguridad real. Podemos identificarnos con los salmos pues expresan nuestros sentimientos. Todos enfrentamos problemas, como los salmistas cientos de años atrás, y con frecuencia reaccionamos como ellos lo hicieron. En el Salmo 3, David le dice a Dios cómo se siente acerca de las probabilidades en su contra. Pero luego de tres versículos, el rey se da cuenta de que la presencia y el cuidado de Dios anulaban las probabilidades. Esta experiencia se ve repetida en varios salmos. Por lo general, la esperanza y la confianza en Dios sobrepasan el temor y el sufrimiento, pero algunas veces no. Aun así, los salmistas derramaban sus pensamientos y emociones delante de Dios. Cuando se sentían abandonados por Dios, se lo decían. Cuando se sentían impacientes porque Dios tomaba mucho tiempo en contestar sus oraciones, se lo decían. Se sentían en libertad de ser hombres y sinceros con su Creador porque reconocían la diferencia entre ellos y Dios. Es por eso que tantos de los salmos sombríos terminan en la luz. ¡Los salmistas empezaban expresando sus sentimientos y terminaban recordando con quién estaban hablando! A pesar de que tenemos mucho en común con los salmistas, somos diferentes en dos sentidos: Puede que no le digamos a Dios lo que pensamos o sentimos y, por lo tanto, ¡tampoco reconocemos, ni siquiera vagamente, ¡quién es el que escucha nuestras oraciones! Cuando lea Salmos, tome en cuenta este esquema y ponga la visión del salmista a prueba. Puede que su apreciación y su conocimiento de Dios crezcan en la medida que usted es sincero con El. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |