Yo soy, el que habla contigo.
5/15/2015
Juan 4:4-24
Nuestro Señor estaba sentado á orillas del pozo de Jacob cuando una mujer de Samaria viene a sacar agua. Al punto le dice: " Dame de beber.'" No aguarda á que ella le hable primero, ni empieza por reconvenirla á causa de sus pecados, aunque estos no le eran desconocidos. Da principio á la entrevista por pedir un favor. Se dirige á la mujer hablándole del agua, cosa en que ella naturalmente estaría pensando más. Sencilla como puede parecemos esta súplica abrió el camino para tratar de asuntos espirituales; cerró el abismo que separaba á la Samaritana de Jesús y así dio origen á la conversión de aquella. Que Jesucristo tiene una voluntad sin límites de recibir á los pecadores es una verdad que debiéramos atesorar en nuestros corazones y comunicar á otros. Constantemente está extendiendo su mano benigna hacia los desobedientes y rebeldes. Se compadece y se apiada de los más viles pecadores, aun cuando ellos no se acuerdan de él. Todo el que no esté cegado por la preocupación ó por el amor al mundo concederá la verdad de este principio. Millares de hombres hay que poseen todos los bienes terrenos que se pueden desear, y, sin embargo, se sienten aburridos y descontentos. Hoy día sucede lo mismo que en los tiempos de David: "Muchos dicen: Quién nos mostrará el bien" Psa_4:6. Las riquezas, el rango, la posición social, el poder, la ciencia, las diversiones--nada de esto puede satisfacer el alma. El que beba de esas aguas infaliblemente volverá á tener sed. Nuestro corazón no puede estar satisfecho hasta que creamos en Cristo. Solo Jesús puede llenar el vacío de nuestro interior, y concedernos una felicidad sólida y duradera. La paz que él comunica es una fuente que, en empezando a brotar, corre por toda la eternidad. Sus aguas pueden tener épocas de escasez; pero son aguas vivas que jamás se secarán completamente. Comments are closed.
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AuthorEscrito Por La Pastora Trini Ildefonso Ministerio LRC Categories |